Las vacunas contra la covid-19 de ARN inducen células de memoria que protegen al menos durante seis meses

  • Según un reciente estudio publicado en 'Science', son efectivas contra las variantes delta, alfa y beta.
Gráfico del estudio publicado en Science que halla células B de memoria contra el SARS-CoV-2 seis meses después de vacunarse con Pfizer o Moderna.
Gráfico del estudio publicado en Science que halla células B de memoria contra el SARS-CoV-2 seis meses después de vacunarse con Pfizer o Moderna.
University of Pennsylvania / SCIENCE
Gráfico del estudio publicado en Science que halla células B de memoria contra el SARS-CoV-2 seis meses después de vacunarse con Pfizer o Moderna.

"Vamos aclarando el panorama", comentaba la inmunóloga Yvelise Barrios, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Inmunología. La duración de la protección de las vacunas contra el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la covid-19, es una de las grandes incógnitas que mantiene en vilo a la comunidad científica. De ella dependerá el control definitivo de la pandemia, pero todavía no ha pasado el tiempo necesario para desvelar la incógnita.

La revista Science ha publicado recientemente uno de los últimos estudios realizados para resolver esta incógnita. Según una investigación desarrollada por el Instituto de Inmunología de la Escuela de Medicina Perelman de Universidad de Pennsylvania (EE UU), "las vacunas de ARNm generaron células B de memoria funcional que aumentaron de tres a seis meses después de la vacunación".

Y una razón más para la esperanza: los científicos han detectado que "la mayoría de estas células" B de memoria se unieron de forma cruzada a las variantes alfa, beta y delta.

Por ello, el trabajo concluye que "estos hallazgos demuestran una memoria inmunitaria celular robusta para el SARS-CoV-2 y variantes durante al menos 6 meses después de la vacunación con ARNm".

Esto quiere decir que todas aquellas personas que recibieron la pauta completa de la vacuna de Pfizer o de Moderna (las dos aprobadas actualmente en la Unión Europea y desarrolladas con tecnología de ARN mensajero) están eficazmente protegidas frente a la covid-19 al menos durante los seis meses posteriores al segundo pinchazo. Si lo están también durante más tiempo se sabrá cuando pase el tiempo necesario para averiguarlo.

Así pues, aunque el nivel de anticuerpos detectados decaiga, eso no tiene por qué significar que ya no se esté protegido frente a la enfermedad de la covid-19, pues como se ha visto ahora, las vacunas de ARNm generan células B de memoria, que además aumentaron entre los tres y seis meses después de la vacunación. "No solo de anticuerpos vive el hombre", comentaba el inmunólogo Manuel Muro en Twitter.

Sobre los anticuerpos, el estudio ha observado que "disminuyeron desde los niveles máximos, pero permanecieron detectables en la mayoría de los sujetos a los seis meses". Además, destaca el equipo científico, "las respuestas a la vacunación en personas con inmunidad preexistente (por haber superado la enfermedad) aumentaron principalmente los niveles de anticuerpos sin alterar sustancialmente las tasas de desintegración de anticuerpos".

La muestra del estudio está compuesta por 61 pacientes, de los cuales 45 no habían pasado la covid-19 y 16 sí habrían superado la infección. Ninguno de los participantes tenía en su historial clínico una patología crónica. De entre los que no había superado la enfermedad y sus anticuerpos procedían únicamente de la vacuna, la edad media era de 36 años (con voluntarios de entre 22 y 67 años), 21 fueron hombres y 24 fueron mujeres. En cuanto a los que sí habían pasado la enfermedad y además habían sido vacunados, 16 en total, 10 eran hombres y seis mujeres, todos ellos de entre 23 y 59 años.

Mayor respuesta tras la vacuna que tras la infección leve

Los resultados de este trabajo, subrayan los investigadores, sugieren que "las reacciones prolongadas del centro germinal continúan generando células B de memoria circulantes durante al menos varios meses después de la vacunación".

Asimismo, y dado que han demostrado ser neutralizantes de las variantes de preocupación como la delta, alfa y beta, las conclusiones de los científicos estadounidenses "podría tener implicaciones para las estrategias de refuerzo destinadas a dirigir las respuestas de anticuerpos a variantes futuras". 

"Como se demuestra aquí, estas células B de memoria son capaces de montar respuestas de recuperación rápidas, proporcionando una nueva fuente de anticuerpos tras la infección o la vacunación de refuerzo. Además, puede haber diferencias en la inmunidad generada por la vacunación con ARNm frente a [la inmunidad genera por] la infección, ya que las células B de memoria seis meses después de la vacunación fueron cualitativamente superiores en comparación con las células B de memoria seis meses después de recuperarse de la covid-19 leve", concluyen los inmunólogos.

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