La lava arrasa el último pueblo antes de la costa: "Parecía un mar de fuego, como si el diablo hubiera salido de la tierra"

La lava, a punto de engullir una casa en La Palma
La lava, a punto de engullir una casa en La Palma
EFE
La lava, a punto de engullir una casa en La Palma

La vivienda de Pedro Miguel, en la localidad palmera de Todoque, había sido construida por su padre, mucho antes de acabar en ruinas por el abandono. Cuando su padre estaba ya postrado en la cama donde pasaría los últimos años de su vida, Pedro decidió reconstruirla con sus propias manos y allí vivía con su perra hasta el domingo. Probablemente, todo ha desaparecido ya bajo la lava que avanza imparable desde Cumbre Vieja hacia la costa occidental de La Palma.

"Había luchado mucho por esa casa", dice Pedro entre lágrimas, aún con dificultades para expresarse por el shock. Cuando comenzó la evacuación, él tomó el camino inverso. Esquivó los controles y se encaminó hacia su casa. "Me encontré con un mar de fuego, como si el diablo hubiera salido de la tierra", relata.

Finalmente, un amigo de la infancia con el que se cruzó, le convenció de que abandonara la idea y se encaminara al punto de coordinación al que se estaban dirigiendo todos los evacuados, el campo de fútbol de la localidad de El Paso.

Allí ha pasado las últimas dos noches. Su estado emocional cambia rápidamente y en ocasiones parece invadido por una ola de lucidez.

- ¿Qué vas a hacer ahora?

- Seguir adelante. Vine al mundo sin nada. Yo sabía que esto no era mío, era de la tierra y la tierra lo ha reclamado.

Pedro Miguel es un vecino de Todoque que decidió volver a su vivienda durante la evacuación y se encontró un "mar de fuego".
Pedro Miguel es un vecino de Todoque que decidió volver a su vivienda durante la evacuación y se encontró un "mar de fuego".
Pablo Rodero
"Vine al mundo sin nada. Yo sabía que esto no era mío, era de la tierra y la tierra lo ha reclamado".

La primera reacción

Todoque ha sido la última localidad en ser alcanzada por la lengua de lava que avanza más rápido hacia el mar y ésta era, de hecho, la última población antes de que la lava llegue a la costa. Ese momento es el que sigue generando la mayor preocupación ante el riesgo de que se cree una peligrosa nube tóxica en la zona.

La evacuación que comenzó el domingo y se amplió el lunes a más localidades ha afectado ya a más de 5.500 personas. Nadie sabe a ciencia cierta si su casa sigue en pie, aunque, poco a poco, la aceptación de la realidad se va imponiendo. Nada en el sudoeste de La Palma volverá a ser como era hasta hace apenas dos días.

La lava ya ha entrado en el pueblo de Todoque, una localidad, ya desalojada, de unos 1.200 habitantes, en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane.
La lava ya ha entrado en el pueblo de Todoque, una localidad, ya desalojada, de unos 1.200 habitantes, en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane.
EFE/Ramón de la Rocha

Para la mayoría, la primera respuesta al inicio de la erupción fue montar en sus coches y emprender la huida. Algunos, como Pedro Miguel, reaccionaron haciendo justamente lo contrario.

"Es una reacción que tenemos que normalizar, no tenemos protocolizado a nuestro organismo con lo que tenemos que hacer en una situación como esta", declara Cristina García, la coordinadora de los psicólogos enviados a la zona desde Santa Cruz de Tenerife. "Hay gente que se paraliza y no es capaz de moverse y otras personas es todo lo contrario, les entra una hiperactividad que no saben ni siquiera hacia dónde van".

¿Qué se puede decir a una persona cuya vivienda y toda su localidad simplemente ya no existen? "Ahora mismo es esperar, es paciencia, no sabemos cuánto va a durar esto, ver los recursos y las herramientas que tiene cada uno", explica García. "Lo importante es que ellos puedan desahogarse emocionalmente y mantener cubiertas sus necesidades básicas".

El campo de fútbol de Los Llanos de Aridane se ha convertido en el centro de coordinación para las evacuaciones de la zona.
El campo de fútbol de Los Llanos de Aridane se ha convertido en el centro de coordinación para las evacuaciones de la zona.
Pablo Rodero

Los evacuados

Jesús y Aurora son una pareja de jubilados madrileños que se mudaron a vivir a La Palma hace tres meses. Sabían desde hacía días que existía riesgo de erupción, pero nunca imaginaron que esta fuera a tener estas consecuencias y que se diera a tan escas distancia de su casa, en la localidad de Los Llanos. “Aurora se asomó a la ventana y me llamó: ‘¡El volcán, ha estallado el volcán!’”.

Desde su propia casa, probablemente cubierta ya por la lava, observaron la erupción y también como casi todo el vecindario huía en sus coches, "como en una película americana". Ellos se quedaron hasta por la noche, cuando una patrulla de la Guardia Civil les instó a abandonar la casa y emprender el camino hacia el campo de fútbol de la localidad. Atrás dejaban todos sus bienes, salvo una pequeña mochila de supervivencia: "Hemos perdido toda una vida", declara Jesús.

Hasta el campo de fútbol de Los Llanos han ido llegando desde entonces los evacuados que no tenían otro lugar donde quedarse en la isla. La idea primigenia era que funcionara como mero punto de coordinación, desde el que se enviara en buses a los evacuados al cuartel militar ubicado en el otro extremo de la isla.

Sin embargo, muchos de los evacuados no querían alejarse tanto de sus hogares, con la esperanza de poder regresar y encontrarlos aún intactos, por lo que los técnicos municipales han preparado unas carpas de emergencia donde poder acogerles.

Otros, como Pedro, de 70 años, un grancanario que vive en La Palma desde hace tres años, ni siquiera han llegado a entrar en el campo de fútbol. Ha dormido las últimas dos noches en su coche acompañado de sus tres perros, a los que no se les permitía la entrada en las instalaciones hasta este martes. "Mi hermano está en el cuartel, pero yo no me pude ir porque tengo a mis tres perros, así que estoy aquí durmiendo en el coche", relata Pedro."Me dijeron que les llevaban a una perrera, pero yo sin ellos no me voy a ningún lado".

Pedro decidió evacuar su vivienda por decisión propia, pero ha dormido en su coche por no separarse de sus tres perros.
Pedro decidió evacuar su vivienda por decisión propia, pero ha dormido en su coche por no separarse de sus tres perros.
Pablo Rodero
"Me dijeron que les llevaban a una perrera, pero yo sin ellos no me voy a ningún lado".

El cuartel

Al sur de la capital insular, Santa Cruz de La Palma y junto a un polígono industrial, el acuartelamiento de El Fuerte era ya una instalación casi en desuso. Ahora, tras la erupción, sus barracones vuelven a estar repletos y ha sido necesario montar camastros en el suelo para poder acoger a los cientos de evacuados que han llegado hasta allí. Entre ellos, familias con niños.

Allí recibieron el lunes la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que se trasladaron a la isla durante las operaciones de evacuación.

Andrés Simón, de 65 años, y su madre, de 95, llegaron al cuartel el domingo. Ambos son vecinos de Todoque. "Mi madre dice que esto es como un hotel de siete estrellas, gracias a que la mili no es obligatoria esto ha servido para fuegos y ahora para esto", declara Simón.

El acuartelamiento de El Fuerte está sirviendo para acoger a las cientos de personas evacuadas sin alternativa habitacional.
El acuartelamiento de El Fuerte está sirviendo para acoger a las cientos de personas evacuadas sin alternativa habitacional.
Pablo Rodero

Al ser preguntado por su vivienda, su gesto se vuelve sombrío. "Yo vivo detrás del ambulatorio y no tengo casa, seguramente". Él y su madre fueron de los primeros en salir del pueblo, cuando aún la lava, que lo ha pasado este martes por encima, estaba apenas empezando a salir por las primeras bocas abiertas en la ladera de la Cumbre Vieja.

"Cuando reventó aquello, mi cuñado, que es católico, nos dijo: 'No, no os preocupéis, que en la misa no dijeron nada'. La Iglesia yo creo que ya ni está", declara Simón.

- ¿Has aceptado que has perdido todo?

- Lo importante es estar

- ¿Y qué harás si ya no tienes casa?

- Pues pondré una tienda de campaña en la plaza de los Llanos. ¿Qué voy a hacer?

Hablamos con la psicóloga Cristina García en La Palma
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