Veinte años del 11-S: el inicio del fin del imperio de Estados Unidos y una fecha que sacudió el mundo

  • Tras los ataques, Bush centró todos sus esfuerzos en dar con Bin Laden e implicó a otros países, entre ellos España.
  • El cabecilla de Al Qaeda fue abatido durante el mandato de Obama, que declaró el fin de la guerra.
  • Trump y Biden firmaron la retirada que muestra las costuras de EE UU con la vuelta de los talibanes al poder en Afganistán.
  • ESPECIAL: 20 años del 11-S | Radiografía de 102 minutos de terror sin cura.
El expresidente de EE UU, George W. Bush.
El expresidente de EE UU, George W. Bush.
ARCHIVO
El expresidente de EE UU, George W. Bush.

Nueve menos cuarto del martes 11 de septiembre de 2001. El mundo cambió con aquel atentado: dos aviones derribaron las Torres Gemelas de Nueva York y un tercer ataque se enfocó en el Pentágono. Cifras irrepetibles de muertos y heridos, y Estados Unidos, una superpotencia, dejando imagen de debilidad. El mapa se agitó. La política se agitó. Y el reparto de fuerzas ya no ha vuelto a ser el mismo. Han pasado 20 años y en el país todavía resuenan las consecuencias. Primero fue Afganistán, después Irak, y Washington entró en unas guerras contra Al Qaeda de las que todavía hoy se pagan peajes.

Y es, en parte, porque el conflicto trascendió a la lucha contra el terrorismo y acabó implicando a una serie de aliados, entre ellos España, que siguieron la hoja de ruta de la Casa Blanca. Ni siquiera había pasado un mes desde los ataques a las Torres Gemelas y EEUU lanzaba una ofensiva en Afganistán con el objetivo de dar con Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda. Esa era la idea fundamental del conflicto, pero estuvo envuelto por muchísimos matices, tras los cuales había una intención mucho más amplia: instaurar un Gobierno en el país que contase con el beneplácito de Estados Unidos.

¿Cómo cambió el mundo tras los atentados? George W. Bush aseguró que perseguiría a los culpables de los ataques, pero no lo hizo solo. España, Francia, Bélgica y Reino Unido fueron los países que participaron junto a Estados Unidos en misiones militares de mucha relevancia después del 11-S. Hubo dos patas en esa 'aventura' militar: por una parte, la "caza" de Bin Laden, que empezó en 2001, y dos años después las operaciones empezaron en Irak bajo la premisa de que el régimen de Sadam Husein contaba con armas de destrucción masiva. "Se lo puedo asegurar", dijo José María Aznar, que fue junto al entonces primer ministro británico, Tony Blair, uno de los mayores apoyos de Bush en esa búsqueda.

"Alguien tiene que pagar por esto"

"Cuando sepamos quién hizo esto, no les gustaré como presidente. Alguien tiene que pagar por esto. No puedo esperar para saber quién ha sido". Y quien había sido, aunque sin mancharse las manos, fue Osama Bin Laden. La cabeza visible de Al Qaeda estaba refugiado en Afganistán y la marcha sobre el país se extendió durante 20 años. El proceso estaba marcado: dar con Bin Laden y, con el tiempo, instalar un Gobierno bajo la lupa de Washington tras derrotar a los talibanes. En solo dos meses, el grupo extremista había caído tras el despliegue de Estados Unidos y los aliados.

Aunque en Estados Unidos el inicio de la guerra llegó a tener en su momento, justo después de los atentados, hasta un 60% de apoyo ciudadano, en los aliados el respaldo no fue tal: en España, sin ir más lejos, se produjeron numerosas marchas cuando Aznar decidió dar apoyo a Bush frente a Husein en la Guerra de Irak. "No a la guerra" fue una frase que encabezó manifestaciones por todo el país y a la que el Gobierno de entonces hizo oídos sordos. 

Y España se implicó

Una de las consecuencias directas de la presencia de España en el conflicto fue el atentado terrorista que se produjo en Madrid el 11 de marzo del 2004. Ese día, en hora punta, se dieron hasta 10 explosiones en diferentes estaciones de tren en Madrid. Los atentados dejaron 193 muertos y fueron perpetrados por Al Qaeda, también como respuesta a la presencia de España en Irak y en Afganistán. Los atentados tuvieron lugar solo tres días antes de las elecciones generales en las que Aznar perdió el poder. En todo caso, España mantuvo sus tropas en ambos países durante los siguientes años.

Estado de uno de los vagones, en la estación de Atocha, tras el atentado.
Estado de uno de los vagones, en la estación de Atocha, tras el atentado.
ARCHIVO

¿Y cuál fue el papel de Naciones Unidas? La labor de la ONU en la Guerra de Irak, pero también en Afganistán, fue fundamentalmente humanitaria. Desplegó una serie de misiones "destinadas a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos", según explicó la organización en su momento. Su posición respecto al conflicto en Irak fue escéptica en todo momento, y en 2006 publicaron un informe en el que aseguraban que la guerra había "beneficiado a Al Qaeda".

De Obama a Trump y después...una pérdida de poder

Con llegada de Barack Obama a la Casa Blanca el escenario cambió un poco. Ya había pasado suficiente tiempo y el nuevo presidente quiso cerrar ese capítulo. Ya cuando era candidato demócrata para las elecciones del 2008 se comprometió a poner fin a la guerra de Irak, y en 2010, cuando ya ocupaba el cargo de presidente, firmó el cese de las hostilidades y al año siguiente, en 2011, inició la retirada de tropas. También abrió la puerta al fin del conflicto en Afganistán, aunque esa losa se la dejaría a sus sucesores.

Los estadounidenses celebraron la retirada de Irak. Obama aseguró que Estados Unidos respondería por sus soldados como ellos respondieron por el país y prometió entonces "cientos de miles de puestos de trabajo para aquellos que sirvieron" en el ejército, con el compromiso de las empresas privadas. "Vosotros la generación del 11-S habéis ganado un lugar en la historia", aseveró Obama, y recordó que gracias a su labor en Iraq y Afganistán el terrorismo de Al Qaeda no tiene lugar donde esconderse y ha permitido que "Bin Laden no vuelva a caminar sobre la faz de la tierra".

Con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump la situación en Afganistán cambió de registro. Fue su Administración la que inició las conversaciones con los talibanes para hacer efectiva la retirada de las tropas "sin sobresaltos". Existen fotos de los encuentros entre Washington y el grupo, a través del Secretario de Estado. Los llamados Acuerdos de Doha dieron dos claves: fin del conflicto y lucha contra el terrorismo. El tiempo ha demostrado que ninguno de los dos es tan sencillo de cumplir.

Joe Biden, por su parte, no dio el paso definitivo, pero la retirada y su mala ejecución estará en su haber. O mejor dicho en su debe. A pesar de los avisos de su Departamento de Inteligencia, el presidente no dio marcha atrás: Estados Unidos iba a irse de Afganistán. Pero lo ha hecho dejando el país en la misma situación en la que Estados Unidos lo encontró en 2001, es decir, con los talibanes en el poder, después de una toma que apenas se extendió dos semanas. Da la sensación de que veinte años no han servido para nada.

Las guerras de Afganistán e Irak que se desataron después de los atentados del 11-S también se pueden resumir en cifras. En Afganistán murieron un total de 2.448 soldados estadounidenses, a los que hay que sumar las 66.000 muertes de militares y policías afganos, 47.245 civiles o 444 trabajadores humanitarios. La presencia de España en el país asiático también dejó un total de 102 muertos –96 militares, dos guardias civiles, dos policías y dos intérpretes– de la coalición de la OTAN, en la cual perdieron la vida 1.145 personas.

El expresidente de EE UU Donald Trump saluda tras salir de la Torre Trump, en Nueva York.
El expresidente de EE UU Donald Trump saluda tras salir de la Torre Trump, en Nueva York.
JUSTIN LANE / EFE

En Irak, por otra parte, se registraron entre 97.461 y 106.348 muertes de civiles hasta julio de 2010. Estados Unidos, según el último recuento, tuvo 4.487 bajas de militares en territorio iraquí y en lo que se refiere al resto de países el Reino Unido perdió 179 hombres y mujeres, de las cuales 136 murieron en acción. Otros países de la coalición, entre ellos España, tuvieron 139 bajas. Además, la Organización Internacional de Migraciones (OIM)  estima que desde 2006 hasta 2010 hubo un total de 1,6 millones de iraquíes desplazados internamente, lo que representa el 5,5% de la población.

"Termina la era de rehacer otros países"

Estados Unidos ha cambiado su papel en el mundo con la retirada caótica de Afganistán. El país ha vuelto a manos de los talibanes y Joe Biden no quiere librar otra guerra. La retirada en sí no fue decisión suya, pero la (mala) gestión de la salida sí. Aún con todo, la Casa Blanca no hace autocrítica. "Termina la era de las grandes operaciones militares para rehacer otros países", dijo el presidente. 

De lo que ha llegado el momento es de rediseñar el mapa geopolítico: el 'trono' de Estados Unidos parece haberse terminado y Rusia y China quieren aprovechar la oportunidad. Ambos países quieren entablar buenas relaciones con los talibanes, sobre todo para aumentar su influencia en la región. EE UU, además, corre el riesgo de quedarse solo, pues la UE ya ha abierto el debate sobre la necesidad de desarrollar sus capacidades en materia de Defensa. 

La autonomía estratégica es una asignatura pendiente en Bruselas, pero el mensaje es claro: hay que dejar de ser "súbditos" de EE UU. Esa 'independencia' parece lejana, pero el brazo de Washington ya parece tan endeble que puede no ser capaz de sujetarlos a todos. Ya no hay hegemonía americana, si es que alguna vez realmente la hubo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento