El nuevo tatuaje que se hizo en el antebrazo lo dejaba clara: era la frase de Galileo Galilei "Eppur si muove". Es decir, "y sin embargo, se mueve". Angelina Jolie tiene claro que ha de moverse no solo en su batalla judicial contra su exmarido, Brad Pitt, sino también para salvaguardar sus negocios, como ha hecho con la empresa vinícola que tenía junto al actor de 12 monos o Malditos bastardos.

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La intérprete y directora de 46 años ha corrido hasta los tribunales para cerrar uno de los últimos vestigios de su matrimonio tan pronto como sea posible, una compañía de vinos que antaño le diera bastantes alegrías: Jolie está muy interesada en desprenderse de Nouvel, LLC, su bodega francesa.

La protagonista de Maléfica acaba de presentar ante el juez los documentos requeridos para que este levante la orden de restricción sobre la transferencia de sus activos, que entró en vigor automáticamente una vez que se comenzaron los trámites de divorcio entre ellos. 

Como trámite, se considera, según cuentan desde el portal norteamericano TMZ, algo estándar. Sin embargo, a Angelina Jolie le urge que se elimine esta congelación de sus posibles negocios con la mayor celeridad posible para no perder a un posible comprador.

Esta venta a un tercero estaría prácticamente hecha, con los papeles sobre la mesa a falta de la firma. Sin embargo, debido a este trámite aún no puede realizarse pues sería ilegal. Asimismo, claro está, también se necesita que Brad Pitt ponga de su parte, por lo que ya está en ello.

El equipo legal de abogados de Angelina Jolie se ha puesto en contacto con el bufete que tiene contratado el ganador del Oscar con la esperanza de resolver este asunto sin la necesidad de realizar una audiencia formal, aunque por ahora la respuesta ha sido que ya se pondrán en contacto cuando tomen una decisión. Angelina estaría tan preocupada por perder este trato que por ello está intentando acelerar las burocracias.