El Ministerio de Sanidad y las comunidades han vuelto a tener este miércoles sobre la mesa del Consejo Interterritorial el protocolo con las medidas de seguridad e higiene frente a la Covid-19 para el próximo curso escolar. El documento ha sido el mismo que el acordado en la reunión que mantuvieron junto a la Conferencia Sectorial de Educación el 19 de mayo pero esta vez se ha decidido que pase a ser de obligado cumplimiento para todas las autonomías, algo a lo que se han opuesto Madrid, Andalucía o Murcia.

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El texto necesitaba de mayoría simple para salir del encuentro convertido en una Declaración de Actuaciones Coordinadas (DAC), un instrumento jurídico que implica que las consejerías deberán acogerse a lo que en él queda establecido. Con la vacunación a buen ritmo, la previsión es que prácticamente todo el territorio se encuentre en septiembre en niveles de alerta 1 y 2, lo que permitirá flexibilizar las medidas. El plan contempla no obstante un segundo escenario, con niveles de alerta 3 y 4, que conllevaría una situación más estricta. 

El principal pilar del protocolo reside en garantizar "la máxima presencialidad para todos los niveles educativos", incluidos los cursos superiores que este año se han desarrollado en parte de forma semipresencial. Solo si la alerta sube, y en el caso excepcional de que no se pudieran cumplir las normas, se podría recuperar esa semipresencialidad, pero únicamente a partir de 3º de la ESO.

Se mantiene la obligatoriedad del uso de mascarilla desde los seis años, el lavado de manos se realizará de forma "frecuente y meticulosa, un mínimo de cinco veces al día", y la ventilación cruzada será permanente, siempre que sea posible, con apertura de puertas o ventanas. Si esa ventilación natural no es suficiente, se puede impulsar de forma mecánica, o en último extremo mediante purificadores de aire con filtros HEPA. 

La limpieza y desinfección se realizará al menos una vez al día, reforzándola en aquellos espacios que lo precisen. Es el caso de los aseos, donde se hará al menos dos o tres veces al día, dependiendo del uso que se haga de ellos. Las entradas y salidas del centro seguirán siendo escalonadas o por accesos diferenciados y seguirá la toma de temperatura de alumnos y personal. 

Distancia y ratios

El documento mantiene asimismo los grupos burbuja -aquellos en los que no es necesario guardar la distancia interpersonal- en Educación Infantil; 1º, 2º, 3º y 4º de Primaria, y en Educación Especial.  En 5º y 6º de Primaria, la organización se podrá hacer igualmente mediante grupos de convivencia o manteniendo la separación. Y en la ESO, Bachillerato, Enseñanzas Oficiales de Idiomas, Formación Profesional de todos los grados y Enseñanzas Artísticas y Deportivas habrá que cumplir la distancia de seguridad.

El texto apunta a una separación interpersonal de 1,5 metros pero en todos los supuestos añade la posibilidad de rebajarla a 1,2. Únicamente no se podrá reducir entre los adolescentes -a partir de 3º de la ESO y FP de Grado Básico- en el caso de que la transmisión comunitaria del virus sea alta. Y es especialmente en este punto donde surgen las discrepancias, dado que algunas comunidades, como Madrid o Murcia, abogan por que un metro es suficiente. 

"Solicitamos que las medidas se flexibilicen con el avance de la vacunación y que se trate de recomendaciones que se puedan adaptar en función de la situación previa al inicio de curso, así como que se dote de fondos económicos a las comunidades para el sector educativo. De ahí nuestro voto negativo", han señalado desde el Ejecutivo murciano al término de la reunión.

En esa línea se manifestó ya en mayo el consejero de Educación madrileño, Enrique Ossorio, quien reclamó que el texto no fuese definitivo ni obligatorio. "Ahora mismo no conocemos cuál va a ser la situación de la epidemia y la vacunación en septiembre. Este hecho origina que la aprobación del documento nos podría llevar a tomar decisiones que carecerían totalmente de sentido”, argumentó y mostró también su oposición incluso a que la distancia de seguridad varíe durante el curso en función de la alarma. "Eso requeriría una modificación de la distribución de los espacios y del profesorado del centro y podría darse la circunstancia de que, cuando se ejecutase la medida, la situación sanitaria cambiase sustancialmente, tal y como han puesto de manifiesto las distintas olas de la pandemia vividas”, remarcó. 

"La aprobación del documento nos podría llevar a decisiones que en septiembre carecerían totalmente de sentido"

Si se reduce la distancia puede aumentar el número de alumnos por clase, lo que podría llevar a recuperar las ratios previas a la pandemia y que durante este curso se habían limitado a 20 estudiantes. Una versión inicial del protocolo continuaba determinando unos máximos pero ante las quejas de algunas autonomías -y contra el criterio de profesores y asociaciones de padres-, la versión definitiva incluye en un pie de página que "el tamaño máximo de las clases será acorde a las ratios establecidas en la normativa aplicable": 25 alumnos en Infantil y Primaria, 30 en la ESO y 35 en Bachillerato.

La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha reiterado en varias ocasiones que este es un protocolo "dinámico y vivo". "Me reúno con los consejeros con frecuencia. El año pasado fuimos mes a mes y, a finales de agosto, hubo una reunión conjunta con Sanidad y para actualizar los acuerdos de junio. Este año, antes de septiembre, habrá al menos una reunión más", afirmaba hace unas semanas en una entrevista con este diario. El propio escrito recoge que las medidas se revisarán incluso a lo largo del año académico,  en función de "la situación epidemiológica y el avance en la vacunación del alumnado".