¿Se creó el coronavirus en un laboratorio de Wuhan? Cómo la teoría conspirativa del accidente llega al centro de la investigación

Imagen al microscopio de una célula (colorizada en verde) infectada por partículas virales de la variante británica (amarillo).
Imagen al microscopio de una célula (colorizada en verde) infectada por partículas virales de la variante británica (amarillo).
NIAID
Imagen al microscopio de una célula (colorizada en verde) infectada por partículas virales de la variante británica (amarillo).
Imagen al microscopio de una célula (colorizada en verde) infectada por partículas virales de la variante británica (amarillo).

El origen del coronavirus es un misterio que los científicos han tratado de resolver desde el comienzo de la pandemia, sin que por ahora hayan sido capaces de encontrar una respuesta definitiva. Hasta ahora, se ha considerado que la hipótesis más plausible es el origen natural del virus y su transmisión zoonótica (entre distintas especies animales) a los humanos. Sin embargo, la teoría de que los contagios pudieron partir del Instituto de Virología de Wuhan (ciudad china que se cree que es el epicentro del brote), originalmente desdeñada como fantasía conspiranoica, ha vuelto a tomar fuerza últimamente.

Lo que ha terminado de impulsar esta idea a la primera plana de los medios generalistas es la noticia, conocida este jueves, de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha encargado a los servicios de Inteligencia del país norteamericano una nueva investigación que ahonde en el papel que jugó el laboratorio de virología en la génesis de la enfermedad. Este nuevo desarrollo de los acontecimientos, que llega después de que las agencias estadounidenses informasen de que poseen aún grandes volúmenes de datos sin procesar recogidos en investigaciones anteriores, refleja una corriente que ha ido ganando peso en las últimas semanas en la comunidad académica.

De hecho, un hito importante en este sentido lo marcó la investigación sobre el terreno que llevó a cabo un grupo de expertos de la OMS en febrero de este año. En aquella ocasión, los investigadores consideraron cuatro posibles explicaciones al origen del brote, entre las cuales se encontraba la que pasaba por una fuga del laboratorio. Con todo, la calificaron como la menos probable, dando preferencia a dos versiones distintas de la teoría de la transmisión zoonótica.

¿Por qué vuelve a considerarse probable la hipótesis del laboratorio?

Lo cierto es que en ningún momento los científicos han encontrado pruebas que refuten inequívocamente ninguna de las dos teorías (ni la transmisión zoonótica ni la fuga del laboratorio), algo en lo que se han apoyado insistentemente los proponentes de la hipótesis del laboratorio. Sin embargo, la posibilidad de la transmisión zoonótica siempre ha resultado muy plausible por varias razones, mientras que durante mucho tiempo no se han conocido evidencias que apuntasen al Instituto de Virología.

Esto es porque el salto zoonótico es un fenómeno muy común y que, de hecho, ha provocado la aparición de varias epidemias en el pasado, como la Gripe Aviar o la Gripe Porcina. Incluso, está considerado como la causa más probable de los brotes del MERS y otros coronavirus estrechamente emparentados con el SARS-COVID-2. 

No obstante, recientemente se conoció, tal y como recoge el medio estadounidense The Wall Street Journal, que tres trabajadores del Instituto de Virología de Wuhan enfermaron de neumonía en noviembre de 2019, antes de que se hicieran públicos los primeros casos conocidos de coronavirus y justo en la época en la que muchos epidemiólogos creen que el virus pudo empezar a circular.

Es decir, el paso por el laboratorio es una teoría que deja muchas incógnitas sin resolver y que en muchos casos se contempla como un paso más en la cronología de la Covid-19 para el que solo recientemente se han conocido evidencias que lo sustenten. Pero la clave está en que las dos hipótesis no son necesariamente excluyentes, e incluso la mayoría de quienes proponen que la enfermedad pasó por el laboratorio de Wuhan todavía le otorgan un papel en el comienzo de la pandemia.

Alejado de las conspiraciones

Decir que el epicentro del brote original en Wuhan pueda encontrarse en el Instituto de Virología no implica que el virus naciera allí, ni que fuera creado artificialmente y, mucho menos, que se trate de un arma biológica o que pueda haber sido liberado deliberadamente.

Todas esas posibilidades, de nuevo, tendrían que ser sustentadas con pruebas reales, cosa que no ha ocurrido hasta ahora. Las investigaciones que se han llevado a cabo desde el campo de la biología molecular y la genética parecen apuntar hacia el origen último natural del virus.

Lo que ya no parece tan improbable es que se trate de un virus natural que pudo haber pasado por el Instituto y haberse producido una fuga desde ahí.

Esto es algo que ya ha ocurrido en el pasado. Existen varios ejemplos documentados de accidentes de esta clase, como el caso de los últimos brotes de la Viruela, cuando la enfermedad ya se consideraba erradicada.

Así, el virus podría haber surgido en la naturaleza y haber sido cultivado en el laboratorio antes de pasar a los humanos, o podría haber contagiado a una persona y haber sido recogido después. En cualquier caso, hasta ahora lo que parece poco probable es que fuera modificado genéticamente o creado artificialmente. 

El incidente de los mineros

Aquí cobra relevancia otro hecho. En julio del año pasado, The Times se hacía eco de la historia de seis mineros que en 2012 se internaron en una cueva del suroeste de China y enfermaron de neumonía tras entrar en contacto con excrementos de murciélago. Tres de ellos murieron.

Poco después, un equipo de investigadores viajó a la cueva a extraer muestras de los murciélagos, y en ellas encontraron el que hasta ahora es el virus conocido más similar al SARS-COVID-2. Esos científicos, coincidentemente, trabajaban para el Instituto de Virología de Wuhan.

Ruido diplomático

De confirmarse, la hipótesis de la fuga del laboratorio no es suficiente como para inferir un ataque deliberado por parte de China ni la creación de armas biológicas. Pero sí sería la base para acusar al gigante asiático de una grave negligencia, una que podría haberse cobrado la vida de, hasta ahora, más de 3,5 millones de seres humanos.

Por ello, no es de extrañar que el régimen de Pekín se muestre muy receloso de la teoría, y se muestre a la defensiva a la hora de permitir las investigaciones sobre esta cuestión.

Precisamente, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijian, acusaba ayer a Washington de manipular la verdad y de no escuchar a la ciencia, así como de poner en peligro los esfuerzos contra la pandemia.

"Su objetivo es utilizar la pandemia para buscar la estigmatización, la manipulación política y redirigir la culpa. Están siendo irrespetuosos con la ciencia, irresponsables con la vida de las personas y contraproducentes con los esfuerzos concertados para combatir el virus", dijo Lijian.

Mientras tanto, Biden anunció que "trabajará con sus socios alrededor del mundo para presionar a China para que participe en una "investigación internacional completa, transparente y basada en pruebas". Y es que hay importantes intereses internacionales de por medio; los dos países mantienen una ardua guerra comercial y económica, y si se demuestra que el brote fue fruto de una negligencia, China podría afrontar fuertes críticas y hasta represalias por parte de la comunidad internacional.

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