El Ayuntamiento de Sevilla dará comienzo la segunda quincena de junio a los trabajos para la transformación integral de la avenida de la Cruz Roja, en el distrito Macarena, una obra que trasciende lo meramente urbanístico para erigirse en un "proyecto de ciudad", que "mejore la calidad de vida de los ciudadanos" y, sobre todo, que se convierta en un referente nacional e internacional en la lucha contra el cambio climático.
No en vano, el proyecto está cofinanciado con fondos europeos a través del programa Life Watercool y sus objetivos pasan por combatir la isla de calor de Sevilla, más acentuada en el centro de la ciudad, con más árboles y sombra y con un sistema innovador basado en el almacenaje de agua que permite reducir la temperatura hasta seis grados, lo que en la capital hispalense supone pasar de los casi 40 a poco más de 30 en pleno verano.
Así lo explicó este martes el Consistorio en el acto oficial de presentación de esta innovadora iniciativa, en la que colaboran Emasesa, la Universidad de Sevilla, la empresa SDOS y Efeverde, que tuvo lugar en el Hogar Virgen de los Reyes.
El proyecto en su conjunto, cuya ejecución se prolongará durante un año, cuenta con un presupuesto de partida de casi nueve millones de euros, de los que 7,1 se destinarán a las obras de reurbanización de la avenida de la Cruz Roja y las calles Jorge Montemayor, Doctor Jiménez Díaz y Manuel Villalobos. La avenida quedará peatonalizada íntegramente, salvo para servicios de hospital y garajes, con plataforma única y un vial para ciclistas, lo que supondrá una reordenación de la movilidad en la zona; se instalará un sistema de drenaje sostenible, además de fuentes y más arbolado; y se renovarán las redes de abastecimiento y saneamiento en mal estado.
Pero, sin duda, lo más novedoso de este proyecto será la construcción de cuatro zonas de estancia, donde se implementarán soluciones basadas en el almacenamiento y enfriamiento del agua para mitigar el calor. Este sistema, diseñado por la Universidad de Sevilla, será completamente autosuficiente, ya que la energía se generará a través de unas placas solares instaladas en la cubierta del CEIP Arias Montano y se almacenará y distribuirá mediante un sistema de conducciones bajo tierra. Durante el día se producirá la electricidad y por la noche, el agua fría.
El proceso de enfriamiento se aplicará en la marquesina de las paradas de autobús de Manuel Villalobos (corta duración); en el patio del mencionado colegio (zona de estancia de media duración); en la zona de juegos infantiles de la plaza Manuel Garrido (larga duración); y en la plaza ubicada entre Manuel Villalobos y Doctor Jiménez Díaz (larga duración). Y todas ellas, además, contarán con elementos de sombra que hagan también bajar el mercurio.
En la plaza, concretamente, se instalarán de forma temporal siete estructuras hexagonales para dar sombra hasta que crezcan los nuevos árboles, además de una fuente con dos niveles de pulverización que impedirá la entrada de aire caliente por las calles aledañas. Igualmente, se impulsará aire fresco desde el suelo para garantizar el bienestar de los usuarios en estancias superiores a las dos horas, aire que se producirá mediante el agua acumulada en los aljibes de la plaza.
Siguiendo la senda de otras obras ya concluidas o en marcha, como la de la avenida del Greco, la reurbanización sobre el depósito de aguas pluviales de Kansas City o el recientemente presentado proyecto de Cartuja Qanat, la de la Cruz Roja está llamada a ser una de las obras más sostenibles de los últimos años.
"Este es un nuevo ejemplo de proyecto realizado en colaboración con la Universidad, que permite la implantación de técnicas que luego pueden ser replicadas en otros puntos de la ciudad", destacó el delegado de Transición Ecológica, David Guevara. Por su parte, la delegada del distrito Macarena, Clara Macías, incidió en la "transformación urbana, integral, sostenible y ambiciosa" que supone la intervención.
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