“Hoy amanecemos en el Empordà. ¿Qué hacemos? Excursión, barbacoa y siesta en hamaca. Mañana, ya veremos”. Este bien puede ser un día normal para un viajero en autocaravana o furgoneta camperizada. La moda del ‘caravaning’ se está consolidando en todo el país, especialmente en Cataluña, y más todavía a raíz del coronavirus. Mientras a la hostelería le cuesta sudor y lágrimas sobrevivir, este sector aguanta la crisis casi sin esfuerzo. Sus aficionados eligen esta forma de hacer turismo por valores asociados a la libertad, y también por la seguridad que puede proporcionar en este contexto de pandemia.

El sector ya llevaba años en auge. Entre 2014 y 2019, las matriculaciones de autocaravanas y 'campers' en España crecieron un 360%, según datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio de Caravaning (ASEICAR). Durante el 2020, se matricularon en todo el país 8.690 autocaravanas y campers, solo un 3,9% menos que en 2019, y todo en un año en que todo se paralizó durante tres meses por el confinamiento. 

"Del 2014 al 2019, las matriculaciones crecieron un 360%, y en 2020 casi igualamos las cifras del año anterior"

De todas las matriculaciones, el 25% corresponden a Cataluña, la primera comunidad con diferencia. Le siguen Andalucía (16%) y la Comunidad de Madrid (9,8%).

“Después del confinamiento de marzo, rápidamente ofrecimos un tipo de turismo en el que uno puede decidir adónde va y si socializa o no. Tiene menos riesgo de contagio. Además, la percepción del usuario es que lleva su casa a cuestas, con sus cuchillos, sus sábanas… Es una sensación de seguridad sanitaria que no te da ningún sector”, asegura Raúl Vaquero, delegado ejecutivo de ASEICAR.

Nuevos clientes

Tradicionalmente, el perfil más común de este tipo de viajero en España siempre ha sido el de jubilado británico o alemán, con mucho tiempo libre y poder adquisitivo alto. No obstante, últimamente cada vez se están sumando más personas jóvenes y nacionales: familias con niños y parejas jóvenes, que quizás no tienen el poder adquisitivo del jubilado europeo, pero sí un nivel económico medio o alto. De hecho, un estudio de la Universitat de Girona (UdG) afirma que la mitad de los turistas de autocaravanas tienen carrera universitaria y poder adquisitivo elevado.

“Ir autocaravana o furgoneta no es barato”, apunta Vaquero. El precio medio de una autocaravana es de entre 50.000 y 60.000 euros, y el de una caravana es unos 20.000. Las furgonetas camperizadas o ‘campers’, cada vez más de moda, alrededor de los 35.000. 

El rejuvenecimiento del sector del ‘caravaning’ ha venido en parte impulsado por la moda de las furgonetas camperizadas o ‘campers’. Las eligen sobre todo “parejas deportistas, aventureras, aficionados del senderismo, el surf y los deportes de aventura”, según explican fuentes del sector. Además, sus usuarios también lo utilizan entre semana como su vehículo habitual: “De lunes a viernes pueden utilizarlo para ir a trabajar, y cogerlo los fines de semana para hacer escapadas”.

La venta de furgonetas camperizadas se dispara por la llegada de un público más joven

Segunda residencia móvil

Este es el caso de Ramón y Lidia, dos jóvenes recién casados de 30 y 28 años. Él trabaja como ingeniero y ella es ‘brand manager’ en una multinacional. Entre semana viven en Barcelona. El fin de semana, donde les apetezca; a bordo de su Volkswagen California. 

La compraron el año pasado, cuando les cancelaron su viaje de novios a Namibia a causa de la pandemia. “Parte del dinero del viaje de novios lo utilizamos para comprar la furgo, y montamos el viaje de novios con ella. Allí la estrenamos”, cuentan. Así, la pareja salió directa desde Andorra -donde se casaron- para iniciar una luna de miel de 15 días en la que recorrieron las Dolomitas y la costa italiana por la zona de Liguria.

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Desde entonces, no han dejado de darle uso: “Es como nuestra pequeña segunda residencia. La tenemos preparada con algo de ropa, agua… Cosas que nos permite coger el viernes cuando acabamos de trabajar, sin tener que hacer maletas”, explican. El destino lo eligen sobre la marcha: el Delta del Ebro, las montañas de Prades… “Nos gusta hacer excursiones e ir en bici, y dormimos en sitios que estén cerca de la excursión que queramos hacer”, dicen.

Los motivos por el que Ramón y Lidia eligen esta “segunda residencia” menos tradicional son la libertad y la variedad de planes: “Nos interesa patearnos toda Cataluña, conocer todos sus rincones. Si tuviéramos una segunda residencia en la Cerdanya, por ejemplo, nos estaríamos perdiendo otros sitios. Este es un tipo de viaje que te da la libertad de decidir cada día adónde vas. Es una manera de viajar mucho más espontánea", aseguran.

"Es una manera de viajar mucho más espontánea"

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La pareja explica que utiliza una aplicación llamada ‘Park4night’ que les indica dónde pueden pernoctar, tanto en campings, como en zonas de acampada libre. “Nosotros normalmente tiramos por todo lo gratuito”, apunta la pareja. Asimismo, señalan la importancia de cuidar el entorno cuando acampan: “Nos fastidia mucho que según qué sitios frecuentados por autocaravanas y ‘campers’ están llenos de papeles y basura. Al final nos prohibirán aparcar. Nosotros eso lo cuidamos mucho y dejamos el sitio impecable”, explican.

Los campings también notan el auge

Aunque estos vehículos pueden aparcar en zonas gratuitas para pernoctar, los campings también están notando el auge y se están poniendo las pilas. Ward Wijngaert, secretario técnico de la Federación Catalana de Campings, ha explicado en una entrevista con 20 Minutos que algunos campings ya están trabajando para adaptarse a la demanda: “Las autocaravanas tienen unas exigencias, y por eso vamos adaptándonos. Muchos campings en Cataluña están aplicando tarifas más baratas de pernocta, para la gente que llega tarde y se va pronto por la mañana. También están facilitando parcelas más anchas y servicios como limpieza automatizada de váteres químicos”.

“La pandemia ha hecho que por fin el cliente nacional haya encontrado el camino hacia nuestros campings”

Asimismo, Wijngaert ha valorado que desde su sector están “muy contentos” por el incremento de público nacional, ya que los españoles “siempre habían sido muy poco campistas”. “La pandemia ha hecho que por fin el cliente nacional haya encontrado el camino hacia nuestros campings”, celebra. “La pandemia ha hecho que por fin el cliente nacional haya encontrado el camino hacia nuestros campings”

ACN