Una semana después de que acabase el estado de alarma, en vigor durante los últimos siete meses, España comienza a practicar una nueva normalidad que recuerda, cada vez más, a la anterior. Al éxodo de madrileños que se ha producido en el fin de semana de San Isidro se unen las imágenes producidas en otras capitales del país: terrazas repletas, reencuentros familiares y calles rebosantes de gente. Cierto es, no obstante, que una gran presencia policial ha evitado que se repitieran las escenas que tuvieron lugar la madrugada del pasado 9 de mayo, en la que muchas plazas se llenaron de personas que celebraron el fin de la alarma incumplimiento todas las medidas sanitarias.

Ya sin necesidad de salvoconducto para viajar, muchos madrileños optaron el viernes por abandonar la capital. Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) constataron retenciones en la tarde del viernes en las diferentes carreteras principales y se produjo un aumento de las salidas de más de un 50% respecto a la semana anterior. En el total del territorio, se registraron 3,6 millones de desplazamientos de largo recorrido, un incremento del 4% respecto a un fin de semana equivalente de mayo de 2019, antes incluso de la pandemia.

Justo este fin de semana la Comunidad ha salido del denominado ‘riesgo extremo’ al rebajar su incidencia acumulada en los últimos 14 días de la barrera de los 250. Según el informe epidemiológico del sábado, la IA se sitúa en la actualidad en 245 casos por cada 100.000 habitantes, lo que confirma que el puente de mayo no afectó en gran medida a la situación del virus en la autonomía.

Desalojadas más de 9.000 personas en Barcelona en otra noche de botellones

Ese éxodo, sumado al férreo control policial en las calles con más de 2.200 agentes desplegados, ha provocado que la capital madrileña haya vivido un San Isidro "ejemplar", en palabras de la delegada de Cultura capitalina, Andrea Levy.

Pese a que las terrazas han estado llenas a lo largo del fin de semana y la gente se ha lanzado a la calle por el buen tiempo, para nada se han repetido las imágenes ocurridas hace poco más de una semana. Si bien las autoridades no han hecho público aún el balance policial, la edil responsable de Cultura sí ha deslizado que han sido unos días tranquilos más allá de alguna que otra aglomeración en eventos y un macrobotellón evitado en el corazón de Malasaña.

Cabe destacar que la celebración del decaimiento del estado de alarma se saldó con 650 sanciones por consumo de alcohol en vía pública y otras 350 por no usar mascarilla. "Las imágenes de irresponsables que se aglutinaron la semana pasada para hacer celebraciones del todo ilegales e irresponsables son cosa ya del pasado", ha señalado Levy, que ha contrapuesto la "tranquilidad" madrileña con la situación en Barcelona.

En la Ciudad Condal se ha tenido que desalojar a más de 9.000 personas que participaban en concentraciones multitudinarias, como la registrada en la playa de Sant Miquel, donde se dispersó a 2.000 personas. En Valencia, aún con toque de queda entre las 12 y las 6 de la mañana, los turistas llenaron las playas y las terrazas. También los hoteles han registrado un buen fin de semana, con una ocupación que ha rondado el 60% de media, según la patronal hotelera valenciana. De la misma forma, las playas de Andalucía han registrado una gran afluencia aunque sin aglomeraciones.