Sánchez cuenta con la llegada del turista británico este verano... pero de momento solo a Canarias y Baleares

  • Reino Unido situará a las islas españolas entre las zonas desde donde no exigirá cuarentena a sus nacionales a la vuelta.
  • ​El listado de regiones europeas a las que podrán viajar los británicos sin restricciones se conocerá el 17 de mayo.
  • España intenta incluir otros territorios entre los destinos de los británicos, que en 2019 gastaron 18.000 millones.
Turistas en una playa de Tenerife.
Turistas en una playa de Tenerife.
CEDIDA.
Turistas en una playa de Tenerife.

Los turistas británicos volverán a España este verano, aunque no a todo el país. De momento, el Gobierno cuenta con que el Reino Unido dará luz verde para que sus nacionales puedan irse de vacaciones a Canarias y Baleares sin tener que observar una cuarentena a su vuelta. La fecha límite es dentro de tres semanas y los contactos continúan para intentar que Londres incluya otros destinos españoles como seguros para viajar, como Málaga o la costa del Levante, aunque la tarea no se ve fácil. 

La decisión final de adónde podrán viajar los británicos este verano se tomará el 17 de mayo, cuando el Reino Unido anunciará su "semáforo" epidemiológico, que clasificará los países de Europa entre categorías -verde, ámbar y roja-. Solo los que se encuentren en la primera serán destinos desde los que los británicos no tendrán que guardar una cuarentena a su regreso. Por lo tanto, estarán libres para visitar sin restricciones a la vuelta.

Con este mapa, al estilo del que ya hace con la UE el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), Londres busca criterios para dar una salida vacacional a sus ciudadanos fuera del Reino Unido, en un procedimiento que afecta directamente a España, porque es uno de los principales países receptores de turistas internacionales y británicos.

En juego está qué parte de los 17.986 millones de euros que se dejaron los turistas británicos en España en 2019 se podrá recuperar. Según el último año antes de la pandemia, el 22,5% de los turistas internacionales que llegaron a España procedía del Reino Unido. Fueron 18 millones de personas que gastaron una media de 995 euros durante su estancia, unos 135 al día.

Sin embargo, la presencia de británicos en España este verano no se espera ni tan numerosa ni tan beneficiosa en términos económicos, justo en un momento en el que el Gobierno se encomienda al sector turístico para empezar a reactivar la economía. En la recta final antes de que Londres tome una decisión sobre a qué lugares dejará viajar libremente a sus nacionales, el Ejecutivo intenta que queden dentro cuantos más territorios mejor.  Para ello, Madrid ha movilizado a secretarios de Estado y responsables diplomáticos, a los que se suman responsables autonómicos que desde hace meses mantienen contactos con autoridades británicas para conseguir quedar también en zona "verde".

Tres colores, dos cuarentenas

A la espera del anuncio oficial, para el verano de 2021 solo se cuenta de momento con que los británicos podrán viajar a Canarias y Baleares sin tener que guardar cuarentena a la vuelta a su país. Quedarán previsiblemente en zona verde y, aunque lo ve complicado, el Gobierno sigue intentando que otras regiones puedan quedar también en esa primera división. Detrás de Cataluña -que en 2019 recibió a 19,3 millones de británicos-, los dos archipiélagos son su destino favorito -13,6 y 13,1 millones respectivamente-. Les siguen Andalucía (12 millones), la Comunidad Valenciana (9,5 millones) y la Comunidad de Madrid (7,6 millones).

Según el esquema que prepara Londres, los territorios en verde serán los que estén en una buena situación epidemiológica y los británicos que viajen a ellas podrán regresar al Reino Unido sin ninguna restricción. Los británicos que viajen a zonas en ámbar, con situación peor, tendrán que permanecer aislados en sus domicilios durante 10 días a su regreso. En tercer lugar, el Gobierno británico desincentivará más aún viajar a territorios "rojos" porque obligará no solo a hacer 10 días de aislamiento  a la vuelta, sino a hacerlo en un 'hotel cuarentena" por el que sus ciudadanos tendrán que pagar 1.750 libras (2.015 euros). También tendrán que correr con los gastos de un test antes de partir desde esta zona roja y otros dos a la llegada al Reino Unido.

De momento y aunque aún no es oficial, el Gobierno cuenta con haber conseguido que Canarias y Baleares queden en zona verde. Algo así empezó a apuntar esta semana el secretario [ministro] británico de Transportes, Grant Shapps, cuando anunció que se diferenciará entre islas y parte continental.

Ofensiva diplomática

Para el Gobierno español esto da cierta esperanza de que, como ocurre en la UE, el semáforo británico no tenga en cuenta países enteros, sino regiones dentro de ellos, para dar así alguna posibilidad a comunidades con una situación mucho mejor que otras. "Venimos defendiendo que lo importante es que se evalúe epidemiológicamente a las regiones y no necesariamente a países enteros. Si procedemos de esta manera, podremos ser mucho más graduales en las medidas y en las restricciones de movilidad", decía hace unos días desde Palma el secretario de Estado de España Global, Manuel Muñiz, uno de los negociadores españoles con Londres. 

Con Canarias y Baleares dentro, distinta es la situación de otras zonas que también son destinos de gran afluencia del turista británico pero sobre las que existen serias dudas de que puedan entrar en zona verde. Uno de ellos es la provincia de Málaga y aunque en el Gobierno no lo dan todo por perdido también advierte de la dificultad de que el Reino Unido acceda a considerar la provincia como un ente autónomo de toda Andalucía. Según explican, si hay un brote en una isla, se puede cerrar. Si es en una provincia colindante con otras, es mucho más complicado. 

Algo parecido ocurre con la Comunitat Valenciana. El gobierno de Ximo Puig mantiene también contactos con las autoridades británicas y su director general de Turismo, Francesc Colomer, pidió hace unos días con la cónsul británica en España, Sarah Jane Morris, que su gobierno también les dé un trato espacial, al estilo del que tendrán las islas. La Comunitat defiende que el patrón de comportamiento de los tres millones de británicos que la visitan cada año y los 70.000 residentes allí es sedentario, que no se mueve a otras comunidades y que por tanto es fácil trazar sus movimientos y contactos. Colomer asegura que la situación es similar a la que se da en las islas, con las que denuncia cierto "agravio". También por que la incidencia del virus en la Comunitat Valenciana es ahora una de las más bajas de España.

"Hemos aprendido a ser prudentes", dice sobre este año de la pandemia, "pero me quedé con la sensación de cierta esperanza" tras su última reunión con la cónsul británica.

"España está desesperada por recibir" a los británicos, dijo hace unos días el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, en Sky News. "Estaremos preparados", aseguró y destacó la buena marcha de la vacunación contra la Covid en Reino Unido, que permitirá, si no tener un verano como en 2019, al menos sí "reiniciar de nuevo el turismo". 

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