El FMI pronostica que España tendrá el déficit disparado hasta 2026 y que será el país que más tardará en reducirlo

Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el debate del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2021, en el Congr
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Congreso de los Diputados.
EUROPA PRESS/E. Parra. POOL - Europa Press
Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el debate del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2021, en el Congr

España mantendrá disparados el déficit y la deuda pública al menos durante los próximos cinco años. Según las previsiones facilitadas este miércoles por el FMI, el déficit español se mantendrá en un 9% del PIB este año, dos puntos y medio por debajo del marcado en 2020 (11,5%, el peor entre los Estados miembros de la UE). Además, será el país que más tarde en recuperarse: en 2026 no habrá vuelto aún los niveles de antes de la pandemia. Para entonces, el déficit se situará en un 4,3%, cuando en 2019 estuvo en un 2,9%. Con la deuda, la dinámica será la misma. El FMI calcula que cerrará 2021 en un 118,4% (1,3 puntos por encima que en 2020) y que en 2026 la cifra seguirá siendo la misma. 

Las previsiones para otros países de nuestro entorno son mejores. En el caso de Italia, el FMI cree que reducirá el déficit de un 8,8% este año a un 1,8% en 2026, ya en niveles precrisis. En cambio, la deuda pública seguirá siendo un mal endémico para el país transalpino, ya que se mantendrá en un 151% dentro de cinco años, la más alta de Europa. En el caso de Alemania y Francia, ambos reducirán a buen ritmo su desequilibrio presupuestario, e incluso los germanos podrían lograr superávit ya en 2023. Para Francia, el fondo espera en 2026 un 3,5% de déficit, un dato muy similar al de 2019 (3%). Los galos, en cambio, no volverán al nivel precisis de deuda, algo que Alemania sí logrará, pasando de un 70,3% en 2021 a un 57,1% en 2026.

Los datos conocidos este miércoles se unen a las proyecciones del FMI sobre crecimiento, conocidas ayer y que dejaron una noticia positiva y otra más preocupante para la economía española. El fondo prevé una subida del PIB de un 6,4% para este año, con lo que España se convierte en el país de su entorno que más crece. Sin embargo, no recuperará los niveles previos al coronavirus al menos hasta 2023 y es, junto con Italia, el país que más tardará en superar la caída provocada por la pandemia.

Subir los impuestos o crear algunos nuevos

Frente a esta delicada situación, el organismo plantea recurrir a los impuestos, ya sea aumentando los existentes, sobre todo a las rentas altas, o con la creación de nuevas tasas. "Reforzar la capacidad fiscal en el mundo pospandémico será crucial para que tanto las economías avanzadas como las que están en desarrollo puedan hacer frente a las grandes necesidades de gasto", explica en el documento publicado este miércoles. Además, pone el foco en las grandes empresas. "La cooperación internacional y el acuerdo sobre la imposición mínima efectiva de las empresas pueden ayudar a frenar una mayor competencia fiscal y permitir a los países mantener tipos más altos y reducir los gastos fiscales", añade en el informe.

El FMI insiste en la importancia del sistema tributario para salir de la crisis y pide a los países que expliquen a la ciudadanía en su utilidad: "Pueden hacer hincapié en el efecto conjunto de los impuestos y los gastos comunicando que los mayores ingresos fiscales financiarán necesidades específicas, como la atención sanitaria", sostienen los expertos, al tiempo que resaltan que las demandas de la población deben ser claves en esas decisiones sobre impuestos.

Riesgo de que aumente la desigualdad

El informe, por otro lado, alerta sobre el riesgo de que la pandemia provoque un aumento importante de la desigualdad, por lo que resaltan la importancia de la asistencia social. "Los impuestos directos y las transferencias, a largo plazo, han reducido la desigualdad de ingresos en más de un tercio en las economías avanzadas", explica el FMI en el documento. "Son programas especialmente importantes en las economías en desarrollo" dada la "elevada informalidad" del mercado laboral. En este sentido, el fondo llama a los países a adaptar el mercado laboral a la digitalización, "que se va a acelerar" tras la pandemia. Ese ritmo puede suponer un problema para la reincorporación al mercado de los trabajadores menos cualificados.

"Debido a que la Covid-19 afecta desproporcionadamente a los grupos más vulnerables, se prevé que la pobreza y la desigualdad de ingresos aumenten", esgrime el FMI. Estos desequilibrios se ven también en el mercado laboral. "En las economías en desarrollo los trabajadores poco cualificados, los trabajadores informales y los jóvenes han experimentado los efectos más efectos más pronunciado", argumentan, y explican que la caída del empleo ha sido más aguda para las ocupaciones de baja y media cualificación. Asimismo, recuerda el fondo, las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores más afectados por la pandemia, ya que representan alrededor del 60% de los trabajadores de los servicios de alojamiento y venta al por menor en los países miembros de la OCDE.

"Debido a que la Covid-19 afecta desproporcionadamente a los grupos más vulnerables, se prevé que la pobreza y la desigualdad de ingresos aumenten"

La desigualdad, añade el FMI, se puede paliar por otro lado reforzando las inversiones en los servicios públicos. "El gasto público puede compensar en parte las diferencias entre ricos y pobres", refleja el informe. En este sentido, la sanidad y la educación son claves. "Los datos de los distintos países muestran que el gasto público en educación puede reducir la importancia de los antecedentes familiares", sentencia el informe.

En conclusión, el FMI llama a que las inversiones se hagan buscando la efectividad, y avisa: "La debilidad de la inversión pública y de la gobernanza del gasto social, la mala asignación de los recursos educativos y sanitarios, la desigualdad y la limitación de las instituciones tienden a provocar una baja eficiencia del gasto".

El análisis del fondo se da en un momento importante: este mes España -y el resto de países miembros- tendrá que presentar ante la Comisión Europea el plan nacional de reformas para acceder a los 140.000 millones que le corresponden de los fondos de recuperación de la UE (750.000 millones de euros en total). Bruselas asegura que la hoja de ruta española está "muy avanzada", y las medidas, a grandes rasgos, han de orientarse a paliar el alto nivel de desempleo, a mejorar la digitalización y a reformar el sistema de pensiones, entre otras.

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