Veto al rey, indulto al procés y foto con Bildu: la semana más 'independentista' de Sánchez desde que está en Moncloa

  • ERC, más cerca de apoyar los Presupuestos tras el anuncio del Gobierno de que tramita el indulto a los presos del procés.
  • El PSOE cumple con la petición de Bildu de escenificar su "normalización" promoviendo la foto con Carmen Calvo.
  • El presidente se alinea con Iglesias tras impulsar el veto a la presencia del rey en el acto judicial de Barcelona.
El Rey Felipe VI y Pedro Sánchez
El rey Felipe VI y Pedro Sánchez.
Moncloa
El Rey Felipe VI y Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno por fin ha decidido la baraja con la que va a jugar la partida para intentar aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Después de varias semanas de equilibrismos para no enfadar a Cs, por un lado, y a la mayoría de la investidura, por el otro, en estos últimos siete días el presidente del Gobierno ha optado por los gestos para mostrar su preferencia. Y la balanza la ha decantado hacia el lado izquierdo. 

Sánchez ha escenificado su decisión con tres gestos que en otro momento habrían generado un considerable malestar entre los socialistas. Dar a EH Bildu un trato de socio preferente, el anuncio de la tramitación del indulto a los presos del procés y el veto a que el rey participe en el anual acto judicial de Barcelona han marcado la agenda del Gobierno esta semana. Y Sánchez ha elegido no estar presente personalmente en ninguno de ellos. Los dos primeros tuvieron lugar el miércoles, el día en el que se celebró la habitual sesión de control al Gobierno en el Congreso, que en esta ocasión no contó con la presencia del presidente por su viaje a Bruselas para reunirse con varias autoridades europeas.

Sánchez no estuvo en el hemiciclo, cosa que le afearon varios portavoces de la oposición, pero ni falta que hizo para que el Gobierno fuera noticia por la vía de uno de sus ministros menos mediáticos: el titular de Justicia, Juan Carlos Campo. El ministro fue el encargado de contestar a una pregunta de la portavoz de JxCat, Laura Borràs. Y al final de su respuesta, como sin darle mucha importancia, informó de que la semana que viene el Gobierno comenzará la tramitación de las peticiones de indultos a los presos del procés.

El anuncio fue tan inesperado que ni siquiera los propios independentistas lo conocían previamente, y entre que Campo soltó la bomba y las formaciones de la derecha mostraron su furibundo rechazo también pasó un buen rato. Y eso que, en términos jurídicos, lo anunciado por Campo es básicamente una cuestión de trámite que el Gobierno está obligado a hacer y que no le compromete a absolutamente nada ni implica necesariamente que se vaya a indultar dentro de unos meses a nadie, como se encargó de reseñar este viernes la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

Pero la lectura política es evidente: supone que el Gobierno tiende la mano a las claras al independentismo catalán a las puertas de empezar a negociar los Presupuestos. Un gesto de ese calibre aleja sensiblemente la opción de Cs, que ya ha dicho por activa y por pasiva que no estará en ningún acuerdo que incluya a ERC y que, por supuesto, se muestra radicalmente en contra de cualquier indulto a los presos del procés. Además, para más inri, ese mismo miércoles tuvo lugar el segundo movimiento que Sánchez hizo para acercarse a los independentistas, esta vez por mediación de Calvo: la reunión que mantuvo esta última con EH Bildu.

Calvo y EH Bildu empiezan a hablar

Los portavoces de EH Bildu en el Congreso ya se habían reunido la semana pasada con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, públicamente partidario de negociar los Presupuestos con ellos y el resto de formaciones independentistas. Pero que lo hicieran con Calvo supone un nuevo acercamiento de la parte del Gobierno más proclive al pacto con Cs, por mucho que la vicepresidenta esté manteniendo reuniones con todos los grupos parlamentarios. Máxime cuando los propios abertzale informaron de que en esa reunión le habían trasladado su mano tendida a negociar las cuentas.

EH Bildu ya había mostrado esa disposición en su encuentro con Iglesias unos días atrás, pero la reunión con Calvo sirvió, además, para tomar el pulso a las posibilidades de que el Gobierno se apoye en los independentistas para sacar adelante algunas de sus reformas más señeras -y más del gusto de estas formaciones- de los próximos meses. Es el caso, por ejemplo, de la Ley de Memoria Democrática, cuyo anteproyecto fue recientemente presentado, o la reforma del Código Penal para modificar el delito de sedición, que no obstante Campo quiso señalar que no estará lista a corto plazo.

El tercer gesto del Gobierno al independentismo es uno que el propio Ejecutivo ni ha admitido ni ha rechazado haber ofrecido: la ausencia del rey Felipe VI en Barcelona este viernes para la entrega de despachos a los nuevos jueces. Ningún ministro ha querido explicar con claridad el motivo por el que el monarca no ha asistido al acto, si bien el propio Felipe VI ha dejado claro que no ha sido por voluntad propia telefoneando al presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, para expresarle su pesar por no haber podido acudir.

La sentencia de Torra eleva la temperatura en Cataluña

Las explicaciones del Gobierno han sido, en el mejor de los casos, bastante crípticas. La vicepresidenta Calvo señalaba este viernes que es el Ejecutivo el responsable de "refrendar políticamente cuáles son las actuaciones y posiciones del rey Felipe VI", y sostuvo que la decisión de que no acudiera a Barcelona se debe a "razones que ocupan el día a día". ¿Cuáles? La vicepresidenta no abundó en ellas, ni tampoco lo hizo el día anterior el ministro Campo, que argumentó que la decisión buscaba "proteger las instituciones", entre ellas la propia monarquía.

No es baladí, sin embargo, que la ausencia del rey se produjera pocos días después de que Pablo Iglesias cuando se está a la espera de que el Tribunal Supremo haga pública la sentencia sobre el proceso en el que está inmerso el president de la Generalitat, Quim Torra, por colgar una pancarta en favor de los presos del procés en la sede de la institución. Aunque Calvo, el viernes, rechazó que tuviera algo que ver. "El poder ejecutivo no sabe cuándo se pronuncia el judicial", zanjó. 

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