Doble aislamiento, uno voluntario, y permanente, y otro de carácter obligado, y temporal, como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Así viven estos días las 21 religiosas de clausura que habitan el convento de Santa Paula de Sevilla, de Monjas Jerónimas, que está ubicado en el corazón del barrio de San Julián, cerca de la iglesia de San Marcos, que es su parroquia.

Y es que las monjas han quedado confinadas después de detectarse un caso positivo en una de ellas, lo que ha obligado al resto a aislarse, más si cabe, hasta tener los resultados de las pruebas PCR que se van a realizar este mismo jueves, tal y como ha confirmado la Archidiócesis de Sevilla a Europa Press, ya que se considera a las religiosas contactos estrechos de la persona contagiada.

La situación obliga a las moradoras de este convento, considerado Bien de Interés Cultural, a extremar las medidas de prevención e higiene en su día a día, que comienza a las 5.50 horas cuando toca la campana para despertar a las religiosas y continúa hasta primera hora de la noche, cuando dan por finalizada la jornada.

El convento es popularmente conocido en la ciudad por la venta al exterior de sus famosas mermeladas y otros dulces, que también se pueden adquirir a través de su web (santapaula.es).