El Ministerio de Trabajo y los agentes sociales coincidieron este lunes en la necesidad de que haya un acuerdo lo antes posible para la prórroga de los ERTE por fuerza mayor ocasionados por la crisis del coronavirus, que todos ven deseable. Y han pactado tratar de evitar por todos los medios llegar a la última semana de septiembre con la negociación aún abierta, habida cuenta de que la extensión debe aprobarse antes del 30 de septiembre.
Tras la primera toma de contacto el viernes pasado, Gobierno, patronal y sindicatos se reunieron este lunes por primera vez para abordar los asuntos técnicos de la nueva prórroga de los ERTE. Fuentes de la negociación aseguran que en la reunión -que duró algo más de dos horas- no se entró en detalles en relación a los grandes escollos que habrá en las negociaciones: hasta cuándo durará la prórroga, el modelo que seguirán las exenciones fiscales o los sectores y trabajadores a los que se aplicará.
Pero sí se acordó, explican estas fuentes, un calendario, un "límite" para evitar que la negociación se enquiste y se alargue hasta apurar los plazos. Esto era una exigencia de la patronal, pero también de los sindicatos, que coinciden en asegurar que las empresas necesitan tiempo para adaptar se a la nueva regulación que se apruebe y no pueden verse sumidas en la incertidumbre hasta pocas horas antes del 30 de septiembre.
En este sentido, Gobierno y agentes sociales acordaron volver a reunirse este jueves para iniciar por fin la negociación sobre el contenido del nuevo acuerdo de los ERTE. Lo previsto es que el Ejecutivo haga llegar en los próximos días una propuesta a patronal y sindicatos para que la estudien y comenzar a trabajar sobre la misma, aunque se prevé que se tome como base el texto actualmente vigente.
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