Las previsiones climátologicas auguraban tormentas de verano y no tardaron en llegar. En muchos puntos del país el agua ha caído con mucha fuerza llegando a provocar destrozos.

La tormenta dejó inundada la calzada en la M-50 de Madrid y un conductor atrapado en su coche salió a hombros del bombero que le rescató. En la capital un árbol caído cortó el tráfico hasta que fue retirado por los bomberos.

En Gijón, la mayoría de transeúntes tuvo que añadir el paraguas y el chubasquero a su atuendo. En Albacete, el protagonismo se lo llevaron las enormes bolas de granizo. 

Un clima que se agradece más aún después de varias semanas con ola de calor, pero que hay que disfrutar ahora porque, las altas temperaturas, no van a tardar en llegar de nuevo.