Si dan los números, el gobierno de coalición en el País Vasco entre el PNV y el PSE podría reeditarse, al menos desde el punto de vista de los socialistas. Preguntado sobre esta posibilidad en una entrevista este domingo a Vocento, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado que “la transversalidad siempre ha sido buena en Euskadi”, aunque anteponiendo las políticas sociales de “igualdad” a la “identidad”.

Según ha dicho, lo que funcionan son “gobiernos transversales, no gobiernos basados solamente en la identidad, sino en cuestiones que ahora mismo cobran, como consecuencia de la pandemia, una mayor actualidad como es la igualdad”. Este domingo, Sánchez ha insistido en esta vertiente de igualdad frente a la identidad -que propugna el PNV, de quien los socialistas son socios de Gobierno- en un mitin en Bilbao en el que se ha comprometido a reforzar el autogobierno en Euskadi, pero un “autogobierno transversal” en “el que quepa toda la sociedad” y donde “prime la igualdad por delante de la identidad”.

Según los sondeos de este domingo, en el ecuador de la campaña, el PNV mejoría su mayoría en las elecciones del próximo domingo pero se quedaría 

lejos de la mayoría absoluta, con margen para pactar cómodamente con los socialistas.

En la pasada legislatura, el Parlamento vasco abrió el debate de la reforma del Estatuto de Guernika, en el que se han visto las diferencias entre los dos partidos que forman el Gobierno. El PNV apostó junto a Bildu por una consulta a la ciudadanía sobre el texto que salga de la Cámara vasca y antes de negociarlo con el Gobierno central, al estilo de lo que ocurrió con la reforma del Estatut catalán. El texto base de los nacionalistas propone entablar una relación con el Estado “singular, bilateral y de naturaleza confederal en el marco constitucional”.

En un mitin junto a la candidata socialista a lehendakari, Idioa Mendia, Sánchez ha insistido en que el autogobierno vasco debe ser “trasvesal” y en él debe caber “toda la sociedad” y primar “la igualdad delante de la identidad”.

Por otra parte y tal y como reclama el gobierno de Íñigo Urkullu, Sánchez se ha comprometido a “acelerar” el traspaso de competencias a Euskadi que quedó paralizado con la pandemia y ha destacado también la cooperación que durante la pandemia ha habido entre el Ejecutivo central y los gobiernos autonómicos, también el vasco.

Frente a las críticas de sectores nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, ha negado que el Gobierno central haya usurpado competencias autonómicas. Lo que ha hecho ha sido “trabajar codo con codo” con las comunidades. “Hemos alineado toda la respuesta institucional para hacer frente al enemigo común, que es el virus, y hemos abierto la vía de la cogobernanza, que no significa ni más ni menos que cogobernar”.

“No se nos habrá escuchado ningún reproche a los gobiernos autonómicos”, ha continuado Sánchez, en otro mensaje de cercanía al Ejecutivo de Urkullu, con quien espera reeditar la coalición. Aunque “a lo mejor teníamos alguno”, ha dicho en alusión velada a las quejas que en otras instancias del Gobierno sí se han escuchado sobre Cataluña o la Comunidad de Madrid. "Queríamos anteponer el mensaje de unidad, remando en la misma dirección”, ha dicho Sánchez, que un día más ha reprochado justo lo contrario al PP.

“Ha ido caminando en sentido contrario para tratar de atacar y derribar al Gobierno”, ha dicho de los de Pablo Casado. Y ha añadido que “la estrategia de la derecha ha fracasado, les pido que dejen a un lado sus intereses partidistas y arrimen el hombro con el Gobierno de España”.