La biodiversidad, el tesoro más rico y amenazado

Un ganadero en un territorio de la selva en el estado de Rondonia, en Brasil
Un ganadero en un territorio de la selva en el estado de Rondonia, en Brasil
EFE
Un ganadero en un territorio de la selva en el estado de Rondonia, en Brasil

Desde 1974, el calendario de Naciones Unidas tiene marcado en rojo el 5 de junio como una fecha muy importante, con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente. Este día es una plataforma global y pública en la que líderes mundiales, empresas y sociedad civil se reúnen en torno a un asunto ambiental.

La temática escogida por la ONU para este año es la biodiversidad, una preocupación latente en todo el mundo que se abordará en Colombia, la anfitriona de 2020 con el apoyo de Alemania. El país latinoamericano ha sido elegido por su gran diversidad de especies: posee más tipos de aves y orquídeas que ningún otro territorio del planeta y su gobierno ha hecho de la preservación de la biodiversidad una prioridad nacional.

La relación entre los humanos y las otras formas de vida en la Tierra es indiscutible. Así lo han demostrado sucesos recientes como los incendios en el Amazonas, California y Australia; la invasión de langostas en el Cuerno de África y la pandemia de Covid-19.

La base de la existencia

La ONU define la biodiversidad o diversidad biológica como la variabilidad de los seres vivos sobre la Tierra, la base que sustenta toda la vida y se relaciona directamente con todos los aspectos de la salud humana.

Un millón de las ocho especies que habitan el planeta se enfrentan a la extinción en tan solo décadas

En la actualidad, la biodiversidad abarca aproximadamente 8 millones de especies de plantas y animales en el planeta, de las cuales un millón se enfrentan a la extinción, algunas en tan solo décadas, según el último informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Esta es una realidad alarmante, ya que cambiar o eliminar un elemento en esta red afecta a todo el sistema de vida y puede producir consecuencias negativas.

De acuerdo con el informe Ipbes y GEO-6, los cinco impulsores de la pérdida de biodiversidad son: cambios en el uso del suelo, sobreexplotación de plantas y animales, emergencia climática, contaminación y especies invasoras. Acciones así alteran el equilibrio de la naturaleza, con graves consecuencias para la humanidad, incluido el colapso de los sistemas alimentarios y de salud.

Una acción global

A pesar de la incipiente pérdida de biodiversidad, esta situación puede revertirse con una acción global, llamamiento que hace la ONU en el Día Mundial del Medio Ambiente 2020.

Es necesario reinventar la relación
con la naturaleza para proteger la vida

Para ello, habría que reinventar nuestra relación con la naturaleza tal y como la entendemos, poniendo el foco en proteger y restaurar la vida silvestre, cambiando el modelo de producción y consumo de alimentos, promoviendo la infraestructura ecológica y transformando la economía mundial. Los seres humanos deberían ser los responsables y últimos guardianes de la base de la vida en la Tierra, el planeta en el que residen. 

España, el país líder en biodiversidad de la UE

España es el país más rico en biodiversidad de toda la Unión Europea y el que más reservas presenta del mundo, 52, que ocupan una superficie superior al 12% de su territorio. Así lo reflejan los datos recogidos por el Ministerio para la Transición Ecológica.

Aunque ahí no acaba la amplia variedad de vida de la que presume la nación: la Fundación Biodiversidad señala que más del 50% de las especies animales de Europa y más del 5% de las del mundo están presentes en España, que suma más de 85.000. Además, dentro del Viejo Continente, nuestro país es el que mayor superficie aporta a la Red Natura 2000, el conjunto de áreas naturales más extenso de todo el mundo.

Pero, ¿a qué se debe esta riqueza? Los factores que hacen de España uno de los países con mayor biodiversidad son múltiples, como pueden ser su posición geográfica, su diversidad geológica, la gran variedad climática y la existencia de las islas.

El quebrantahuesos es un ejemplo de 'especie paraguas'.
El quebrantahuesos es un ejemplo de 'especie paraguas'.
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Frenar la amenaza

A pesar de la indiscutible pluralidad natural de España, alrededor de la mitad de sus especies están catalogadas en alguna de las categorías de amenaza de extinción.

Detener la pérdida de biodiversidad continúa siendo la tarea pendiente de nuestro país: en España hay 941 especies amenazadas entre fauna y flora; una cifra muy superior a las 546 registradas en el año 2000 por el informe del Ipbes (Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas). De estas, 192 están en peligro de extinción y otras 134 en estado vulnerable.

Entre las especies más amenazas se encuentran el águila imperial, la cerceta pardilla, la focha moruna, la malvasía cabeciblanca, el lince ibérico y el oso pardo, entre muchos otros. En total, el 31% de los vertebrados terrestres y el 54% de los peces de agua dulce, según la OCDE.

Las 'especies paraguas' son esenciales para proteger territorios amenazados

A pesar de los malos datos, el lado positivo viene justamente de un conjunto de animales cuya existencia garantiza la de otros: las ‘especies paraguas’. Este tipo de especies reciben su particular nombre por su función, ya que protegen territorios delimitados frente a la degradación de la biodiversidad, se adaptan a diferentes hábitats y son un símbolo de los ecosistemas que más necesitan ser protegidos.

En el territorio nacional, el oso pardo, el quebrantahuesos, el lince ibérico y el águila imperial son casos de éxito de ‘especies paraguas’ que han dejado de estar catalogadas como en peligro crítico de extinción gracias, en parte, a la concienciación ciudadana.  

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