El miércoles que viene, el Congreso de los Diputados tendrá que votar una nueva extensión del estado de alarma, vigente desde mediados del pasado marzo. Pero previsiblemente lo hará, según confirmó este sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por última vez, y además el Ejecutivo solicitará que la duración de esta alarma sea "aproximadamente" de un mes y no de 15 días, con el objetivo de que abarque el periodo que se estima para que toda España termine la desescalada.

Se confirman así las informaciones adelantadas en los últimos días en relación a los cambios de esta última extensión del estado de alarma, que según explico Sánchez también podría ser "asimétrico", como lo está siendo el desconfinamiento. Eso significa, señaló el presidente, que el Gobierno podría levantar las medidas de excepción en los diferentes territorios según estos vayan accediendo a la fase de "nueva normalidad", después de haber recorrido las cuatro con las que cuenta el plan de desescalada. 

En el nuevo estado de alarma, si sale adelante en el Congreso, solo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se mantendrá como autoridad competente. Eso implica que los responsables de Interior, Defensa y Transportes, Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y José Luis Ábalos, respectivamente, dejan de tener competencias especiales que las comunidades irán poco a poco recuperando las competencias temporalmente centralizadas, como exigían muchas de ellas. 

Aunque, eso sí, Sánchez advirtió que "durante algunas semanas más seguirán parcialmente limitados algunos derechos, especialmente la circulación, para proteger el derecho a vida y la salud pública". Pero todos los demás derechos, recordó, siguen vigentes e "intactos", incluidos "todos los sistemas de control democrático", entre ellos las sesiones de las Cortes Generales, el poder judicial o la libertad de expresión o de prensa.

El Gobierno negocia desde hace días con PNV, ERC o Ciudadanos para conseguir los apoyos para esta prórroga, que aún no tiene asegurados. "Estamos dialogando con todos los grupos políticos dispuestos a arrimar el hombro, queremos un gran consenso en el Congreso que refleje el que existe en la ciudadanía española", sostuvo Sánchez, que apeló a "todos los partidos responsables que quieren ser útiles al país" a votar a favor de la alarma. Entre esas formaciones el presidente no cuenta a PP y Vox, que han anunciado ya que votarán en contra de la prórroga "antes de conocer la propuesta", según afeó.

Sánchez evita el cuerpo a cuerpo con Ayuso

Sánchez defendió la necesidad de alargar de nuevo el estado de alarma con el mismo argumento de las últimas semanas: que es la única forma de limitar la circulación, algo clave para detener los contagios, y que "ha funcionado a todos los niveles y en todas las comunidades". "La prudencia debe continuar siendo la regla", porque "aunque las cifras mejoran, el virus sigue ahí", insistió en repetidas ocasiones el presidente del Gobierno.

En este sentido, Sánchez se felicitó de que casi toda España haya pasado ya a la fase 1 de la desescalada, y justificó que Madrid, Barcelona y su área metropolitana y parte de Castilla y León no lo hayan hecho apelando a la precaución. Estos territorios, señaló el presidente, "no reúnen aún los requisitos" para pasar de fase "a juicio de los expertos" sanitarios, algo que no comparte la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Ayuso, de hecho, ha acusado a Sánchez de provocar la "ruina" de Madrid y España por no permitir a la región madrileña avanzar en el desconfinamiento. Y, en respuesta, el presidente defendió las medidas económicas tomadas por el Ejecutivo, entre ellas el "acuerdo para extender la vigencia de los ERTE", y expresó su confianza en la comisión de reconstrucción recién constituida en el Congreso. "Ese camino, el del acuerdo y la unidad, es el único posible, la unidad salva vidas, empresas y empleos", sostuvo.

Según Sánchez, "no hay contraposicion entre prioridades sanitarias y prioridades económicas y laborales", ya que sin las unas, las otras no serán posibles. Y puso como ejemplo el sector del turismo. "España necesita el turismo y sin él no podrá hablarse de una reactivacion económica, pero el turismo necesita seguridad, garantías de salud, las personas que nos visitan solo lo harán si tienen la seguridad de que viajan a destinos seguros y controlados", apuntó.

"Si optáramos por anteponer el negocio a la salud, echaríamos a perder la salud y también el negocio", zanjó. Y avisó de que "en la lucha frente al virus, el Gobierno de España pelea en el mismo equipo que el conjunto de gobiernos autonómicos".