La fase 0 y la fase 1 separadas por 200 metros: "Alcaldesa, ¿puedo ir a tomarme una cervecita al pueblo de al lado?"

  • Valdeavero es Madrid. Torrejón del Rey, Guadalajara. Los separa un camino de 200 metros y una fase de la desescalada.
  • La alcaldesa de Torrejón del Rey se queja de que la gente ha considerado que entrar la fase 1 es volver a la vida normal.
  • La de Valdeavero pide prudencia a vecinos que piden ir a un bar a Torrejón: "No podemos tirar 2 meses por la borda". 
Bárbara García, alcaldesa de Torrejón del Rey y María Luisa Castro, alcaldesa de Valdeavero, Madrid.
Bárbara García, alcaldesa de Torrejón del Rey y María Luisa Castro, de Valdeavero.
CEDIDAS
Bárbara García, alcaldesa de Torrejón del Rey y María Luisa Castro, alcaldesa de Valdeavero, Madrid.

El camino de tierra transcurre entre los dos sembrados en paralelo a la carretera general. Son 200 metros de paseo, pero separan dos municipios, Valdeavero y Torrejón del Rey, dos provincias, Madrid de Guadalajara y, ahora mismo, también dos fases de la desescalada en la crisis del coronavirus, la fase 0 de la fase 1, lo que para muchos es un mundo.

Barbara García es la alcaldesa de Torrejón del Rey (Guadalajara, 5.600 habitantes) que hace frontera con Madrid por la parte del corredor del Henares. Este lunes, como toda la provincia, el municipio estrenó la fase 1 de la desescalada —la que permite quedadas familiares de hasta diez personas y la apertura de terrazas al 50%—. Pero la experiencia no está siendo lo positiva que la corporación se esperaba. "El primer día no se vio gran cambio en la reactivación de la economía y sí mucha irresponsabilidad de la ciudadanía. La gente ha considerado que entrar en la fase 1 es volver a la vida normal sin tener en cuenta que el virus sigue ahí", se queja al teléfono la regidora.

Torrejón del Rey tiene una decena de bares, cinco peluquerías, tres oficinas bancarias, un hipermecado, farmacias, varias tiendas minoristas de alimentación y dos bazares chinos. Las peluquerías son las únicas que han visto mejorar su situación. Las empleadas de estos negocios no dan a basto. Rut, que trabaja en Artesalón Peluquería y Estética, no tiene casi tiempo de coger el teléfono. "Estamos hasta arriba. Hoy tenemos 28 personas citadas, la mayoría para tinte, mechas y cortes. Solo cerramos una hora para desinfectar a mediodía, y así estaremos semanas, que tengo citas hasta el 29 de mayo", explica. 

En el polo opuesto se sitúan los bares. No hay ninguno abierto en Torrejón del Rey a día de hoy. "Pensaban abrir, pero como dan lluvias y solo les permiten las terrazas, no lo ha hecho ninguno. Ahí es donde pensábamos que empezaría la reactivación de la economía y ganaría un poco de vida el pueblo, pero el tiempo no está acompañando, con estos nubarrones, y nadie se quiere arriesgar", asegura la alcaldesa.

García está muy preocupada por el comportamiento de sus convecinos que han empezado a hacer uso de calles y plazas para juntarse sin las debidas medidas de seguridad (distancia o mascarillas) para charlar o para que jueguen sus hijos. "¡Sí Incluso hemos tenido que llamar la atención a tres jóvenes de 14 o 15 años que estaban compartiendo pintalabios saltándose todas las normas!", explica la alcaldesa, que se confiesa "desmotivada".

"¡Sí Incluso hemos tenido que llamar la atención a tres jóvenes de 14 o 15 años que estaban compartiendo pintalabios saltándose todas las normas!"

"En el Ayuntamiento y en los espacios públicos que dependen de nosotros, por responsabilidad, vamos a continuar administrativamente en fase 0. Porque sí, te puedes juntar en grupos y moverte con más libertad, pero la gente no ha entendido que eso es en bares o en casas, y con tu familia, y ha dado por hecho que ya te  puedes juntar con los amigos y con los padres de los niños del cole".

Valdeavero, a la espera de pasar de fase

Desde el otro lado del paseo interprovincial, María Luisa Castro, la alcaldesa de Valdeavero, y sus 1.600 vecinos miran con cierta envidia hacia Torrejón del Rey. Ellos, al estar en la Comunidad de Madrid, permanecen al menos una semana más en la fase 0 de la desescalada del confinamiento. 

"La gran mayoría entiende que el pueblo de al lado está en otra fase, también en otra provincia y se resigna. Somos conscientes de que Madrid ha sido un foco muy importante de contagios, pero lo cierto que hay gente más intranquila, que nos está consultando si puede ir a tomarse la cervecita a Torrejón", explica la alcaldesa por teléfono desde su domicilio, que el Ayuntamiento cerró cuando se instauró el Estado de alarma.

Todos los vecinos de Valdeavero tienen el número del móvil de la alcaldesa y del resto de la corporación y mandan múltiples dudas sobre las fases por whatsapp. El tránsito entre provincias siempre ha sido una preocupación, máxime cuando Torrejón, por su tamaño, es el municipio más cercano con servicios de banco, dentista o hipermercados, pero pertenece a Guadalajara. 

En Valdeavero tienen tres bares, uno abierto para comida a domicilio, una frutería, carnicería, un estanco y un bazar chino que, como los de Torrejón, cerró antes de que se declarase la alarma y reabrió ayer.

Ambos municipios han sufrido, aunque en baja proporción, el azote de la Covid-19, con ingresos hospitalarios entre la vecindad e incluso con algún fallecimiento. Aunque la mayoría de quienes lo han pasado han estado en cuarentena domiciliaria, explican las alcaldesas. 

Las economías locales dependen principalmente de las plantas logísticas del corredor del Henares e incluso del sector servicios de Madrid capital, lo que obliga a numerosos viajes por carretera y a cruzar la frontera provincial varias veces en un mismo día.

"Hay muchos controles en la carretera", advierte la regidora de Valdeavero. "La Guardia Civil está siendo muy estricta. Si no está justificado el desplazamiento te hacen dar la vuelta. Pero también son flexibles y, aunque tengan capacidad de sancionar no lo están haciendo, porque son conscientes de que hay gente despistada con lo que se permite y no se permite hacer en cada fase".

Pero la picaresca existe, y ninguno de los municipios tiene policía local para controlar el paso constante (a pie o en vehículos) por cualquiera de los múltiples caminos que unen los dos términos. Y es que hay gente con amigos, e incluso familia, repartida entre los dos municipios.

La más preocupada ahora es la regidora de Torrejón del Rey (Guadalajara), que reconoce que esta situación le da "miedo". Bárbara García lamenta que un pueblo en el que no ha habido foco de coronavirus y donde de ha cumplido muy a rajatabla las normas "en un día se nos haya descontrolado todo tanto. Esperemos que no se nos descontrole el virus", advierte. 

Su colega María Luisa Castro, de Valdeavero, insiste en pedir responsabilidad y prudencia en la desescalada "para no tirar por la borda el esfuerzo de los últimos dos meses". Y a los que por whatsapp le hacen la pregunta de si pueden ir andando a tomarse la cervecita a Guadalajara les contesta: "Todavía no. Ya nos queda menos. Hay que ser prudentes en beneficio de todos".

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