La contaminación del aire en España ha disminuido en un 58% desde que se decretó el estado de alarma por coronavirus, según un informe elaborado por Ecologistas en Acción en el que destacan "una mejora sin precedentes" en las ciudades españolas, "muy por debajo de los límites legales y las recomendaciones de la OMS".
Las limitaciones de circulación impuestas el 14 de marzo con el estado de alarma han provocado una reducción del transporte y de la actividad industrial y la generación de electricidad, que, según afirman desde la confederación, son las "fuentes principales de la emisión de los contaminantes a la atmósfera".
El informe, que recoge los datos de 129 estaciones de medición repartidas entre las 26 principales ciudades con más de 150.000 habitantes, analiza los datos de dióxido de nitrógeno (NO2) de marzo y abril de 2020, y los compara con los de la última década, para presentar "una foto fija de la calidad del aire urbano antes y después del estado de alarma".
De esta forma, Ecologistas en Acción, cifran un 58% la caída de la contaminación del aire, respecto a los niveles habituales en estas fechas durante los últimos diez años. Se trata de una mejora "general", que se ha detectado tanto en el centro de las ciudades como en las periferias y que ha sido más notable en el mes de abril (60%) que en la segunda quincena de marzo (55%).
Asimismo, destacan que los niveles de NO2 registrados son los más bajos de la última década y se mantienen "muy por debajo del valor límite legal y la guía anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS)", sobretodo teniendo en cuenta que en el mes de marzo se suele superar frecuentemente el umbral.
A parte de las restricciones de movilidad del estado de alarma, otros factores que han contribuido a mejorar la calidad general del aire son "las precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante la primavera", tras el mes de abril más lluvioso desde que se tienen registros.
El litoral mediterráneo, la zona con mayor reducción
Por territorios, las ciudades de la cornisa cantábrica han presentado una menor reducción de contaminación "debida quizás a factores meteorológicos no bien precisados", frente a las ciudades del litoral mediterráneo, que son las que más han rebajado los niveles de NO2, "hasta concentraciones en ocasiones propias de estaciones rurales de fondo".
Aunque recuerdan que los datos no pueden compararse con completo rigor porque "las redes de medición de las ciudades son muy dispares", Alicante ha sido la ciudad donde se han producido mayores reducciones, con un 72%, seguida de València con un 69%; y las menores se han registrado en Oviedo (42 %) y Zaragoza (45 %). Madrid ha rebajado los niveles de NO2 el 59 % y Barcelona el 62 %, de promedio.
Lecciones del confinamiento
El N02 -que provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras- se emite principalmente por los tubos de escape de los automóviles y por las calderas industriales y domésticas, configurándose así como el principal factor que influye en la calidad del aire urbano y que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones.
Desde Ecologistas en Acción, afirman que la crisis del coronavirus ha demostrado que la reducción del tráfico y los cambios en las pautas de movilidad "son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades", algo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública.
Según apuntan, el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono, por causas naturales, respiratorias y circulatorias causan en España una media de 10.000 muertes anuales, por lo que remarcan la importancia de estas "pequeñas reducciones" en los niveles de contaminación, que pueden ser "determinantes para salvar vidas, en el corto plazo".
Evitar un aumento de contaminación con la desescalada
En plena fase de desescalada y con un escenario de desconfinamiento, desde la confederación han lanzado una serie de recomendaciones y buenas prácticas como la compra de proximidad, el teletrabajo o el escalonamiento de horarios laborales, para evitar el aumento de la contaminación atmosférica por encima de los niveles precedentes.
Así, aconsejan potenciar la "movilidad activa peatonal y ciclista, cediendo más espacio para estos medios y estableciendo el límite de velocidad urbana en 30 kilómetros por hora" y recuerdan la importancia del transporte público, que consideran "debe garantizarse su viabilidad con una ley de financiación".
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