El teletrabajo, una tendencia que ya estaba al alza pero que progresaba lentamente en España en comparación con otros países occidentales, se ha disparado en nuestro país a raíz de la pandemia de coronavirus y el confinamiento obligatorio. Decenas de miles de españoles se vieron de la noche a la mañana trabajando desde casa forzosamente, pero lo probable es que el teletrabajo, en menor o mayor medida, haya venido para quedarse de forma definitiva en muchas empresas. 

Guillermo García, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) e investigador principal del grupo de investigación "Trabajo líquido y riesgos emergentes en la sociedad de la información", analiza para 20minutos.es qué implica el teletrabajo para las empresas y sus trabajadores.

¿Qué posibilidades se abren para las empresas a raíz del boom del teletrabajo por el coronavirus?

Más que abrir nuevas posibilidades, el coronavirus ha evidenciado de forma brusca y repentina que el teletrabajo constituye una herramienta útil que, bien empleada, puede convertirse en una alternativa eficiente frente al clásico trabajo basado en la presencialidad y en criterios analógicos. Realmente, la situación que estamos viviendo es excepcional en todos los ámbitos, y también en lo que respecta al teletrabajo. 

El teletrabajo se ha impuesto de modo forzado y repentino por las especiales circunstancias de la crisis sanitaria, y el carácter obligatorio no constituye la mejor forma de implantar una nueva forma de trabajar. 

Con la crisis del Covid-19 muchas empresas han comprobado que la actividad que desarrollan, al menos parcialmente, puede seguir siendo realizada sin necesidad de presencia física de los trabajadores en las instalaciones. Se ha evidenciado que el teletrabajo puede constituir un sistema de prestación de servicios eficiente, pero que también suscita ciertos inconvenientes que han de ser corregidos.

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¿Qué ventajas y qué inconvenientes puede haber?

El teletrabajo presenta indudables ventajas desde múltiples puntos de vista. Bien empleado, el teletrabajo puede mejorar las estrategias de la empresa en aspectos como la flexibilidad organizativa, la reducción de costes y el compromiso ambiental. 

El teletrabajo permite una mejor conciliación de la vida personal, familiar y profesional, reduce los desplazamientos y dota de mayor autonomía al empleado

Para los trabajadores, el teletrabajo si se configura adecuadamente permite una mejor conciliación de la vida personal, familiar y profesional, reduce los desplazamientos, dota de mayor autonomía al empleado en la gestión del tiempo y permite crear espacios de trabajo personalizados.

Lo que pueden constituir ventajas, se convierten en inconvenientes si los procedimientos de teletrabajo no se implementan adecuadamente. Una política de teletrabajo incorrecta, puede producir una desvinculación del trabajador con la organización, su aislamiento y escasa participación, alejándose de la cultura de empresa. 

Además, desde la perspectiva de la salud laboral, el teletrabajador puede estar expuesto en mayor medida a riesgos psicosociales, como la sobrededicación por disponibilidad de conexión, la adicción al trabajo, el tecnoestrés y los conflictos de rol, personales y familiares.

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¿Cómo puede afectar a la contratación de personal?

Aún es pronto para poder valorar cómo incidirá esta crisis en la forma de contratar al personal. Parece previsible que con la experiencia vivida las empresas que hayan practicado las fórmulas de teletrabajo apuesten por ellas, al menos parcialmente. 

Ello incidirá en la necesidad de que los trabajadores cuenten con competencias tecnológicas, lo que puede generar una exclusión de aquellos trabajadores que carezcan de las mismas. 

Sin embargo, no es esperable que el teletrabajo pueda mejorar los principales problemas que padece nuestro sistema de relaciones laborales y que, esencialmente, se anudan a la precariedad en el empleo y a la contratación temporal.

No es esperable que el teletrabajo pueda mejorar la precariedad en el empleo y a la contratación temporal

¿Puede atraer más talento?

En principio, las ventajas que el teletrabajo tiene- jornada flexible, conciliación, y autogestión del tiempo, entre otras- pueden ser elementos diferenciadores que ayuden a las empresas que implementen esta forma de trabajar a atraer talento. 

Ante dos modelos de trabajo, el clásico o analógico y el teletrabajo o digital, muchos trabajadores se decidirán por este segundo, ante las indudables ventajas que el mismo puede reportar. Ello generará en las empresas una ventaja competitiva en el reclutamiento de los mejores recursos humanos.

¿Y a las sedes de las empresas? ¿Se tenderá a reducir los espacios físicos de las empresas para ahorrar en gastos de alquiler?

En mi opinión, sin lugar a dudas. Es evidente que el teletrabajo permite reducir mucho los gastos derivados de alquiler de instalaciones, facilitando la gestión de la actividad con un menor espacio físico. Muchas empresas con instalaciones alquiladas ya están analizando alternativas que les permitan reducir estos costes.

El teletrabajo permite reducir mucho los gastos derivados de alquiler de instalaciones

Hay trabajadores que están denunciando ya una acumulación y exceso de horas laborales respecto a sus horarios durante el confinamiento.

Este constituye uno de los principales problemas que el teletrabajo presenta. Pese a que legalmente la jornada del teletrabajador es igual que la del trabajador presencial, en muchas ocasiones se aprecia una sobrededicación del primero por su disponibilidad de conexión. 

Muchos teletrabajadores refieren esta problemática como la principal del teletrabajo, su continua dedicación y su exceso de horas. La delimitación de la jornada es un requisito necesario para poder teletrabajar en condiciones de seguridad y salud mínimas. 

Las empresas han de delimitar bien la jornada del trabajador, con el fin de que no se genere un exceso de dedicación del teletrabajador

Las empresas han de delimitar bien la jornada del trabajador, con el fin de que no se genere un exceso de dedicación del teletrabajador, que, en caso de producirse, ha de ser considerada como mayor jornada y, consecuentemente, como horas extraordinarias. Aún no existe una cultura de la desconexión digital, derecho que tienen todos los trabajadores. 

La negociación colectiva todavía no ha entrado de forma decidida en este aspecto, y se necesita de forma inminente que comiencen a establecerse reglas claras sobre la jornada y dedicación de los teletrabajadores, que no deben diferenciarse en cuanto a su alcance con las de un trabajador tradicional.

¿En general se deberá potenciar desde las empresas la formación de conocimientos online?

De forma contundente, sí. Aunque en este ámbito España ya cuenta con una experiencia asentada, la crisis del Covid-19 va a suponer un incentivo más para su definitiva consolidación. La formación online desde hace años se está empleando en toda clase de niveles y ámbitos, y las empresas ya la emplean como una herramienta de forma habitual. 

La enseñanza online, siempre que sea calidad y con una metodología adecuada, presenta indudables ventajas frente a la presencial y constituye, ya hoy en día, el presente y el futuro de la formación para el empleo.