Ser español en Reino Unido tras un mes confinado: "Nadie sabe nada de nuestros salarios... puede que tenga que volver"

Dos agentes de policía en Londres, Reino Unido.
Dos agentes de policía en Londres, Reino Unido.
VICKIE FLORES / EFE
Dos agentes de policía en Londres, Reino Unido.

Después de China, Italia, España y Estados Unidos, Reino Unido se sumó a la lista, cada vez más larga, de países que tienen que luchar contra la expansión del coronavirus. El brote en el país británico surgió el pasado 12 de febrero en la ciudad de Londres, donde se diagnosticó el primer contagio. Ahora ya son 88.621 casos y 11.329 fallecimientos, los que acumula el país.

La curva de ascenso de casos y muertes en el país británico está siendo muy pronunciada, probablemente debido a las escasas medidas (según la opinión pública) que el primer ministro Boris Johnson tomó, el pasado 23 de marzo, después de decir que era más importante salvar la economía del país. Poco más de dos semanas después, el dirigente fue diagnosticado con el virus y, la semana pasada tuvo que ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos, de la que salió este domingo.

Entre las restricciones, Johnson se vio obligado cerrar todo tipo de negocios a excepción de supermercados, farmacias y tiendas de venta de alimentos, así como hospitales, centros de salud y farmacias, únicos lugares abiertos en todo el país desde entonces. 

Impacta mucho ver una ciudad como Londres vacía”, admite a 20minutos Laura Sáenz, enfermera en el Cromwell Hospital, de gestión privada. Esta joven de 27 años llegó a Inglaterra hace cinco años y, desde entonces, ha trabajado en la sanidad. “Aunque ha sido tarde, ahora se están tomando muchas medidas: se ha comprado mucho material sanitario, los hospitales están muy equipados y los profesionales están bien protegidos”, explica.

"Aunque ha sido tarde, ahora se están tomando muchas medidas: se ha comprado mucho material sanitario"

Sáenz asegura que el sistema sanitario se está preparando para lo peor: “La sanidad privada está acogiendo pacientes procedentes de la pública para descargar al NHS (National Health Service) y que ellos se puedan centrar en pacientes positivos de COVID-19, pero sabemos que si las cosas se complicasen, que lo harán, empezaremos a recibirlos y tratarlos nosotros también”.

Además, Laura explica que las especialidades de los profesionales sanitarios pasarán a un segundo plano y que todo el personal que tenga experiencia en planta o en cuidados intensivos, tendrá que ser redirigido a las UVIS. “Habrá personal que tendrá que hacer algo totalmente diferente a lo que están acostumbrados, habrá mucho que aprender, pero hay que ayudarse entre todos”, afirma.

“Cuidar a los cuidadores”

Preguntada sobre cómo se vive desde el interior de un hospital esta pandemia, Laura reconoce que al principio no le causaba tanta ansiedad. “Se dijo que era una gripe normal y al final no lo ha sido. Ahora me afecta mucho más, ver como crece el número de casos y de muertes, ver cómo también hay casos graves de gente joven sin ningún problema de salud, da miedo”, confiesa.

Muchos compañeros están trabajando turnos de 12 horas, con equipos de protección que te obligan a beber menos agua, comer menos e ir menos veces al baño y que incluso pueden provocar rozaduras y heridas. Además, están en la UCI y ven a diario cómo gente se les va. Ahora se muestran fuertes, porque tienen que serlo, pero cuando todo pase habrá mucho que sacar hacia afuera”, relata.

Desde su posición, Laura aconseja a toda la gente que tenga amigos o familiares sanitarios, que hablen con ellos y les intenten distraer fuera de su horario de trabajo. “Después de días tan intensos como los que se están viviendo, hace falta desahogarse, también hay que cuidar a los cuidadores”, pide.

Supermercados vacíos

Al igual que ocurre en España, los supermercados y tiendas de alimentación se han visto enormemente afectados por la crisis del coronavirus, en diferentes aspectos. “Cada vez que vamos a un supermercado, está vacío”, afirma Reyes Gordillo, sevillana de 29 años que lleva viviendo en Londres desde hace un año. “Desde que todo esto empezó, faltan muchos alimentos como verduras y frutas o carne y pescado. La leche y el pan lo puedes conseguir si vas temprano y otros productos como la pasta y el arroz son imposibles de encontrar”, relata.

"La leche y el pan lo puedes conseguir si vas temprano, productos como la pasta y el arroz son imposibles de encontrar"

Encontrar productos para vegetarianos o celíacos también es una odisea. “Siempre compro productos específicos para mantener mi dieta vegetariana y ahora tengo que recorrerme varios supermercados para encontrarlos, si tengo suerte y doy con ellos, claro”, comenta Débora Carrascal, ahora trabajadora en Sainsbury’s.

Carrascal había empezado una nueva etapa profesional en Habitat (tienda de muebles y hogar) hace unos meses, pero la crisis del coronavirus ha obligado a cerrar el establecimiento y la compañía ha reubicado a todos los trabajadores en la cadena de supermercados. “Al seguir operativa, la empresa no considera necesario pedir la ayuda del gobierno para pagar a los empleados el 80% del sueldo y que puedan quedarse en su casa, prefieren que estemos cubriendo puestos, que también hacen falta”, detalla.

“Ahora que trabajo en Sainsbury’s veo las medidas que se están tomando para evitar el desabastecimiento de alimentos: controlan el número de gente que puede estar dentro del local, el número de alimentos que se llevan y la distancia entre los clientes en las colas”, explica para añadir después que estas acciones están ayudando al abastecimiento.

Despidos e incertidumbre laboral

Mientras que trabajadores como Débora han sido reubicados en tiendas donde hace falta personal, a otros como a Reyes, les han echado sin ninguna garantía, a causa del cierre obligatorio. “En mi empresa se ha vivido de forma muy desorganizada, informándonos muy poco”, asegura Gordillo, que trabajaba en una cafetería de la cadena Coco Di Mama. “La clientela empezó a bajar y bajar y, un día antes del comunicado del primer ministro, el establecimiento cerró”.

“Nadie sabe nada de nuestros salarios por ahora, a pesar de que el gobierno anunció ayudas para las empresas afectadas y sus empleados”, explica. “Solo espero que nuestra compañía aplique para recibir el apoyo económico pertinente y que nos paguen algo para poder quedarme aquí y continuar con mi vida, si no, puede que tenga que volverme a España”, concluye.

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