¿Están seguros mis ahorros en el banco si se alarga la crisis por el coronavirus?

La economía conductual busca dar explicación a las decisiones irracionales que toman los consumidores relacionadas con su bolsillo.
Ahorra en tiempos de crisis.
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La economía conductual busca dar explicación a las decisiones irracionales que toman los consumidores relacionadas con su bolsillo.

Aunque la salud sea la mayor preocupación de los españoles ahora mismo, la inquietud por las secuelas económicas va creciendo. No sólo por nuestros puestos de trabajo y la supervivencia de las empresas tras el coronavirus, sino por el potencial daño que la crisis pueda infringir también en los ahorros de las familias.

Ante una crisis inimaginable como esta, de consecuencias imprevisibles, los nervios están a flor de piel y cualquier declaración política altera los ánimos. De hecho, el pasado lunes la palabra ‘corralito’ llegó a ser tendencia en Twitter, coincidiendo con un tuit del vicepresidente Pablo Iglesias, recordando el artículo 128 de la Constitución, que indica que "toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general".

Aunque en realidad fue sólo una gota más en el caldo de cultivo de desconfianza ya se venía gestando las últimas semanas. Desde hace días, se aprecia una tendencia al alza de ese mismo término en las búsquedas de Google y cada vez más preguntas sobre este asunto en blogs y web especializadas.

¿Hemos entrando en zona de histeria o tiene sentido esta preocupación? ¿Hasta qué punto están justificadas estas dudas de los ciudadanos? ¿Están seguros los ahorros y las inversiones que tenemos en los bancos? ¿Realmente debemos preocuparnos por un posible corralito? ¿Cómo protegernos?

Los expertos recomiendan no dejarse llevar por el pánico y recuerdan que los bancos españoles aprobaron en las últimas pruebas de esfuerzo que se les realizó a nivel europeo en 2018. En estos exámenes, los llamados stress test, se calculó cómo de resistente sería su capital en caso de que se produjese una recesión en la zona euro, como ya todo el mercado espera para este 2020. Y tanto en el escenario de crisis más benigna, como en el más adverso, los cuatro bancos españoles que se analizaron pasaron el corte. ¿Pero y si la crisis fuera más profunda y duradera?

2020 ¿el año de la recesión?

Lo primero que se debe recordar es que el dinero que tenemos en cuentas corrientes y depósitos está protegido en teoría hasta 100.000 euros por titular y entidad. A partir de ahí, ya no hay garantías y, por lo tanto, “si usted tuviera mayor cantidad ahorrada en cuentas y depósitos, es recomendable que coloque esos ahorros en varias entidades o a nombre de varios titulares”, como aconsejan el propio Banco de España y CNMV en su web conjunta Finanzas para todos.

¿Están garantizados los depósitos? ¿Pero habría dinero para todos los depositantes si hubiera una crisis financiera sistémica?

Hay que recordar que las familias españolas tenemos más de 850.000 millones de euros en cuentas corrientes y depósitos, cifra que marcó récord a finales de 2019. ¿Daría para pagar a cada titular esos 100.000 euros prometidos?

Esta garantía la tenemos por escrito, que no es poco, pero si hubiese una quiebra de entidades importantes como mínimo habría dudas. De hecho, durante la investigación por la compra-rescate de Banco Popular por Santander en 2017, el anterior gobernador del Banco de España, Luis María Linde, reconoció que si la entidad hubiese caído ”es muy dudoso que el Fondo de Garantía hubiese tenido fondos suficientes” para la situación que se habría generado.

¿Y habría respuesta a nivel europeo?

Por desgracia, todavía no ha visto la luz el fondo de garantía de depósitos europeo que se pensó en crear tras la última gran crisis. Pero probablemente habría una solución de emergencia para evitar la oleada de desconfianza a nivel paneuropeo que generaría no cumplir con el compromiso de los 100.000 euros en un gran banco europeo.

¿Y el dinero en fondos de inversión y planes?

Con el dinero que tenemos en fondos de inversión la situación sería muy distinta. Aunque quebrara la entidad financiera donde tengamos ese dinero, los fondos de inversión no están dentro de su balance. Es decir, a diferencia de lo que ocurre cuando contratamos un depósito o metemos dinero en una cuenta, el banco no puede "prestar" ese dinero a otros bancos ni darle una hipoteca con ese dinero a otro ciudadano. Y en un entorno de crisis, tampoco podrá utilizar ese dinero para pagar a otros acreedores.

Esta ventaja de los fondos ya la hemos vivido en España con la caída de Banco Madrid, que sentó precedente. Aunque temporalmente, el dinero quedó congelado hasta que se aclararon dudas, la CNMV acabó nombrando otra entidad gestora para invertir el dinero que tenían allí los partícipes y esos ahorros no se vieron afectados.

“Tanto en el caso de un fondo de inversión como en un plan de pensiones (que lleva asociado un fondo de pensiones), existe obligatoriamente una separación entre la entidad que gestiona el fondo o plan y la entidad depositaria”, se explica en la web Finanzas para todos. “Por lo tanto, “tampoco peligra el dinero de los partícipes del fondo o plan”, añaden.

El único riesgo de pérdida en fondos o planes estriba en la caída en el valor de los activos financieros en los que invierte, como están experimentando todos los inversores desde que la epidemia del coronavirus se desató y temblaron los mercados financieros. Es decir, que caigan en bolsa las acciones o los bonos que tiene en cartera y vendan en pérdidas, pero este es un riesgo inherente a cualquier inversión.

Más vale prevenir...

En conclusión, aunque los expertos aconsejan no dejarse llevar el pánico, todos coinciden en la recomendación de no tener más de 100.000 euros en una cuenta o depósito de una única entidad, así como en diversificar invirtiendo parte de nuestro dinero en fondos, planes o seguros de ahorro. Eso sí, siempre dentro del nivel de riesgo que esté dispuesto a asumir cada ahorrador para limitar las posibles pérdidas.

Y recuerdan, como argumento para la calma, que los bancos españoles están hoy mucho mejor preparados para enfrentarse a una nueva crisis, porque como consecuencia de la anterior se les obligó a fortalecer sus balances. Aunque reconocen que si la recesión es muy profunda y duradera, si la morosidad se dispara a niveles históricos, nada es descartable.

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