La Navidad de la gente sin hogar: "No todo el mundo está preparado para enfrentarse a la vida en la calle"

Un hombre sin hogar pernoctando en la Plaza Mayor
Un hombre sin hogar pernoctando en la Plaza Mayor
Jorge París
Un hombre sin hogar pernoctando en la Plaza Mayor

Las Navidades no serán una época de celebración o festividad para las más de 2.500 personas que viven en la calle en Madrid, cuya mayor preocupación es conseguir un lugar donde evitar el frío y las lluvias propias de esta época del año.

El aumento de la cantidad de solicitantes de asilo que llegó a Madrid durante el año provocó un colapso en los servicios de acogida y las imágenes de familias durmiendo al raso frente al Samur Social comenzaron a sucederse desde octubre. Con la llegada del frío y las lluvias propias del invierno, la falta de recursos pasa factura a aquellos que se ven obligados a dormir en la calle.

"No todo el mundo está preparado para enfrentarse a la vida en la calle", afirma Ignacio, con seis meses de experencia durmiendo al raso en Madrid. "La gente mira con mala cara a los sin techo, incluso aquellos que viven con un sueldo humilde". Para Ignacio, el resto de ciudadanos no son conscientes de lo que supone vivir en la calle: "Si dejasen su visa, su dinero y sus cosas e intentasen sobrevivir en la calle, comprenderían que no es tan fácil".

​"Las personas que duermen aquí son conocidos"

José es uno de los sin techo más veteranos que pernoctan acualmente en la Iglesia de San Antón, de Mensajeros de la Paz. Tras tres años y medio en la calle, conoce en detalle dónde acudir para cubrir sus necesidades. "Este año estuve aquí un mes, luego me quedé en la calle, pasé por el Samur Social y ahora estoy en San Antón de nuevo". José es uno de los afortunados que consigue dormir en la iglesia del padre Ángel. "Las personas que duermen aquí son conocidos, son habituales, gente que viene y se porta bien". Sin embargo, admite que es duro dormir en los bancos de la iglesia, "sin poder quitarse los pantalones o los calcetines, solo con una manta por encima".

A pesar de su situación, José agradece todos los servicios que le han ofrecido, en especial desde Mensajeros de la Paz, donde disfruta de tratamiento dental y cortes de pelo gratuitos una vez cada dos meses. "En la calle hay mucha gente con problema de alcohol, drogas o tabaco que, si no puede pagarse una pensión de 30 euros, ¿cómo se va a pagar una dentadura?", afirma el hombre.

A pesar de las cenas navideñas o los servicios extraordinarios que ofrecen ayuntamientos y ONG, la noche navideña no soluciona la situación de calle y solo supone una jornada más para los sin techo, que deben regresar a sus vidas de carencias. "Madrid es una ciudad cara para la gente sin recursos", admite José, que comparte algunas de las dificultades que pasa día a día.

"La gente que está en la calle son personas con necesidades normales, como los demás. Si te duchas tienes que salir limpio"

Una ducha en los baños públicos de Embajadores o Alvarado cuesta 50 céntimos, aunque lo realmente costoso son los gastos adicionales. "El día que te duchas tienes que ir al chino para comprar un par de calcetines, una muda de ropa interior y jabón, lo que suma ya cinco euros" apunta José. "La gente que está en la calle son personas con necesidades normales, como los demás. Si te duchas tienes que salir limpio", concluye.

En el caso de las duchas de Alvarado no se ofrecen toallas, los cincuenta céntimos solo incluyen 20minutos de agua caliente, por lo que el jabón también es algo ajeno. Para evitar hongos, es necesario utilizar chanclas para ducharse de forma higiénica, aunque algunos como José utilizan bolsas de basura para cubrir el suelo y se secan con la ropa usada que van a tirar para ahorrarse lo máximo posible. Eso sin contar con otros productos de higiene como las cuchillas de afeitar, que suponen un gasto elevado para los sin techo.

"Tener que cruzar Madrid para ducharse es un problema grave"

El transporte es otro problema para la gente sin recursos, ya que los servicios públicos no están preparados para afrontar esta situación. Desde que se implementó la tarjeta para viajar en metro, un viaje único cuesta cuatro euros al añadir el coste de la tarjeta. "El problema no es para los que llegan a Madrid con lo puesto, sino para los que llegan con maletas. Tener que cruzar Madrid para ducharse, ir a un comedor social y luego a algún sitio para dormir con todas tus pertenencias es un problema grave", afirman pernoctantes de la Iglesia de San Antón.

Las ONG refuerzan sus servicios para evitar que la gente sin recursos quede excluida de las celebraciones navideñas. Eventos como la cena solidaria de Mensajeros de la Paz –que ofreció una cena navideña a 200 personas sin hogar el año pasado– o la acogida de gente sin hogar por parte de familias solidarias son algunos ejemplos. A pesar de los esfuerzos, la realidad es que la mayoría de la gente sin hogar pasará estas Navidades lejos de sus seres queridos y pensando como será su día de mañana.

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