Andalucía es la comunidad autónoma con mayor tasa de paro en España: un 21,83%, según los últimos datos de la EPA correspondientes al tercer trimestre del año. Sin embargo, y a pesar de que más de 800.000 andaluces tienen problemas para encontrar trabajo, los desempleados de la región son muy reacios a buscarse la vida lejos de su hogar, pues el 88,1%, prácticamente nueve de cada diez, no ha cambiado de municipio de residencia en los últimos cinco años: 7,3 puntos porcentuales por encima de la media nacional (81,8%).

Así lo atestigua el último informe sobre movilidad geográfica y laboral del Instituto Nacional de Estadística(INE), que sitúa a Andalucía como la segunda comunidad autónoma con menor movilidad entre sus desempleados, solo por detrás de Extremadura, curiosamente otra región con una elevada tasa de paro (19,68%, según la última EPA), donde el 90,3% de los desempleados no ha hecho las maletas en el último lustro.

En el lado opuesto se sitúan comunidades como Navarra (un 65,2% de sus desempleados no se ha movido en cinco años), Baleares (71%), La Rioja (72,8%), Cataluña (75,6%) o Madrid (76,1%), todas ellas con tasas de paro muy inferiores –entre el 7% y el 12%– y donde sus parados están más predispuestos a cambiar de lugar de residencia.

H. De Pedro

"Existe una razón cultural que explicaría este fenómeno y es que la unidad sociofamiliar en Andalucía está muy arraigada", sostiene Pedro Navarro, secretario del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Andalucía. "La familia es un pilar que te puede echar una mano en momentos de crisis y que juega un papel fundamental como refugio. Si te marchas a la otra punta de España, te quedas sin ese apoyo", subraya.

La unidad sociofamiliar en Andalucía está muy arraigada y juega un papel fundamental como refugio

Otro factor que explicaría la baja movilidad de los parados andaluces es la economía sumergida: "En Andalucía se está creando una economía de subsistencia que yo llamo del ‘tirandillo’, de ir tirando. 

Consiste, por ejemplo, en una persona que trabaja a media jornada o cobra un subsidio y se saca 430 euros, luego hace algún trabajillo fuera de lo que es el mercado laboral reglado y se saca 300 euros más, y su mujer limpia en un par de casas y se saca otros 300 euros. Al final, la familia se junta con más de 1.000 euros y puede ir subsistiendo. No tiene la necesidad imperiosa de moverse porque sus necesidades básicas las tiene resueltas. En Andalucía hay un mercado laboral paralelo en negro, sin ningún tipo de duda".

También destaca Navarro que existe un tipo de "movilidad temporal" que no se refleja en el informe del INE. "Hay mucha gente de Andalucía que durante la temporada turística veraniega a lo mejor se marcha a trabajar a Baleares durante seis meses, pero luego regresa sin haber cambiado su domicilio".

Los ocupados andaluces también se mueven poco

Si hablamos de personas con trabajo, vemos que la movilidad geográfica de los ocupados andaluces también es baja: un 2% de los andaluces con empleo ha cambiado de municipio de residencia en el último año.

El dato es inferior a la media nacional, que se sitúa en el 2,6%. En este aspecto, no obstante, Andalucía no se encuentra en la cola, pues hay cinco comunidades autónomas con la movilidad geográfica de sus empleados aún más baja: Murcia (1,8%), País Vasco (1,8%), Castilla y León (1,6%), Aragón (1,4%) y Extremadura (1,3%). Los empleados más propensos a cambiar de municipio por motivos laborales se encuentran en Cataluña (3,9%), Madrid (3,3%) y Baleares (2,9%).

"Tampoco es que haya una gran movilidad en el resto de comunidades y es que en España, y en Andalucía por supuesto, no existe la mentalidad ni la cultura de la movilidad como sí existe en los países anglosajones. En Estados Unidos, por ejemplo, la movilidad entre estados es habitual y está a la orden del día que una persona se traslade de una punta a otra del país", dice el sociólogo.

Preferencia por Madrid

Madrid es el destino más habitual para los andaluces que se trasladan a otra comunidad autónoma por motivos laborales. 

Según datos del Servicio Público de Empleo (SEPE), una cuarta parte de los andaluces que el año pasado se fueron a vivir a otra región por trabajo se marchó a la capital. De ellos, un 43% fueron mujeres y uno de cada cinco tenía formación universitaria. La mayoría firmó un contrato en el sector servicios.

Por detrás se sitúan los destinos de Cataluña (13%), con un perfil de emigrante muy similar al de Madrid; Murcia y Castilla-La Mancha (12%). En estos dos últimos casos, el perfil responde a personas con escasa formación y que encontraron trabajo en el sector de la agricultura (75%).