El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha recibido hoy el visto bueno de los eurodiputados para convertirse en el próximo alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, cargo que ocupará a partir del 1 de noviembre.

El político logró el apoyo de los coordinadores que representan a dos tercios de los parlamentarios de la Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo (PE), tras someterse a la audiencia el lunes.

Fuentes parlamentarias confirmaron que solo el ultraderechista Identidad y Democracia (ID) votó en contra de Borrell.

El lunes, Borrell aseguró en la Eurocámara que si era confirmado como alto representante y vicepresidente de la Comisión Europea,  intentaría imprimir a la Política Exterior del club comunitario más ambición, para convertirla en un actor global.

"El alto representante debe tener una actitud propositiva (...) Iré más allá del mínimo común denominador", dijo Borrell.

El ministro mostró así su ambición de llevar a la UE a resolver sus problemas de "identidad, posicionamiento y métodos" para convertirse en un verdadero actor global, al nivel de Estados Unidos o China, contando siempre con el apoyo de las capitales.

Ya desde su discurso inicial, dejó claro que "restaurar" las relaciones de la Unión Europea con Estados Unidos  sería una de sus prioridades, en un momento de tensiones comerciales.

También destacó áreas clave como el cambio climático o elaborar una nueva estrategia política con Asia, con especial atención a las interconexiones, cuyos estándares "van a definir la gobernanza mundial".

Igualmente, aseguró que dirigirá su atención a las reformas y procesos de integración de los Balcanes occidentales, y en concreto anunció que su primer viaje de trabajo sería a Pristina.

Reconoció, asimismo, que Rusia "es un país con el que tendremos que tratar en el futuro" y que "no todo se puede resolver a golpe de sanciones" a Moscú.

Además, Borrell también se refirió a la tensión en el estrecho de Ormuz que enfrenta a EEUU e Irán y al acuerdo nuclear con Teherán, cuya continuidad seguirá defendiendo en un momento en el que "estamos entrando en una época de inestabilidad nuclear" con la supresión de tratados de no proliferación.

Respecto a la situación en Venezuela, se mostró a favor de las sanciones que la Unión Europea aplica selectivamente a autoridades y que no afectan a la población civil.

En la audiencia de tres horas ante los eurodiputados,  también respondió a preguntas sobre la sanción a la que hizo frente en España por vender acciones de Abengoa cuando era consejero de la compañía.

El ministro aclaró que se trató de una operación por 9.000 euros que representaba el 7 % de sus activos, mientras que retuvo el 93 % restante, que le acarreó pérdidas de unos 300.000 euros", lo que a su juicio demostró que no utilizó ninguna información privilegiada.

Josep Borrell recibió este lunes valoraciones positivas de buena parte de los políticos de la Eurocámara, durante el examen por parte de los eurodiputados.

Ninguno de los grupos mayoritarios expresó dudas importantes tras la comparecencia del nominado ante la comisión de Asuntos Exteriores, cuyos coordinadores se han reunido hoy para dar el visto bueno.

La mayor parte de los eurodiputados se mostraron satisfechos con el candidato, como por ejemplo José Ramón Bauzá de Ciudadanos, quien valoró al ministro como "el más capacitado de todas las figuras que podría haber propuesto Sánchez". Por su lado, Dolors Montserrat criticó el hecho de que Borrell "no haya querido entrar a valorar absolutamente nada del tema catalán".

Tambien se mostraron críticos los eurodiputados de Izquierda Unida y Podemos, por sus posiciones sobre el Saáhara, y coincidieron en que ambos se mantendrán alerta para que cumpla sus promesas.