Los pactos de la izquierda en Europa que pueden inspirar a Sánchez: de la 'geringonça' portuguesa a la abstención del Cs sueco

  • Los gobiernos de coalición con ministros de varios partidos son la opción más repetida en la Unión Europea. 
  • Otros presidentes socialistas han alcanzado recientes pactos a ambas bandas del espectro ideológico.
  • En Portugal, hay un acuerdo parlamentario. En Suecia, el centro se abstuvo para aislar a la ultraderecha.
Antonio Costa celebra los resultados del Partido Socialista en las elecciones portuguesas de 2015.
Antonio Costa celebra los resultados del Partido Socialista en las elecciones portuguesas de 2015.
ANDRE KOSTERS /EFE
Antonio Costa celebra los resultados del Partido Socialista en las elecciones portuguesas de 2015.

La socialdemocracia reverdece en Europa después de una larguísima travesía en el desierto. Gobierna en media docena de países de la Unión y los resultados del domingo colocan a España como el principal bastión bajo su mando tras la agónica victoria en Finlandia. Además, las perspectivas son buenas en Bélgica y Dinamarca, que van a las urnas en unas semanas. Si Pedro Sánchez busca por el continente la fórmula que escogen sus colegas socialistas –o de otras formaciones de centroizquierda– para gobernar sobre una minoría parlamentaria, podrá mirarse en el espejo que más le guste. Eso sí: por mucho que el presidente aspire a reeditar su ejecutivo monocolor y de geometría variable, lo que al final predomina entre los Veintiocho son las coaliciones, con 16.

Portugal: tres en la ‘geringonça’

En el baile de alianzas y vetos cruzados sobre el que giró la política española tras las elecciones de 2015, Sánchez alimentó en momentos concretos las expectativas de un pacto de izquierdas. En enero, viajó a Lisboa para retratarse junto a Antonio Costa, que acababa de llegar al poder gracias a un acuerdo (solo parlamentario) con dos formaciones antiausteridad a su izquierda, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista. Un inédito equilibrio que la prensa y los líderes conservadores que había ganado las elecciones despreciaron calificándolo de geringonça. Hoy, este apelativo, que se puede traducir por ‘chapuza’, es sinónimo de crecimiento y estabilidad. Las encuestas indican que revalidará el poder en las legislativas de octubre.

Suecia: el paradigma en apuros

Si hay un país europeo en el que la socialdemocracia es casi cuestión de identidad, ese es Suecia. El primer ministro Stefan Löfven gobierna desde 2014 y aspira a seguir los pasos del histórico Olof Palme. En su primer mandato, formó un gobierno conjunto con Los Verdes. Cuatro años después, la situación se complicó. Löfven consiguió sacar adelante su investidura en enero tras meses en el aire. Fue necesario que se abstuvieran los postcomunistas y, sobre todo, dos partidos del bloque de la derecha, Liberales y Centro. Ambos optaron por apoyar al socialista en la votación en lugar de intentar una alternativa conservadora en la que tuvieran que sumar con Demócratas de Suecia, formación ultra con raíces filonazis.

Rumanía: pacto al centro

Hasta el domingo, Rumanía era el país más poblado de la Unión con un gobierno socialista. En las elecciones de 2017, los socialdemócratas formaron una coalición con la Alianza de Liberales y Demócratas, un partido a cuya matriz europea pertenecen Ciudadanos y el PNV. Juntos, arrasaron con el 45% del voto. Sin embargo, el Ejecutivo se ha enfrentado a numerosas crisis de Gobierno y oleadas de protestas. Hoy, la coalición está en manos de Vasilica Viorica Dăncilă, la primera mujer que llega al cargo.

Eslovaquia: por la derecha

Los socialistas poseen 49 de los 150 escaños del parlamento. Para conformar su gobierno, Peter Pellegrini ha tenido que fichar a ministros de un partido de centroderecha de la minoría húngara y de una formación ultracristiana.

Eslovenia: cinco en minoría

El actor Marjan Šarec, al frente de una lista de centroizquierda, lidera el primer gobierno en minoría del país balcánico. Tras meses de incertidumbre, cinco partidos presentaron una coalición en la que están los socialdemócratas y que requirió la abstención de la izquierda radical.

Malta: la isla política

Joseph Muscat es la envidia del partido. El laborista es el único socialista de la Unión que gobierna sin ataduras, con el apoyo del 55% de los electores en un país en el que vota el 90% del censo.

Estonia: el extraño invitado

En esta nación báltica, la matemática política ha arrojado un resultado sorprendente. El primer ministro, Jüri Ratas, lidera la formación mayoritaria del centroizquierda, que no se adscribe al Partido Socialista Europeo, aunque ha gobernado de su mano. Tras las últimas elecciones, Ratas ha tenido que escorarse (y mucho) a la derecha para sumar. El lunes juró su nuevo Gobierno, que incorpora a ministros ultras del Partido Conservador del Pueblo Estonio y de Pro Patria.

¿Y qué pasa en los grandes?

En Alemania, los socialistas sostienen la gran coalición con la CDU. En Italia y Reino Unido, demócratas y laboristas lideran la oposición. En Francia, el partido hermano del PSOE está en recomposición tras su debacle de 2017. En Holanda, un grupo progresista, D66, forma parte de un gobierno del PP.

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