Muere Amal Hussain, la niña que mostró al mundo las consecuencias de la hambruna en Yemen

  • Falleció en el campo de refugiados con su familia, al no poder ser trasladada a una clínica a 15 kilómetros.
  • Se estima que más de 50.000 personas han perdido la vida en la guerra de Yemen.
  • Arabia Saudí participa activamente en la guerra y ejerce un férreo bloqueo sobre el país.
Niño con desnutrición en Yemen
Niño con desnutrición en Yemen
MOHAMMED AWADH/SAVE THE CHILDREN
Niño con desnutrición en Yemen

Cuando Amal Hussain, la niña de siete años que el pasado domingo, 26 de octubre, protagonizaba la portada del New York Times, las terribles consecuencias de la guerra de Yemen se hicieron visibles para miles de lectores, impactados por el estado físico de la menor; tanto que fueron muchos los que escribieron al medio preguntando por ella o por cómo podían ayudarla.

Sin embargo, el jueves pasado, la familia de Amal (cuyo nombre significa, en árabe, esperanza) informó de su muerte en un campo de refugiados a pocos kilómetros del hospital en el que la foto fue tomada. Al parecer, el personal médico que la atendía recomendó a la familia trasladarla a una clínica de Médicos Sin Fronteras situada a algo más de 15 kilómetros, ante la necesidad de atender a otros niños que llegan al hospital; sin embargo, recorrer esa distancia suponía un gasto que los padres de Amal no podían permitirse, por lo que la llevaron de vuelta al campo de refugiados en el que están instalados, donde la niña murió a los tres días. Precisamente, coincidiendo con la publicación del reportaje en el periódico americano, de acuerdo a los datos publicados por el mismo.

Amal Hussain pone cara a las más de 50.000 víctimas (según estimaciones publicadas por The Washington Post) de una guerra que dura ya más de tres años, en la que se enfrentan dos facciones principales: el gobierno yemení, apoyado por la coalición árabe (con un papel destacado de Arabia Saudí, hasta el punto de que medios como The New York Times califican al conflicto como "la guerra de Arabia Saudí") y los rebeldes huzíes, practicantes del islam chiita, apoyados por Irán. Los dos grupos han sido acusados por la ONU de cometer crímenes de guerra.

A todo el panorama de conflicto se suma una situación de hambruna y pobreza prácticamente generalizada, a causa del bloqueo que Arabia Saudí ejerce sobre el país, impidiendo el suministro de alimentos y medicamentos; varios brotes de cólera que ya han constituído la mayor crisis epidemiológica del país, con más de un millón de afectados; y una fuerte presencia de grupos terroristas como Daesh o Al Qaeda.

Esta situación ha provocado que numerosos estados levanten críticas contra Arabia Saudí, a quien acusan de prolongar y empeorar el sufrimiento yemení en una guerra con la que el reino wahabí busca extender su influencia en la zona y, sobre todo, ganar posiciones frente a Teherán, su gran rival político y religioso. Algunos estados europeos, como Alemania, han cesado la venta de armas a Riad (acusada de utilizarlas contra civiles en Yemen) a raíz de la controversia internacional generada por el asesinato de Jamal Khashoggi; sin embargo, esta medida palidece ante un país cuyo presupuesto militar es el tercero más alto del mundo, sólo detras de Estados Unidos y China y que cuenta con el apoyo militar de Estados Unidos. Además, y a pesar de las peticiones de la Unión Europea, determinados estados continúan vendiendo armamento al reino saudí o, como en el caso de España, han rechazado paralizar aquellos contratos que ya estaban firmados.

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