Pamplona empieza sus fiestas de San Fermín con un chupinazo multitudinario en el que solo el vino tiñe el atuendo

Dos integrantes del grupo de música Motxila 21, Leire Zabalza Santesteban e Ibai Ganuza Areta, han sido los encargados de prender la mecha del chupinazo de los Sanfermines 2018.
Dos integrantes del grupo de música Motxila 21, Leire Zabalza Santesteban e Ibai Ganuza Areta, han sido los encargados de prender la mecha del chupinazo de los Sanfermines 2018.
Villar López / EFE
Dos integrantes del grupo de música Motxila 21, Leire Zabalza Santesteban e Ibai Ganuza Areta, han sido los encargados de prender la mecha del chupinazo de los Sanfermines 2018.

Dos representantes de Motxila 21, un grupo de rock formado por jóvenes con síndrome down, han sido los elegidos para soltar el chupinazo, el cohete que inaugura las fiestas de San Fermín 2018. Lo han hecho ante una plaza que lucía abarrotada de personas vestidas con el tradicional atuendo (blanca camiseta y pantalón, fajín y pañuelo rojo) teñido solamente por los litros de vino derramados en la celebración.

Leir e Ibai con un "pamplonesas, pamploneses, irundarras, viva san fermín. Gora San Fermín" han precedido al cohete, antes de que se anudaran los pañuelos al cuello y comenzaran los bailes.

Pamplona arranca las fiestas más famosas del mundo queriendo desprenderse de la 'mochila' del caso de La Manada, y por ello la sociedad navarra ha descartado teñir de luto su inicio de la celebración como habían sugerido los movimientos feministas. Aun así, muchas personas han desplegado una pancarta en la que se podía leer "Esta justicia es una mierda", en referencia a la excarcelación de los cinco condenados.

Cientos de personas, muchas ataviadas con sombreros rojos para protegerse la cabeza del sol y de los litros de cava y vino derrochados en el chupinazo, han bailado y celebrado el punto de partida de nueve días de celebración.

Los pamploneses y pamplonesas iniciaban la jornada con "el almuercico", una comida a las once de la mañana con huevos y chistorra, para coger fuerzas para afrontar todo el día 6 de julio, víspera de San Fermín, que se suele prolongar en la calle, al menos, hasta los fuegos artificiales de la noche.

Al grito de "oe oe oe" esperaron bailando en las puertas del consistorio al lanzamiento del chupinazo una multitud desde primera hora. Pero como no todo el mundo cabe en la plaza del Ayuntamiento, tiene un aforo de 5.000 personas, alrededor de 25.000 personas siguieron en pantallas gigantes el chupinazo desde la Plaza del Castillo o desde el Paseo Sarasate.

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