Illa gana las elecciones catalanas, pero necesitará a Comuns y a un ERC hundido en un escenario de independentismo a la baja

El PSC fue el claro ganador de las elecciones catalanas de este domingo con el 27,9% de los votos y 42 escaños, pero solo podrá gobernar si convence a ERC –y a Comuns Sumar, aunque ese apoyo parece mucho más sencillo– para que preste sus votos al candidato socialista Salvador Illa para su investidura.
El PSC fue el claro ganador de las elecciones catalanas de este domingo con el 27,9% de los votos y 42 escaños, pero solo podrá gobernar si convence a ERC –y a Comuns Sumar, aunque ese apoyo parece mucho más sencillo– para que preste sus votos al candidato socialista Salvador Illa para su investidura.
El PSC fue el claro ganador de las elecciones catalanas de este domingo con el 27,9% de los votos y 42 escaños, pero solo podrá gobernar si convence a ERC –y a Comuns Sumar, aunque ese apoyo parece mucho más sencillo– para que preste sus votos al candidato socialista Salvador Illa para su investidura.
Illa celebra el resultado en el cuartel general del PSC.
AP - EP

El PSC fue el claro ganador de las elecciones catalanas de este domingo con el 27,9% de los votos y 42 escaños, pero solo podrá gobernar si convence a ERC –y a Comuns Sumar, aunque ese apoyo parece mucho más sencillo– para que preste sus votos al candidato socialista Salvador Illa para su investidura. Ese es el único pacto viable que arrojó el resultado de unos comicios en los que el PSC logró su primera victoria en número de escaños en Cataluña (en 2021 empató con ERC) y su mejor resultado desde 2003.

La otra noticia de calado que arrojaron las urnas fue el desplome del independentismo, que perdió la mayoría parlamentaria que disfrutaba desde el inicio del procés, en 2012. Este batacazo, no obstante, no fue igual en todas las familias. Junts, con el 21,6% de los votos y 35 diputados, mejoró ligeramente sus resultados de 2021. Y aunque su subida fue magra (punto y medio y tres diputados), la candidatura liderada por Carles Puigdemont logró imponerse con claridad en la pugna interna que mantiene desde hace años con ERC por la hegemonía del campo secesionista. Los republicanos, tras su primera experiencia en la Presidencia de la Generalitat de la mano de Pere Aragonès, se hundieron hasta el 13,7% de los votos y lograron apenas 20 diputados, trece menos de los obtenidos en 2021.

El de este domingo es el peor resultado de ERC desde 2010, y es especialmente malo teniendo en cuenta que, hace apenas tres años, los republicanos culminaron el sorpaso a Junts y empataron en primera posición en número de escaños con el PSC. Este domingo, los socialistas han más que duplicado tanto el porcentaje de votos como el número de diputados de ERC.

Con esos resultados, las mayorías viables son pocas, y en ningún caso pasan por el secesionismo. El bloque independentista perdió con claridad la mayoría absoluta que mantenía, puesto que Junts, ERC y la CUP (4,1% y cuatro actas, cinco menos que en 2021) sumaron únicamente 59 escaños. Esa cifra se eleva hasta los 61 diputados contando con la ultraderechista Aliança Catalana, que logra entrar por primera vez al Parlament con el 3,8% de los votos y dos parlamentarios, lejos, no obstante, de las previsiones más optimistas de los sondeos.

Las otras tres formaciones independentistas ya anunciaron que no pactarían con los ultras en ningún caso, y aunque lo hicieran estarían a siete escaños de una investidura de Carles Puigdemont. De hecho, la magnitud del batacazo del bloque secesionista la revela el hecho de que, además de haber perdido la mayoría de la que gozaban los independentistas desde 2012, los partidos nacionalistas (CiU, que posteriormente se transformó en Junts, no defendió la independencia hasta 2012) no alcanzan la mayoría absoluta en el Parlament por primera vez desde nada menos que 1984.

Por el contrario, PSC y ERC sí podrían superar esa barrera junto a Comuns Sumar (5,8% y seis diputados, dos menos que en 2021), lo cual permitiría al candidato socialista convertirse en president de la Generalitat sin necesidad de la abstención de otros partidos. La candidata de los comuns, Jéssica Albiach, fue muy clara al apostar por este modelo en campaña, y en la noche del domingo aseguró que "es posible una nueva etapa de izquierdas".

Albiach, en su primer análisis de los resultados, hizo "una llamada a todas las fuerzas de izquierdas del Parlament para construir juntos este Govern" progresista. Y lo cierto es que a los comuns les va buena parte de su crédito en ello: su resultado no es bueno, puesto que pierden dos actas con respecto a 2021, pero si sus seis escaños les sirven para entrar en el Govern, se apuntarán un importante punto, tanto ellos como un Sumar necesitado de buenas noticias a nivel estatal.

No obstante, esa posibilidad de un tripartito de izquierdas comenzó a nublarse pocos minutos después, puesto que Aragonès anunció durante su primera comparecencia ante los medios que ERC trabajará "desde la oposición". Esa posición no implica necesariamente un portazo absoluto de los republicanos a investir a Illa, puesto que ERC podría darle sus votos para hacerle presidente sin entrar en el Govern. Pero lo cierto es que complica unas negociaciones que ya de por sí se preveían difíciles de articular.

Además del PSC, el otro gran triunfador de la noche electoral fue el PP, que engulló completamente a Cs (cuyo candidato, Carlos Carrizosa, logró apenas un 0,7% de los votos) y consiguió disparar sus resultados respecto a 2021. Los populares obtuvieron el 11% de los votos y 15 diputados, 12 más que hace tres años y su mejor resultado desde 2012. Y lo hicieron, además, sin canibalizar a Vox, que mantiene los mismos 11 escaños que en las anteriores elecciones con un 7,9% de los votos, tres décimas más que en 2021.

La mala noticia para la candidatura que encabeza Ignacio Garriga es que el PP ha logrado dar la vuelta al contundente sorpaso que endosó hace tres años a los populares el partido de extrema derecha. Pero el bloque de la derecha no independentista tiene motivos para estar contento, puesto que reúne seis escaños más que hace cuatro años (26 diputados frente a los 20 que sumaron entonces Vox, Cs y PP) y logra su mejor resultado desde 2017(cuando las 36 actas de Cs dispararon al bloque hasta los 40 parlamentarios).

La del domingo fue en una jornada electoral con una participación del 57,61%, superior a la de los anteriores comicios catalanes (en los que se registró un 51,29%, la más baja de la historia de la democracia en Cataluña), pero la menor de los últimos 10 años. En el hecho de que gran parte de los catalanes no acudieran a su cita con las urnas influyó que el día estuvo marcado por graves incidencias en el servicio de Rodalies, debido a un robo «intencionado» de cable de cobre. Estos problemas ferroviarios llevaron a ERC y Junts a pedir que los colegios electorales se cerraran más tarde, pero las juntas provinciales rechazaron la solicitud, con lo que las votaciones finalizaron a las 20 horas, según la previsión inicial.

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