Así se adiestra a un perro para localizar explosivos, drogas y personas desaparecidas

  • La única escuela canina de adiestramiento de la Guardia Civil se encuentra en Madrid, con 40 agentes encargados del entrenamiento.
  • Los perros aprenden a través del juego misiones muy concretas, como detectar restos biológicos o incluso papel moneda.
  • "El punto principal de la selección es que le guste jugar", afirma uno de los instructores del cuerpo.
  • FOTOGALERÍA: Ejercicios para convertirse en perro policía.
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Un adiestrador de la Guardia Civil acaricia a su perra, Trina.
Un adiestrador de la Guardia Civil acaricia a su perra, Trina.
ELENA BUENAVISTA
Un adiestrador de la Guardia Civil acaricia a su perra, Trina.

"Es como una universidad. Enseñamos a alumnos que luego se marchan, nos preocupamos por dónde están trabajando y lo ideal es que lleguen a lo más alto". Así define Jesús Navarro su trabajo como instructor en la Escuela de Adiestramiento de la Guardia Civil, un centro de enseñanza donde los estudiantes tienen cuatro patas.

Unos 40 guardias civiles adiestran en la escuela canina de El Pardo (Madrid) a más de 200 perros que pasarán a formar parte de la plantilla del cuerpo policial en todo el país. Se dedicarán al rescate de personas, la detección de drogas y explosivos, entre otros.

Dentro de cada especialidad, cada perro aprende a desempeñar misiones concretas, desde la búsqueda de papel moneda y señales de armas disparadas hasta la detección de restos biológicos o cebos envenenados. Los perros de los diferentes cuerpos juegan un papel fundamental en casos tan conocidos como la desaparición de la joven Diana Quer o la búsqueda de la pareja asesinada y hallada en el pantano de Susqueda.

A Sugar, un pastor alemán, le enseñan a buscar personas desaparecidas. Sugar cree que cada persona extraviada que encuentra lleva un juguete para él porque es un premio que siempre recibe en los entrenamientos, aunque en un caso real no suceda. "Es un perro loco por jugar. Siempre cree que va a encontrar un premio y por eso busca", explica Navarro.

El mismo método se utiliza para la detección de sustancias. "Cuando me preguntan sobre la famosa leyenda urbana del perro al que se le da droga para que luego la busque, yo siempre respondo con otra pregunta: ¿Y al de explosivos qué le damos? Adiestramos a través del juego, el perro realmente no sabe que está buscando una droga, sino que piensa que está buscando un juguete que huele a una determinada sustancia", explica el guardia civil.

El refuerzo positivo es una de las técnicas de Navarro para entrenar a los futuros perros policía. Una de ellas se basa en el clicker, un pequeño pulsador que emite un sonido al ser presionado. Cada vez que el animal hace algo bien, escucha el clic que pulsa el adiestrador y, con el tiempo, tiende a repetir la conducta.

"Somos multidisciplinares. Trabajamos con adiestramiento en positivo, pero también con métodos más clásicos. Si un perro hace algo extremadamente malo, hay que comunicarle que eso no está bien".

Ser juguetón es la principal condición para ser un perro del cuerpo y el pastor alemán es el perro policial por excelencia. "No es el mejor en ninguna especialidad en particular, pero es muy bueno en todas. Es un perro muy equilibrado en todos los aspectos y es fácil de adiestrar", afirma Navarro.

También son frecuentes el pastor belga, el labrador y el springer spaniel, aunque se puede llegar a aceptar a todo tipo de razas. Las vías por las que el cuerpo se surte de perros es la compra y, en menor medida, la propia cría que realizan en la escuela. En algunos casos concretos también han recibido animales por donación. "El punto principal de la selección es que le guste jugar".

Bajas y jubilación

Navarro recuerda bien el momento más especial que ha vivido junto a sus perros, a miles de kilómetros, durante el terremoto de Haití de 2010 que causó 300.000 muertos. "Esos momentos son los más intensos. Dormíamos con nuestros perros, estábamos con ellos las 24 horas y en situaciones muy complicadas. Es el vínculo máximo, el perro se llega a enamorar del guía y no solo actúa para conseguir un juguete sino para que estés feliz. Es la cumbre del adiestramiento y cuando se consigue es muy bonito".

Precisamente, seguridad y rescate es la especialización que requiere más entrenamiento, cerca de un año donde los perros aprenden a seguir el rastro de un desaparecido, a localizar personas tras una catástrofe o a encontrar excursionistas perdidos en las montañas. "Es la especialidad más exigente, muchas veces no sabes lo que te vas a encontrar", dice el instructor.

La Escuela de Adiestramiento dispone de un veterinario para atender a todos los agentes de cuatro patas. "En el trabajo real puede haber bajas, sobre todo en rescate. Como lesiones de patas o algún corte", explica.

En la entrada del centro de El Pardo los visitantes se encuentran con dos placas dedicadas a dos perros que murieron en acto de servicio. Irrintzi falleció en un atentado de ETA contra el Cuartel de Lekunberri (Navarra) de 1990 cuando encontró una trampa-bomba y salvó a su guía y a otros cuatro guardias civiles. Mucho antes, en 1953, el perro Rocco murió durante una "acción contra bandoleros".

Sin embargo, las bajas mortales no son frecuentes. Navarro ha adiestrado a más de 170 perros que, al finalizar su instrucción, se han destinado a un guía canino con el que trabajan hasta que se jubilan. Cuando se hacen mayores, hay varias salidas. La primera es que se lo quede el guía, una opción que eligen muchos si tienen sitio y capacidad para quedárselos.

En otras ocasiones, el guía pregunta entre sus familiares y amigos y, si tampoco funciona ese caso, hay una asociación que se llama Héroes de 4 patas que se dedica a buscar familias para perros retirados. Gala, un pastor belga malinois, Laika, pastor alemán, o Yoda, de la misma raza, son algunos de los héroes que buscan un hogar.

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