Lapuerta, Blesa, Rato, Cafranga, Mato... El aznarismo se diluye por la erosión y los tribunales

  • Los hombres y mujeres que han acompañado a Aznar desde sus inicios han sido apartados o han caído por el peso de la Justicia.
  • Rajoy ha relegado, además, a Acebes, Mayor Oreja o Francisco Álvarez Cascos.
Fotografía del expresidente del Gobierno José María Aznar (c), con Rodrigo Rato, Francisco Álvarez-Cascos, Mariano Rajoy y Jaime Mayor (i a d) en 1996.
Fotografía del expresidente del Gobierno José María Aznar (c), con Rodrigo Rato, Francisco Álvarez-Cascos, Mariano Rajoy y Jaime Mayor (i a d) en 1996.
EFE / PLANETA
Fotografía del expresidente del Gobierno José María Aznar (c), con Rodrigo Rato, Francisco Álvarez-Cascos, Mariano Rajoy y Jaime Mayor (i a d) en 1996.

Veintiún años después de lograr la Presidencia del Gobierno y 38 desde su entrada en Alianza Popular, José María Aznar ve cómo el núcleo duro que le acompañó en su carrera política se deshace por el paso del tiempo y la erosión de los escándalos de corrupción.

Mariano Rajoy relegó a Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja o Francisco Álvarez Cascos, fundamentales para su antecesor. Alberto Ruiz-Gallardón o Esperanza Aguirre, que participaron del proyecto de Aznar pese a ir por libre, han dado un paso a un lado, exhaustos tras pelear con el actual líder del PP.

El propio Aznar abandonó la Presidencia de Honor del partido el pasado diciembre y desvinculó a Faes -el laboratorio de ideas de los conservadores- de la formación. A continuación renovó la cúpula de la fundación fichando a colaboradores retirados a la segunda línea como Josep Piqué, Eduardo Zaplana, Abel Matutes, María San Gil o Cayetana Álvarez de Toledo.

Sin embargo, ha sido el grupo de amigos personales -entre los que se encuentran miembros del conocido como 'Clan de Valladolid'- los que peor destino han corrido, al ser doblegados por el peso de la Justicia.

Estos son los restos del aznarismo.

AP y La Nueva Rioja

Aznar comenzó su andadura política acompañado por un hombre clave. Se llamaba Álvaro Lapuerta y terminó ejerciendo como el tesorero más longevo de la calle de Génova (de 1993 a 2004). Como editor del diario La Nueva Rioja de Logroño, Lapuerta fue el primero en dar espacio a los artículos de un joven inspector de Hacienda recién llegado a la ciudad que se había ganado la atención de los dirigentes de Alianza Popular.

Lapuerta llegó a tejer, gracias a sus contactos, "una tupida red de amigos, colaboradores y simpatizantes" vital para el partido, según recogió en sus Memorias (Espasa, 2012). Después, Aznar recompensó su labor otorgándole el gobierno de las finanzas del PP.

Génova no desamparó a Lapuerta ni cuando fue imputado por la posible financiación ilegal de la formación. El PP le considera 'el tesorero bueno' y atribuye la caja opaca que investiga la Audiencia Nacional a Luis Bárcenas, a pesar de que ambos trabajaron juntos durante años y de que existen documentos contables incriminatorios firmados por Lapuerta, de acuerdo a un peritaje caligráficó. Con todo, la causa contra él se ha sobreseído debido a la "demencia sobrevenida" tras un coma producido por una caída en su domicilio.

El colega opositor en Logroño

Aznar consolidó otra amistad en Logroño, la del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa. Lo conoció en la capital, mientras estudiaban la oposición a inspector fiscal en la misma academia privada, y la casualidad hizo que ambos coincidiesen en su primer destino, la ciudad riojana. "Nos pusimos a buscar casa y muy pronto encontramos dos pisos en el mismo edificio. Uno tenía mejores vistas que el otro. Como Miguel Blesa y su mujer también estaban buscando, decidimos tirar una moneda al aire para ver quién se quedaba el mejor. Tuvimos más suerte nosotros", explica Aznar.

En realidad, la diosa Fortuna estaba con Blesa, que, sin conocimientos ni preparación específica en el sector bancario, fue nombrado presidente de Caja Madrid en 1996 gracias al impulso del PP y al respaldo de CC OO e IU. La avaricia le llevó al despilfarro en coches, vinos o viajes y provocó su condena por el caso de las 'tarjetas black'. Aún tiene pendiente la causa de los sobresueldos ilegales por valor de 8,5 millones de euros.

Aznar solo quiso cobrarse el favor una vez, cuando invitó a Caja Madrid a comprar parte de la colección de arte del pintor y escultor Gerardo Rueda. La oferta inicial de 54 millones se concretó, finalmente, en solo 6, pero la operación acabó por frustrarse. "Con los pelos que se ha dejado por ti y han sido muchos, me parece impresentable lo que has hecho o no has hecho", reprochó por escrito José María, el hijo mayor de Aznar, a Blesa en un correo hecho público en 2013.

La socia de Botella

El banquero no era el único peón de Aznar en Caja Madrid. Allí estaba otra de las condenadas por las 'black', la empresaria Carmen Cafranga. Compañera de juegos de Ana Botella en el elitista colegio madrileño de las Madres Irlandesas y socia junto a este y Lourdes Cavero - esposa del expresidente madrileño Ignacio González, investigado por su ático de Marbella- en la casa de subastas Segre, Cafranga compartía confidencias con Aznar y con Blesa, a quienes acogía en la finca madrileña de La Muñoza, un complejo situado en terreno protegido y dedicado de forma ilegal a la hostelería, pero regularizado gracias a las leyes promulgadas por el PP.

Rato, el elegido

Bankia, heredera de Caja Madrid, enterró al que Aznar calificó como su "sucesor natural": Rodrigo Rato. Ambos se habían acercado a Alianza Popular en la misma época y encabezaban el grupo de "jóvenes con vocación política" que se ganó la confianza y la protección de Manuel Fraga. Rato fue el jefe de campaña de Aznar, su portavoz en el Congreso, su ministro de Economía, su vicepresidente y su anfitrión en muchas de las reuniones celebradas en el molino reconvertido en chalé de fin de semana que tenía en Carabaña (Madrid).

Sin embargo, el expresidente del Fondo Monetario Internacional se distanció después y prefirió hacer carrera en el exterior en lugar de dirigir el PP, como Aznar le propuso hasta en dos ocasiones. Cuando reconsideró la oferta, ya era tarde: el elegido era Rajoy. El PP le compensó después colocándole al frente de Bankia, pero una salida a Bolsa catastrófica, la quiebra de la entidad y su implicación en el caso de las 'black' hundieron al autor del "milagro económico español" que precedió al estallido de la burbuja inmobiliaria y a la recesión económica.

Los colaboradores y padrinos

En desgracia también han caído la exministra Ana Mato y el exalcalde de Pozuelo Jesús Sepúlveda. El matrimonio, roto hoy, apadrinó a Alonso, el benjamín de los Aznar, y formó parte del Clan de Valladolid que Aznar formó para gobernar la Junta de Castilla y León a partir de 1987. De él formaban parte Miguel Ángel Rodríguez, Juan José Lucas, Carlos Aragonés, Miguel Ángel Cortés. Jesús Posada, Pilar del Castillo, Pío García-Escudero o Javier León de la Riva.

Aznar había reclutado a Mato en 1982, cuando asumió la secretaría de autonomías de Alianza Popular, y la mantuvo en distintos puestos de responsabilidad interna mientras duró su mandato en el PP. A Sepúlveda, según él mismo, lo convenció para que se trasladase a Valladolid para ocuparse de la gerencia del partido en Castilla y León.

Sepúlveda dimitió de la Alcaldía de Pozuelo de Alarcón (Madrid) en 2009 por el supuesto cobro de sobornos a cambio de adjudicaciones y recalificaciones públicas en el marco del 'caso Gürtel'. Mato dimitió como ministra de Sanidad del Gobierno de Rajoy después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz le acusase de ser partícipe a título lucrativo de los viajes, las estancias hoteleras y hasta el confeti para la fiesta de cumpleaños de uno de sus hijos que la trama corrupta regaló a la pareja.

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