Más transparencia, control de gastos, gestos a Cataluña... las claves del reinado de Felipe VI

  • El monarca español cumple seis meses como jefe del Estado, un periodo marcado por los intentos de Felipe de trazar un estilo de reinado propio.
  • Entre sus medidas, la incompatibilidad de sus hijas para trabajar en el sector privado y la retirada de las retribuciones a sus hermanas.
  • El pasado 5 de diciembre, el rey se mostró cordial con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su visita a la fábrica de Seat en Martorell.
El Rey Felipe VI, junto al presidente de la Generalitat, Artur Mas (i), y el presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.
El Rey Felipe VI, junto al presidente de la Generalitat, Artur Mas (i), y el presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.
EFE/Toni Garriga
El Rey Felipe VI, junto al presidente de la Generalitat, Artur Mas (i), y el presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.

El rey Felipe VI cumple este viernes seis meses al frente de la Corona española. Seis meses en los que el nuevo monarca ha tenido tiempo para dar muestras de su nuevo estilo como jefe del Estado y en los que apenas se han iniciado los cambios y las reformas planteados por una opinión pública que cada vez otorgaba una nota más baja a la monarquía en su papel de representación y árbitro.

En apenas unos días (la noche del 24 de diciembre) el nuevo rey se enfrentará a otro de estos hitos que pueden servir para apuntalar este nuevo tiempo: El tradicional discurso de Navidad, el primero no pronunciado por Juan Carlos de Borbón desde la instauración de la democracia constitucional. Su comparencencia ante las cámaras será una clave más para interpretar su aún incipiente reinado, marcado hasta ahora más por la gestualidad que por hechos contundentes.

Gestos como la carta remitida en septiembre a una niña malagueña de 12 años que previamente había pedido a la reina Letizia que hablara con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, para que le devolvieran el trabajo a su madre, recientemente despedida. Fueron los miembros del comité de empresa de su compañía los que hicieron pública la respuesta de la Casa Real, en la que doña Letizia prometía estudiar el asunto "con todo interés".

Seis meses de Felipe VI en 10 claves

Continuidad sin ruptura. La coronación de Felipe VI y sus primeros meses en el cargo no han supuesto, de momento, una ruptura con el modo en el que su padre ostentó la Jefatura del Estado. Bien al contrario, costumbres y tradiciones propias de Juan Carlos I se mantienen aún con la nueva familia real. Sirva como ejemplo la estancia durante sus vacaciones en el palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, una práctica repetida año a año por el antiguo monarca. Otro ejemplo de la continuidad puede estar en la práctica activa de deportes como la vela. En agosto, el monarca compitió en la Copa del Rey de este deporte, donde ya habían debutado 30 años antes.

Un primer viaje tradicional. Si bien el acto de jura del cargo del nuevo rey se realizó de forma relativamente aséptica y con un rito laico (lo que hizo pensar en un avance en el sentido de separar Iglesia y Estado), Felipe VI dio la de arena con su primer viaje oficial. Tanto él como la reina acudieron al Vaticano, con el fin de presentar sus respetos al Papa Francisco. Letizia vistió de blanco en su visita, una condición a la que solo se pueden acoger las consideradas como reinas católicas.

Nuevo círculo de confianza. A su llegada, el nuevo monarca ejerció una de las potestades que le están concedidas y nombró un nuevo círculo de confianza. Así, designó a su hasta entonces secretario Jaime Alfonsín como nuevo jefe de la Casa del Rey. Posteriormente, además, nombró como su número dos a Domingo Martínez Palomo y al periodista Jordi Gutiérrez Roldán como director de Comunicación de la institución. Se despedían de esta forma antiguos pesos pesados en el entorno de la monarquía como Rafael Spottorno (ahora salpicado por el escándalo de las tarjetas B de Caja Madrid) o el anterior jefe de prensa, el actual subdirector del diario El País, Javier Ayuso.

Las infantas y Urdangarin desaparecen de la familia real. Tras hacerse efectiva la abdicación de Juan Carlos I, no solo cambió la persona que ostenta la Jefatura del Estado, sino también la familia real. Así, en la página web de la Casa Real se reconoció de inmediato el nuevo núcleo familiar: El rey Don Felipe VI, la reina Doña Letizia, sus hijas Leonor y Sofía y los reyes honoríficos, Don Juan Carlos y Doña Sofía. Desaparecía así la presencia tanto de las infantas Elena y Cristina, que contaban con un perfil propio en la web oficial. Esta pérdida de presencia de las hermanas del rey tuvo su correspondencia también a nivel de apoyo económico de la Corona, toda vez que las infantas dejan de percibir una retribución del erario público y no tendrán una agenda institucional relacionado con la Casa Real.

Especial presencia en Cataluña. Desde el mismo momento de la proclamación, Felipe VI ha tratado de mantener una especial atención con Cataluña y las distintas sensibilidades que conviven en España. En su discurso inaugural en el Congreso de los Diputados, el Jefe del Estado defendió activamente las distintas lenguas del país, y dio el agradecimiento final en todas ellas. Este mismo apoyo al catalán lo explicitó durante su primera visita al principado, en junio de este año: "Es una lengua que, en diálogo y convivencia permanente, sincera y enriquecedora con el castellano, es un elemento sin el que no es posible comprender la cultura", reconoció. A pesar de que en su papel de árbitro ha de ser politicamente neutral, Don Felipe no ha dudado en mantener una actitud cordial y dialogante con el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Precisamente el pasado 5 de diciembre, durante una visita conjunta a la fábrica de Seat en Martorell: Ambos se montaron juntos en un mismo coche, conducido por el rey y con el president de copiloto. A nivel territorial, el monarca ha manifestado su intención de reunirse con todos los presidentes autonómicos durante los próximos meses.

Regimen de incompatibilidades en la Casa Real. En julio de este año, Felipe VI anunció los nuevos criterios de actuación para los miembros de la Casa Real. Entre las novedades, una restricción de las actividades a realizar por los miembros de la familia real: Solo pueden desempeñar desde entonces tareas institucionales de forma exclusiva, por lo que tienen vetado cualquier empleo para el sector privado. Dicha actividad institucional será diseñada por el propio Jefe del Estado o a petición del Gobierno. En el caso de que las hermanas del monarca estuvieran presentes en algún acto de carácter institucional no cobrarían ninguna cantidad por ello. Además, el nuevo rey ha establecido un código de conducta en el que incluso se regulan los regalos que pueden recibir los inquilinos de la Zarzuela.

Transparencia y austeridad. "Una conducta íntegra, honesta y transaparente". El día de su proclamación, Felipe VI hizo explícito su compromiso de renovar y actualizar la institución de la monarquía, adaptándola a los nuevos tiempos y a las mayores exigencias de la opinión pública. Así, se aprobó la realización de una auditoría en 2015 a cargo de la Intervención General del Estado (IGAE), de forma que haya una rendición de cuentas y un control por parte de un organismo independiente. Junto al control externo de los gastos y para mandar un cierto mensaje de austeridad, el nuevo rey decidió mantener la misma asignación pública de la que gozaba cuando era príncipe: 146.375 euros brutos al año. Mantuvo en la misma cuantía, no obstante, la asignación prevista para sus padres (292.752 euros brutos anuales).

Al margen de la imputación de la infanta. Junto al hecho simbólico de la desaparición de la infanta Cristina de la web de la Casa Real, son cada vez menos los actos públicos y momentos en los que se vincula al rey junto a su hermana, imputada por su presunta vinculación con el caso Nóos junto a su marido, Iñaki Urdangarin. Se ha querido así marcar distancias y no contaminar la imagen de la institución con un escándalo judicial.

Un rey con agenda propia. Felipe VI asistió durante la segunda semana de diciembre a su primera Cumbre Iberoamericana como Jefe del Estado; un evento al que siempre que era posible acudía como máximo representante su padre. El nuevo monarca aprovechó la ocasión para, entre otras cuestiones, estrechar lazos con los emigrantes españoles en México y apostar públicamente por una mayor colaboración público-privada que beneficie a las economías de los países de Iberoamérica: "Todos juntos debemos trabajar coordinadamente en beneficio de nuestra Comunidad de Naciones", resaltó, al tiempo que se mostró decidido a la hora de reclamar acuerdos bilaterales que puedan aumentar el bienestar "para todos". Otras muestras de su distinta agenda respecto a Juan Carlos I fueron la recepción en Zarzuela de los representantes de los colectivos de gais, lesbianas y transexuales, a los que su padre nunca recibió en audiencia pública, o su preocupación (manifestada públicamente) por los efectos negativos del cambio climático.

Más presencia en redes sociales y tecnología. Señal de los nuevos tiempos ha sido la adaptación de la Casa Real a las nuevas tecnologías y redes sociales. Y es que buena parte de las comunicaciones oficiales de la Zarzuela se hacen ahora a través de twitter, cuya cuenta goza actualmente de más de 179.000 seguidores. Fotos, felicitaciones, comunicados... la monarquía ha encontrado así una forma más actual de transmitir sus mensajes a la ciudadanía.

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