El pasado jueves 19 de junio a medianoche el Boletín Oficial del Estado publicó la ley que hacía efectiva la abdicación del rey Juan Carlos y que activaba la sucesión al trono. Desde ese momento, Felipe VI era el nuevo rey de España. Durante este primer mes, el nuevo monarca ha tenido tiempo para despachar con el presidente del Gobierno, reunirse con los representantes de los poderes del Estado, sustituir algunos cargos y símbolos de la Casa del Rey, visitar el Vaticano y Marruecos, presentar varios actos, hacer declaraciones sobre varios temas de actualidad y redecorar su despacho.

Horas después de que se publicara el BOE, Felipe VI hacía ante el Congreso de los Diputados su primer discurso como jefe del Estado. En aquella primera intervención en la Cámara Baja, don Felipe habló una "España unida y diversa, basada en la igualdad de sus ciudadanos, la solidaridad entre sus pueblos y el respeto por la ley", dijo que en esa España "cabemos todos, todas las sensibilidades, todas las formas de sentirse español". Sin mencionar expresamente las aspiraciones soberanistas de Cataluña, sus primeras palabras como rey estuvieron dedicadas claramente al conflicto planteado por la Generalitat. Desde entonces se ha hablado mucho de la posibilidad de una reunión entre Felipe VI y Artur Mas, pero no se ha concretado.

Tras la ceremonia en el Congreso, Felipe VI y la reina Letizia recorrieron varias calles del centro de Madrid en un coche descapotable antes de dirigirse al Palacio Real, para saludar a los ciudadanos que salieron a la calle para recibir al nuevo monarca. Aquel jueves era festivo, pero las calles de Madrid no se llenaron para dar la bienvenida a los reyes (y la gente tampoco madrugó para ver los actos por televisión). Tampoco se permitieron grandes manifestaciones para pedir un referéndum sobre la continuidad de la monarquía: de hecho, a lo largo del día se produjeron algunas detenciones y se retiraron símbolos republicanos en varios puntos del centro de la ciudad.

El Gobierno no aclaró cuánto costaron a las arcas públicas los actos celebrados durante aquella jornada aunque sí se sabe que las Cortes gastaron 132.036.68 euros en el montaje de la tribuna para don Felipe, la decoración de la Cámara baja, la pausa para el café, el agua para la sala de prensa o las "gratificaciones" a personal y becarios del Congreso. El Ejecutivo sí afirmó que el coste en seguridad fue "menor que en eventos deportivos de especial riesgo, huelgas generales o manifestaciones".

Tan solo un día después de su proclamación, Felipe VI despachó por primera vez con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En aquella primera jornada de trabajo, pudieron apreciarse varios cambios en la decoración de la oficina del monarca. Don Felipe mantuvo muchos de los objetos que su padre tenía en la habitación, pero colocó en la mesa un ordenador portátil, una réplica de la Copa del Mundo de fútbol y unas fotos en las que aparece con sus dos hijas. También cambió el cuadro que presidía el despacho durante el reinado de su padre, un retrato del hijo de Felipe V, y colocó un retrato de Carlos III.

También fueron inmediatos los cambios en la web de la familia real. Estrenaron perfil en la página la nueva princesa de Asturias, doña Leonor, y su hermana la infanta Sofía. Don Juan Carlos y doña Sofía, que conservan el título de reyes, siguen presentes en la web, mientras que las hermanas de Felipe VI, las infantas Cristina y Elena, desaparecieron de la web. También se colocó en el nuevo escudo del monarca, que cambió el color azul por el rojo y que borró el yugo y las flechas y la cruz de Borgoña, dos ornamentos que fueron introducidos por Franco.

Con el relevo en el trono también hubo cambios en la jefatura de la Casa del Rey. Jaime Alfonsín Alfonso fue el jefe de la secretaría del príncipe de Asturias durante 19 años y fue el hombre elegido por don Felipe para reemplazar a Rafael Spottorno, que llevaba tres años ocupando el cargo y que tuvo que gestionar la etapa más difícil de la Corona.

El rey Juan Carlos juró su cargo sobre una Biblia y su hijo lo hizo sobre la Constitución. Este pequeño cambio en la ceremonia no impidió que Felipe VI continuara la tradición de su padre y visitara el Vaticano en su primer viaje oficial. Los reyes se despidieron del pontífice "con la esperanza de verle en España".

Este año tampoco romperán otra tradición de la familia real: el veraneo en Palma de Mallorca. Durante unos días a principios del mes de agosto, los reyes pasarán unos días de descanso en el Palacio de Marivent.

Los nuevos reyes también han realizado su segundo viaje en este primer mes. Don Felipe y doña Letizia acudieron a Marruecos, donde se reunieron con el rey Mohamed VI en pleno Ramadán. Durante esta visita al país vecino, el rey alauí comunicó a Felipe VI que el acuerdo de pesca con la Unión Europea estaba ya firmado, lo que permite faenar en aguas marroquíes a 126 barcos europeos de los que un centenar son españoles. Como compensación por este acuerdo, Marruecos recibirá de la UE 40 millones de euros anuales.

En su primer acto oficial como reyes, Felipe y Letizia acudieron a un evento organizado por colectivos de víctimas del terrorismo. El rey ya les había dedicado unas palabras en su discurso de proclamación, cuando dijo que "su recuerdo permanecerá en nuestra memoria y en nuestro corazón; y la victoria del Estado de derecho, junto a nuestro mayor afecto, será el mejor reconocimiento a la dignidad que merecen". Durante el acto, Felipe VI dijo que admiraba a las víctimas del terrorismo por su superación personal y fortaleza moral y por no guardar deseos de venganza.

Unos días después, los reyes se reunieron con ONG, colectivos de homosexuales y personas con discapacidad, a los que calificaron como "la foto de la solidaridad". Por primera vez, la casa real invitó a una audiencia a colectivos gais, algo que estos grupos agradecieron e interpretaron como un gesto de apertura de la monarquía. Hace unos años, la reina Sofía se pronunció contra el matrimonio entre personas del mismo sexo en una entrevista con la periodista Pilar Urbano.

El rey también acudió a dar el último adiós a la leyenda del Real Madrid Alfredo di Stéfano, que murió a los 88 años a principios de este mes. El monarca valoró a Di Stéfano como "una figura irrepetible" y explicó que "quería transmitir el pésame a su familia y a la afición madridista, al club y a todo el fútbol español".

También ha dedicado palabras a Cataluña y a la lengua catalana en un acto en Girona el que fue recibido con protestas. Felipe VI llamó a sentirse orgulloso del castellano y el catalán y dijo que "en diálogo y convivencia permanente, sincera y enriquecedora con el castellano, el catalán es un elemento sin el que no es posible comprender la cultura". Don Felipe dijo también que sus frecuentes visitas a Cataluña pretenden hacer más presente a la corona para transmitir "respeto, entendimiento y convivencia".

Este desafío soberanista catalán junto con la renovación de la imagen de la Corona, cuya popularidad se encuentra en horas bajas, la desafección de los ciudadanos o la transparencia, serán los retos a los que Felipe VI tendrá que enfrentarse a partir de ahora.