Padres y profesores critican que la 'ley Wert' solo busca más alumnos de religión en la pública

  • Con la reforma del Gobierno, esta asignatura contará para la nota media y para solicitar becas, aunque seguirá siendo optativa.
  • Ahora solo el 23% de los alumnos de Bachillerato la eligen. Al contar para la media y ser una materia "fácil", muchos alumnos se decantarán por ella.
  • Colegios y padres católicos defienden la nueva ley, que refuerza una asignatura importante "para el desarrollo personal del alumno".
  • Los obispos podrán supervisar y aprobar los libros de texto de esta materia.
EL ministro de Educación, José Ignacio Wert, durante una sesión de control al Gobierno en el Senado.
EL ministro de Educación, José Ignacio Wert, durante una sesión de control al Gobierno en el Senado.
EFE/Ballesteros
EL ministro de Educación, José Ignacio Wert, durante una sesión de control al Gobierno en el Senado.

"Una asignatura de Religión cuya nota valga para la media del curso tiene un objetivo claro: evitar la fuga de los alumnos de la vía del adoctrinamiento. Muchos se apuntarán porque piensan que será una materia fácil donde podrán sacar notas altas que les valga para la media académica y para acceder a becas", señala Agustín, profesor en un instituto de Madrid. La nueva reforma educativa, bautizada como LOMCE, y que aún debe pasar todo los trámites parlamentarios, ha otorgado a la asignatura de Religión la misma categoría que por ejemplo a la de Matemáticas, algo que ha provocado no solo críticas de gran parte de la oposición política, sino de colectivos de padres y profesores.

La asignatura de Religión seguirá sin ser obligatoria, pero su nota contará para la media del curso y, por tanto, para pedir becas. Algo que no pasaba desde 1990, con la LOGSE. Como desaparece la tan criticada Educación para la Ciudadanía, los alumnos tendrán que eligir ahora entre Religión o una alternativa, Valores. El Ministerio de Educación recalca que Religión será "equivalente" a las demás "en cuanto a la nota", pero matiza que "no es troncal ni obligatoria. Y que tendrá una hora de docencia semanal. El borrador de la LOMCE también permite que un alumno curse las dos: la Religión y su alternativa.

Evitar la fuga de alumnos, un argumento utilizado por un simple profesor de base, parece apropiado si se analizan las últimas estadísticas del ministerio de Educación. En los últimos diez años, las matrículas en Religión no han hecho más que bajar. En el curso 2000-2001, en los centros públicos, un 80% de los alumnos de Primaria cursaron esta materia; el porcentaje fue del 52% en Secundaria y del 38% en Bachillerato. En el curso 2010-2011, estos tres porcentajes han bajado al 66%, al 39% y al 23%, respectivamente.

Fracaso escolar o triunfo de la Conferencia Episcopal

El Gobierno del PP considera "urgente" e "inaplazable" esta reforma (entrará en vigor en el curso 2014-2015) y la justifica por el fracaso escolar: el 18% de los jóvenes de 18 a 24 años no cursaba ningún tipo de ciclo educativo en 2012 y la tasa de abandono temprano se situa en el 25%. Su implantación costará 408 millones de euros. Para otros, es una victoria de la Conferencia Episcopal, un regreso al "nacional-catolicismo". Ahora, la Religión no tiene una asignatura alternativa. Y aunque los centros deben ofrecerla, cada alumno elige si la cursa o no. Su nota solo cuenta para pasar de curso, pero no hace media para conseguir becas.

Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CC OO, cree que "el Gobierno nos devuelve a antes de 1990 plegándose a los intereses de la Conferencia Episcopal. Con este nuevo sistema se pervierten los resultados académicos, ya que la Religión no capacita profesionalmente y se pone al mismo nivel que las matemáticas. ¿Cuáles serían los criterios de evaluación para poner un alumno un 5 o un 8 en Religión?", se pregunta.

José Antonio Martínez Sánchez, presidente de Fedadi (la federación española que aglutina a los profesores de institutos públicos, más de 2.000 profesionales) califica de "insólito" que "cualquier tipo de religión se equipare a la misma altura que una disciplina científica". Para Martínez, es irrelevante si con la reforma esta asignatura es escogida por más alumnos, lo importante es que "en una sociedad del siglo XXI la religión pertenece al ámbito privado. Se adoctrina en las parroquias, no en los centros educativos. Y los obispos criticaban Educación para la Ciudadanía porque adoctrinaba. ¿Qué pasa? ¿que los únicos que pueden adoctrinar en valores son los obispos?". Martínez lamenta que en todo el ciclo de Secundaria ahora la Religión tenga la misma carga lectiva que Tecnología, "seis horas a la semana".

La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), que aglutina a 2,5 millones de familias, también destaca el carácter ideológico de la reforma. "Está claro que es un reforma, en este aspecto, dictada por la Conferencia Episcopal y la Fundación FAES. Y es contradictoria si lo que se busca es la excelencia educativa. Si mi hijo saca en matemáticas un cero, y en Religión un 10, su nota media es un cinco. No beneficia a la enseñanza. El objetivo es que muchos alumnos se decanten por una asignatura tradicionalmente fácil para subir su nota", explica su portavoz Jesús María Sánchez. "El Gobierno ha hecho esta reforma sin contar con la comunidad educativa".

Ya está en la Constitución

La Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), que engloba a tres millones de familias, tiene otra visión de la reforma. "Tal y como está planteada se respeta la Constitución", explica su presidente Eduardo García. Se refiere al artículo 27.3: Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

CONCAPA valora positivamente que sea optativa, pero que una vez que se elige y se cursa "tenga el mismo valor que otra asignatura. Se evaluará y por tanto tendrá valor. Esto no es catequesis, la enseñanza de la religión tiene un valor académico que es impartido por profesionales".

La reforma, concluye Eduardo García, respeta lo que ya está legislado. Y es que los acuerdos entre el Gobierno español y el Vaticano, que datan de 1979, señalan que "los planes educativos incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los centros de educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales. Dicha enseñanza no tendrá carácter obligatorio. Se garantiza, sin embargo, el derecho a recibirla".

José María Alvira, secretario general de Escuelas Católicas (que agrupa a 2.081 centros concertados católicos y 1,1 millones de alumnos), cree que la Religión no debe ser una cuestión polémica. "Es importante que los alumnos, también los de los centros públicos, conozcan el hecho noticioso de la religión, y su tradición cultural en nuestra sociedad. Para eso hay que darle un estatuto de exigencia académica. Es importante para el desarrollo personal del alumno". Alvira destaca que "no hay que olvidar que esta asignatura seguirá siendo voluntaria".

Al servicio de la evangelización

Para la Federación Estatal De Profesores de Enseñanza Religiosa hay que esperar para ver qué efectos provoca la ley en la asignatura de Religión. "No creo que aporte nada al interés del alumno por esta materia, que está en claro declive. Lo importante es que tenga una seriedad académica, una coherencia estructural dentro del sistema formativo. Ahora, la alternativa a la religión no estaba siendo una materia seria. Y eso hay que cambiarlo", señala su presidente Jesús María Losada.

De momento, los obispos celebran la reforma y defienden esa labor evangelizadora de la asignatura de Religión. La Conferencia Episcopal acaba de hacer público una pastoral dirigida a padres, sacerdotes, catequistas y profesores de Religión que explica que "la enseñanza religiosa escolar está al servicio de la evangelización", por lo que ha "de hacer presente en la escuela el saber científico, orgánico y estructurado de la fe, en igualdad académica con el resto de los demás saberes".

La LOMCE establece que será la Conferencia Episcopal quien determine los contenidos de la Religión, así como lo que entrará en los exámenes. Esto no es novedad. También supervisará y aprobará los libros de texto y los materiales didácticos sobre esta materia. Esto en cambio sí lo es. Es la primera vez desde 1970 que una ley da poder a los obispos para que también tengan poder sobre los libros de texto.

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