¿Por qué las mujeres tenemos ese sentimiento de culpa permanente? Claves para librarnos de nosotras mismas

La culpa tiene dos caras. La positiva tiene que ver con una emoción humana desagradable pero necesaria; la negativa llega cargada de autoexigencia, a costa de nuestro bienestar físico y mental. ¡El culpar se va a acabar!
Imagen de archivo de una mujer preocupada.
Imagen de archivo de una mujer preocupada.
MASIMBA TINASHE MADONDO / PIXABAY
Imagen de archivo de una mujer preocupada.

La culpa, aunque desagradable y dolorosa, es una emoción humana y, como tal, necesaria para nuestro desarrollo afectivo. Este sentimiento nos conecta con la capacidad de empatía, de ponernos en el lugar del otro, hace que nos podamos adaptar mejor al entorno, nos alerta de posibles errores que podamos estar cometiendo y nos permite tratar de reparar el daño que hayamos ocasionado de forma involuntaria.

Hasta ahí la parte positiva. Ahora viene la negativa, y la que nos provoca mayor sufrimiento, que es cuando la culpa no cumple una función útil porque realmente no hemos hecho nada 'reprobable', y aun así, creemos que no hemos actuado correctamente de acuerdo a las expectativas de los demás. Y llegan  los remordimientos.

Se trata, sin duda, de un sentimiento que afecta especialmente a las mujeres, y del que deberíamos intentar liberarnos (al menos un poco) puesto que en la mayoría de los casos nos trae frustración y pérdida de salud física y mental. Para avanzar y sacudirnos el sentimiento de culpa que nosotras mismas nos infligimos, hemos entrevistado a la psicóloga Sonia Ruiz, con escuela de psicología homónima. 

Los peligros de la autoexigencia

Una persona con un trastorno de ansiedad.
Querer ser perfectas sólo genera frustración, dañando la salud física y mental.
Vladimir Cosic

El perfeccionismo, un rasgo común en muchas mujeres, puede ser tanto un impulsor para mejorar y conseguir objetivos, como un resultado de la culpa. "Las mujeres que se esfuerzan por cumplir con todas las expectativas pueden encontrarse en un ciclo interminable de auto-culpa cuando se enfrentan a la inevitable imperfección humana".

Querer llegar a todo para evitar esa sensación de culpabilidad, de que dejamos una parte abandonada, de que no somos buenas madres, buenas compañeras, buenas amigas, lo suficientemente buenas profesionales… se traduce en autoexigencia. Y ese afán por buscar la perfección va en detrimento de nuestro propio bienestar físico y mental.

Todas hemos escuchado el famoso término 'superwoman' para describir esa sensación en las mujeres de tener que estar en todo pase lo que pase, de querer asumir responsabilidades incluso que no corresponden y desarrollar a la perfección nuestro desempeño tanto a nivel laboral, como familiar, personal o sentimental.

"Es un fenómeno que los psicólogos vemos continuamente en consulta, y es mucho más frecuente en mujeres que en hombres. De hecho, diversos estudios confirman que las mujeres experimentamos mayores niveles de culpa y con más intensidad que ellos", explica Sonia Ruiz.

Lo peor de todo en este sentido es que acabamos asumiendo ese sentimiento como algo habitual que forma parte de nuestras vidas y que 'tiene que ser así', lo normalizamos peligrosamente.

Causas del sentimiento constante de culpa en las mujeres

Madre e hija
Hay exigencias sociales que nos sitúan en el papel de cuidadoras por decreto
Pexels

El origen es multicausal, hay varios factores que influyen en la aparición y el mantenimiento de la culpabilidad en las mujeres. Explorarlos con ayuda de la profesional entrevistada, nos ayudará a entender mejor este fenómeno.

Como continúa explicando la psicóloga, en primer lugar están los factores socioculturales. "Históricamente, la sociedad ha impuesto roles y expectativas específicas a las mujeres, determinando cómo deben comportarse, pensar y sentir en su vida diaria".

Dentro de estos roles encontramos, desde ser cuidadoras por decreto hasta la presión de tener que equilibrar a la perfección las responsabilidades del trabajo y el hogar. "Las mujeres hemos interiorizado estos roles de tal manera, que sentimos que si no los cumplimos es un fracaso personal. La 'perfección' y 'auto-sacrificio' se han convertido en estándares inalcanzables, y el incumplimiento de estos ideales se traduce en sentimiento de culpa".

Una cuestión de educación

Dos niñas en una imagen de archivo.
A las niñas se nos educa para que antepongamos las necesidades de los demás a las nuestras propias.
PIXABAY

Desde la infancia, a las niñas se les enseña a ser compasivas, comprensivas, consideradas y a anteponer las necesidades de los demás a las suyas propias. Eso es lo correcto. "Los niños, sin embargo, suelen ser alentados a ser más asertivos y orientados a conseguir objetivos".

Esta educación diferenciada "puede llevar a que las mujeres construyamos la autoestima en base a ser capaces de generar bienestar en los demás, y cuando sentimos que no estamos 'cuidando' adecuadamente, provocarnos sensación de culpabilidad".

Las diferencias biológicas y la manera de asumir la culpa

Los niños que nacen con esta malformación facial deben someterse a cirugía antes de cumplir un año de vida.
Por sus diferencias biológicas, las mujeres tenemos mayor predisposición a la empatía
iStockphoto

Numerosas investigaciones sugieren que las diferencias biológicas también pueden jugar un papel en cómo hombres y mujeres procesan la culpa. Hay estudios que han mostrado que las mujeres pueden tener una mayor tendencia a la empatía debido a diferencias en la estructura cerebral y a diferencias también en las concentraciones hormonales de estrógenos.

En este sentido, "hay estudios que sugieren que los altos niveles de estrógenos pueden tener un efecto sobre la sensibilidad y la gestión emocional, lo que influiría en cómo las mujeres experimentan la culpabilidad. Y esta mayor empatía podría llevar a una preocupación más profunda por el impacto de sus acciones en los demás".

Claves para deshacernos de la culpa

Hay que aprender a poner límites y saber decir 'no'.
Hay que aprender a poner límites y saber decir 'no'.
Getty Images

Llegadas a este punto, se hace imprescindible establecer unas estrategias de afrontamiento que nos ayuden a liberarnos de esta sensación de culpabilidad crónica. El objetivo es manejar nuestras emociones de una forma más positiva.

El primer consejo de la psicóloga Sonia Ruiz es reconocer e identificar qué normas y expectativas irracionales hemos dado por válidas, y cuestionar si realmente estamos de acuerdo con ellas o si hemos estado actuando en 'automático'. Date cuenta de qué conductas son las que te hacen sentir culpable y analiza si realmente es porque has cometido un error 'imperdonable' o porque has dado por hecho que es lo que se esperaba de ti.

No es lo mismo ser feliz que estar feliz
La autocompasión es un antídoto contra la culpa.
PEXELS

En segundo lugar, es necesario fomentar la autocompasión, poderoso antídoto contra la culpa. "Esto implica ser tan amable y comprensiva contigo misma como lo serías con una amiga. Mirarte a mí misma como el ser humano que eres, vulnerable e imperfecto y con derecho a equivocarse, viendo los fallos como oportunidades de aprendizaje en lugar de como fracasos".

Importante igualmente es "aprender a poner límites y decir 'no', así como compartir responsabilidades y reconocer que no puedes llegar a todo es imprescindible para liberarte del estrés y tener más espacios para cuidar tu salud física y mental".

'Mindfulness' y técnicas de regulación emocional

Una mujer haciendo meditación
La respiración profunda, técnica de regulación emocional, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
Freepik

Practicar 'mindfulness' y técnicas de regulación emocional para poder centrarnos en el presente, y aceptar los pensamientos y emociones sin juicio es básico. Así, "podremos aprender a reconocer la culpa sin ser arrastradas por ella. Además, las técnicas de regulación emocional como la respiración profunda, ayudan a reducir el estrés y la ansiedad que a menudo acompaña a la culpa".

En definitiva, "es fundamental que las mujeres reconozcamos que la culpa no tiene que ser una constante en la vida. Liberarnos de esa culpa comienza con la autoconciencia: hacernos cargo de nuestro propio autocuidado y buscar ayuda cuando sea necesario. Con el apoyo adecuado, las mujeres podemos aprender a liberarnos de la culpa y tener una vida de mayor libertad y bienestar emocional", concluye la psicóloga Sonia Ruiz.

El papel fundamental del sentimiento materno

Madre e hija cocinando.
El sentimiento de culpa se transmite de adres a hijas.
Santiago Nunez / iStockphoto

Sara Aranda López, psicóloga sanitaria del centro de terapia online Estar Contigo Terapia nos aporta su experiencia profesional sobre este tema, añadiendo que "el sentimiento materno juega un papel importante en la formación de la identidad de la mujer, por lo que ellas mismas moldeaban a sus hijas para que recibieran y aprendieran tanto valores, como patrones de comportamiento, de forma que pudieran reproducirlos cuando fueran adultas". 

"Esta circunstancia hace que, si una madre tiene, de alguna forma, el sentimiento de culpa integrado en su identidad, pueda transmitírselo a sus hijas, perpetuando así el ciclo de culpabilidad".

"Las mujeres siempre han asumido ciertas responsabilidades de una forma desproporcionada, considerándose las únicas que tenían la capacidad de hacer tareas como cuidar de los hijos o limpiar la casa de 'la forma correcta'. Esto podemos observarlo en frases como "si no lo hago yo no lo hace nadie" o "lo hago yo que tú no sabes", apareciendo nuevamente el sentimiento de culpa cuando no se logran cumplir todas las expectativas asumidas".

La experta coincide con Sonia Ruiz en la importancia de fomentar el autocuidado y la responsabilidad compartida. "Reconocer los factores sociales y culturales, así como las experiencias individuales, es fundamental para que las mujeres puedan liberarse de un peso innecesario y poder vivir con mayor autenticidad".

Las redes sociales no ayudan

Una mujer escribe mensajes en su teléfono móvil por la calle.
Las redes sociales hacen mucho daño en ese afán por buscar la (falsa) perfección.
Getty Images

Otra de las profesionales consultadas, María Consuelo Vilasánchez, psicóloga y mkimebro de Doctoralia, añade que "aunque las mujeres hemos avanzado en derechos, no hemos dejado de asumir las mismas responsabilidades y deberes de antes. De la mujer se espera que sea una 'superwoman', trabajadora, eficiente, impecable, y además se le exige que se siga ocupando de los hijos".

Las mujeres estamos mucho más presionadas que nunca, por parte también de lo que nos exigimos a nosotras mismas y ese sentimiento de culpabilidad "por no llegar a todo lo que se espera de nosotras".

Vilasánchez se queja además de que "las redes sociales transmiten la idea de esa 'perfección' de cara a la galería (mujeres siempre impecables, guapas, que no envejecen, que tiene éxito profesional y personal, independientes). O cumples esos cánones o no sirves".

Llegadas a este punto, ¿cómo empezar a sentirnos menos culpables? "Admitiendo que nos podemos sentir así y asumiendo que esa idea de 'superwoman' es imposible. La pregunta que debemos hacernos es, ¿cómo quiero ser yo realmente, y cómo pienso que voy a ser feliz? La respuesta es que sólo somos seres humanos y merecemos ser felices sin tantas exigencias", concluye la experta.

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