Rosa Molina, psiquiatra: "Las mujeres se llevan la medalla de oro en carga mental"

En el marco del Congreso Eduemoción, celebrado en Madrid, hablamos con la doctora Rosa Molina sobre cuidar a los demás y a nosotras mismas, y sobre cómo a veces esos dos conceptos chocan entre sí
Doctora Rosa Molina
Doctora Rosa Molina
Sergio Enriquez-Nistal
Doctora Rosa Molina

"El cuidado de personas mayores (y el cuidado en general) está relacionado con factores sociales y culturales, existiendo características distintas en cada región y país. En Europa se apoya en un modelo social con menores gastos y sistema de pensiones y, particularmente, en España recae sobre la familia, asumiendo un modelo mediterráneo, donde la mujer es el elemento principal de la red no profesional de cuidados".

"La prestación de cuidados en nuestro país está basada en una herencia cultural, es un legado patriarcal, ligado a creencias que se mantienen en el inconsciente colectivo y que se transmiten de generación en generación, siendo muy diferentes para hombres y mujeres." Estás afirmaciones están extraídas del estudio 'La perspectiva de las personas cuidadoras desde un análisis de género' publicado en febrero de 2023 en la Revista Española de la Salud Pública, dependiente del ministerio de Sanidad.

La importancia del cuidado de las personas que cuidan

Hace unos días se celebró el VIII Congreso 'Eduemoción', organizado por los Colegios Zola, cuyo tema principal fue: "Cuidarse para cuidar: relaciones sanas". la doctora Rosa Molina, psiquiatra, master en  neurociencia y docente participó y compartió cartel con colegas psiquiatras, psicólogos y expertos en el mundo de la educación para tratar este tema tan importante como preocupante: ¿Cómo cuidar a quiénes cuidan?.

Desde Mujer.es, hablamos con Rosa Molina sobre la importancia del autocuidado, la sobre carga mental de las personas cuidadoras y en qué estado está la brecha de género en este sector.

Antes de hablar de cuidadores y cuidadoras me gustaría comentar algo que leo en sus charlas. Recomienda, para relativizar y poner en su justo lugar un problema, pensar en él en 10 días, 10 meses  y 10 años. Entiendo lo que se pretende con esto, tomar distancia pero… si el problema es grande (no sé, pongo por caso una enfermedad grave) se hace complicado establecer esa relación con el problema si desconocemos el contexto que tendremos dentro de esos diez meses, años o días…

En situaciones más graves, puede resultar difícil aplicar la estrategia de relativizar el problema pensando en el largo plazo, debido a la incertidumbre. En tales casos, es importante buscar formas alternativas de afrontarlo. 

Puede ayudarnos el aceptar la realidad de la situación actual y centrarnos en lo que podemos hacer en el momento presente para manejar la enfermedad y sus efectos. Será clave buscar apoyo de familiares y profesionales, estar bien informados sobre las opciones de tratamiento y recursos disponibles, poner en práctica el autocuidado y ver qué rutinas del día a día priorizar, es decir, elegir y plantearnos a qué cosas podemos también renunciar (si es que toca hacerlo).

Puede ser clave identificar y poner el foco en las áreas en las que podemos influir y retirarnos de aspectos que están fuera de nuestro control (ejemplo: quizás no podamos influir sobre el tratamiento farmacológico de una enfermedad grave, pero sí sobre los hábitos de vida saludable que sabemos que influyen muy positivamente en la respuesta al tratamiento). En este proceso juego un papel clave reconocer que nos toca manejar la incertidumbre. Manejar la incertidumbre también incluye que podamos desarrollar planes de contingencia. Ejemplo: anticiparnos a situaciones concretas como que podamos quedarnos sin dinero. Desarrollar un plan de ahorro diario es una forma de liberarnos de una preocupación mental para poder poner la energía en otro.

Puede ayudarnos el aceptar la realidad de la situación actual y centrarnos en lo que podemos hacer en el momento presente para manejar la enfermedad y sus efectos

¿Es posible cuidarse y cuidar a la vez? ¿O primero va el autocuidado y después cuidar a los demás?

Para evitar descuidarnos porque nos volcamos excesivamente en el otro o el caso contrario, caer en el extremo del YO YO YO que no deja espacio para cuidar a otros, la respuesta está a medio camino en buscar ese equilibrio donde somos capaces de sostener al otro mientras nos cuidamos a nosotros mismos sin sentirnos culpables.

Por ejemplo, podemos cuidar de nuestros hijos/as pero al mismo tiempo asignarles tareas y hacerles responsables de tareas cotidianas mientras nosotros nos dedicamos tiempo para cuidarnos, por ejemplo a hacer ejercicio o a tener un ratito de desconexión.

Lo mismo con el profesorado, toca marcar límites para poder cuidarse. El autoconocimiento también será esencial para poder cuidar de manera efectiva a los demás. Buscar el apoyo mutuo puede implicar brindar apoyo emocional y práctico a quienes nos rodean mientras recibes el mismo u otro tipo de apoyo a cambio. 

Y cuando hay dos cuidadores (padres) que se enfrentan a un problema con su hijo y la forma de afrontar el problema es opuesta en uno y en otro... ¿Cómo afecta esto al hijo? ¿Cómo llegar a un entendimiento con dos visiones tan distintas?

Este tipo de situaciones pueden generar: 1) Estrés, especialmente si se siente atrapado entre ambos padres; 2) Confusión e inseguridad lo que puede aumentar su ansiedad.

Uno de nuestros principales papeles como padres es ofrecer seguridad a nuestros hijos ya que es la herramienta más potente que les podemos ofrecer para que ellos sean autónomos, responsables y quieran explorar el mundo.

Por eso es importante recordarnos que pese al malestar que pueda surgir entre la pareja, los hijos son la prioridad y hay que tenerle en mente por encima de nuestra frustración que tendremos que aprender a manejar. Será importante: No discutir delante de ellos, tratar de buscar puntos en común y buscar soluciones que respeten estos puntos. Compromiso por parte de ambos padres para buscar ese terreno en común. Si es necesario buscar ayuda externa como un terapeuta familiar o un mediador para resolver los desacuerdos de manera constructiva.

Doctora Rosa Molina
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Sergio Enriquez-Nistal

En el caso de los maestros, monitores o cuidadores que deben cuidar a los demás en el trabajo, a su familia en casa y a ellos mismos ¿hay algún método que ayude a disociar o a establecer prioridades?

Podemos mencionar varios:

  1. Tiempo invertido: en lugar de dedicar más y más tiempo a preparar las clases o tareas relacionadas con el trabajo, reservar un tiempo de parón a diario donde solo nos lo dedicaremos a nosotros. A veces esto implica renunciar a otras cosas por que toca revisar prioridades y ver de dónde recortar tiempo. A veces se nos escapan las horas en actividades poco relevantes.
  2. Diario de preocupaciones: a veces corremos el riesgo de llevarnos las preocupaciones surgidas en el aula a casa, haciendo que nuestro cerebro entre en un estado de rumiación constante que nos lleva al agotamiento. Es como si estuviésemos revisando una y otra vez las escenas o situaciones estresantes surgidas en el trabajo. Una buena estrategia es dedicar 5-10 minutos al día agendados para darle la vuelta a esto o para hacer una llamada y comentarlo con un compañe​ro.
  3. ​Tratar de usar el sentido del humor, especialmente de la mano de otros compañeros lo que nos ayudará a tomar perspectiva. Cuando exponemos nuestro malestar nos podemos encontrar con que más personas están en la misma situación o han pasado por ella y pueden ofrecer estrategias que les han sido efectivas o simplemente pueden ayudar a reírnos y relativizar ante situaciones que nos son abrumadoras.
  4. Pedir ayuda. Ser flexibles y aceptar otras visiones y opiniones en torno a nuestro quehacer diario. Desafiarnos e introducir pequeños cambios que pueden transformarse en cambios mayores (ej. empezar siempre la clase con una tarea distinta al contenido de la materia que dure unos 5 minutos y que permita romper con el ritmo habitual. Puede servir para cuidarnos y cuidar).​

Reducción de la brecha

¿Ha visto una evolución en cuestión de género en la responsabilidad de los cuidados de menores o mayores en casa? ¿Se ha reducido la brecha de género o la mujer sigue siendo en un porcentaje altísimo la cuidadora principal?

Diría que ha habido claramente un cambio y que en un porcentaje cada vez más elevado de familias, el peso ya recae casi por igual en ambos progenitores. Quizás esto es lo que yo empiezo a ver entre mi círculo más cercano, pero no así en consulta donde tengo oportunidad de ver mujeres, madres que exponen justo la situación contraria y me doy cuenta de que el cambio no ha llegado del todo. Sigue siendo innegable la brecha y a día de hoy todavía las mujeres se llevan la medalla de oro en 'carga mental', en compromiso con las tareas cotidianas y tareas de cuidados. Siguen siendo ellas en mayoría las que terminan renunciando más a su carrera profesional y así lo muestran los datos y lo relatan muchas de ellas.

¿En qué fallamos más las mujeres en general en cuidarnos física o mentalmente?

Creo que no fallamos, tenemos la capacidad de cuidarnos y cuidar al otro, solo que a veces tendemos a sobreexigirnos demasiado, quizás por ese peso que ha depositado nuestra sociedad y cultura sobre nuestros hombros durante muchos años. Despojarnos de eso es muy difícil pero estoy convencida de que tenerlo en mente es el primer paso para el cambio: Una vez pensado, el cambio ya ha empezado. 

Si quieres consultar más sobre el III Congreso 'Eduemoción', cuyo tema principal fue: "Cuidarse para cuidar: relaciones sanas", tienes toda la información en eduemocion.com.

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