Durante la primera sesión los tres exdirectivos de TEPCO se declararon inocentes de los cargos que se les imputan.
Una investigación de la empresa avisó en 2008 de que, de producirse un terremoto de magnitud 8 cerca de la costa, la planta podría ser alcanzada por un tsunami.
El procesamiento penal se centrará en determinar si conocían los riesgos y, de ser así, por qué no se tomaron medidas para garantizar la seguridad.
El desastre de Fukushima, desencadenado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, es el peor accidente nuclear de la historia junto al de Chernóbil.
Unos 40.000 ciudadanos siguen desplazados tras el accidente nuclear y la mayoría no quiere volver a sus hogares pese a que la radiación que queda no supone riesgos.
Un informe sobre la salud de los residentes en Fukushima descarta que haya vínculos entre la radiación y la incidencia de cáncer de tiroides en niños de la región.
Sin embargo, ONG como Greenpeace tachan estas conclusiones de "propaganda" y aseguran haber hallado niveles de radiactividad mayores a los datos oficiales.
Desde 2011 Carlos Ayesta y Guillaume Bression fotografían el área fantasmal evacuada por peligro de contaminación atómica tras el accidente nuclear.
El territorio, delimitado por barreras de plástico transparente, mantiene todas las viviendas, edificios e infraestructuras, pero faltan los 80.000 habitantes originales.
'El accidente está lejos de terminar, tanto en la central como entre los refugiados nucleares', dicen los documentalistas.
Las medidas que se emplean no consiguen el efecto deseado y además generan graves problemas adicionales.
El gobierno japonés prevé autorizar el regreso de los habitantes desplazados en 2017, algo que pondría en riesgo su salud.
El límite máximo que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) establece es de un milisievert al año, el equivalente a cien radiografías.