Cuál es el origen del tapeo y de las tapas en España

  • Cada tercer jueves de junio se celebra el Día Mundial de la Tapa, cuyos orígenes siguen siendo inciertos y ha dado lugar a varias hipótesis.
Bar de tapas
Bar de tapas
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Bar de tapas

El tapeo es una de las costumbres más arraigadas y populares de la gastronomía española. Consiste en degustar pequeñas porciones de comida, llamadas tapas, acompañadas de una bebida. El tapeo es una forma de socializar, de compartir y de disfrutar de la variedad y la calidad de los productos locales.

Esta costumbre española se ha extendido a otros países hispanoamericanos, pero no se conocen como tapas ni ir de tapeo, sino que han adquirido sus propios términos, como las botanas de México, los pasapalos de Venezuela o el saladito de Cuba. El verbo tapear fue plenamente admitido por la RAE e introducido en el diccionario en el año 2001. Pero, ¿de dónde viene esta tradición española? ¿Se conoce qué significado tiene el nombre de tapa?

Una medida real para evitar la embriaguez

Una de las teorías más extendidas sobre el origen de las tapas es que se remonta a la época medieval, en el siglo XIII, cuando el rey Alfonso X el Sabio ordenó que se sirviera una pequeña ración de comida junto al vino, para evitar que los efectos del alcohol afectaran a los clientes de las tabernas y se produjeran riñas o altercados. 

La comida se colocaba sobre la copa o el vaso, haciendo las veces de tapa o tapón, para proteger el vino del polvo y de los insectos. Esta práctica se habría extendido por todo el reino de Castilla y luego por el resto de España, dando origen a la costumbre del tapeo.

Un gesto ingenioso de un ventero andaluz

Otra versión sobre el origen de las tapas sitúa el hecho en el siglo XVIII, cuando el rey Alfonso XIII hizo una parada en una venta de Cádiz, llamada Ventorrillo El Chato, que todavía existe hoy en día. El monarca pidió un jerez y el ventero le sirvió la bebida con una loncha de jamón encima, para evitar que la arena de la playa o las moscas entraran en la copa, debido al fuerte viento de levante que soplaba ese día. 

Al rey le gustó la idea y pidió otra copa con su respectiva tapa. Este gesto del ventero habría sido imitado por otros establecimientos hasta llegar a popularizarse entre la gente.

Dos leyendas para los Reyes Católicos

Dos de las versiones acerca del origen de las tapas las protagonizan Isabel y Fernando. En una de ellas, la leyenda cuenta que durante un viaje de los Reyes Católicos por la Isla de León, actual San Fernando de Cádiz, el rey pidió que colocaran una loncha de queso sobre su copa de vino porque el ambiente estaba lleno de moscas. El mesero, con sano humor, exclamó: "¡aquí tiene su tapa, majestad!", al entregar la comanda, creando, con ello, una tradición gastronómica que perduraría durante siglos.

La otra versión, más enrevesada, implica a los arrieros y carreteros, que al parecer protagonizaban no pocos incidentes en las ventas del camino debido a sus estados de embriaguez. Para mitigar el efecto del alcohol y que no bebieran con tanta avidez, los Reyes Católicos solicitaron a los taberneros que colocaran un plato con comida sobre las jarras de bebida, que debían comerse primero para poder acceder al alcohol.

La prudencia de Felipe II

Otra de las hipótesis, y muy similar a las demás existentes, la protagoniza el monarca Felipe II, quien ordenara construir el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Debido a su carácter sosegado y racional, solicitaba a los establecimientos del camino en sus idas y venidas que cubrieran la jarra de bebida con una loncha de jamón, para proteger el líquido de polvo y moscas.

Una costumbre de picar entre horas

Hay quien sostiene que el origen de las tapas es mucho más antiguo y que se trata de una herencia de las culturas romana y árabe, que ya practicaban el hábito de comer pequeños bocados entre horas, para saciar el hambre y estimular el apetito. Esta costumbre se habría mantenido a lo largo de la historia de España, especialmente en el sur, donde la influencia árabe fue más notable. Así, las tapas serían una evolución de los aperitivos que se consumían en las ventas, tabernas y mesones desde la Edad Media hasta el siglo XX, y que se elaboraban con productos típicos de cada región.

Como hemos visto, existen varias hipótesis sobre el origen del tapeo y de las tapas en España, pero ninguna de ellas está totalmente demostrada. Patatas bravas, ensaladilla rusa, pulpo a feira, los "cojonudos y cojonudas" burgaleses, los pintxos vascos o la pipirrana andaluza... Resulta muy difícil elegir solo uno. Lo que sí parece claro es que las tapas se han convertido en una seña de identidad de la gastronomía española, y un reclamo turístico sin parangón.

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