Por qué las muelas del juicio reciben este nombre

  • Las muelas del juicio, más allá de su nombre curioso, representan una etapa de transición hacia la madurez en el desarrollo corporal.
La aparición de las muelas del juicio puede conllevar molestias y dolor.
La aparición de las muelas del juicio puede conllevar molestias y dolor.
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La aparición de las muelas del juicio puede conllevar molestias y dolor.

Las muelas del juicio, también conocidas como terceros molares superiores e inferiores, son las piezas dentales que se encuentran en los extremos de las mandíbulas de las personas. Aunque existen otras denominaciones para referirse a estos dientes, su nombre más popular y extendido es el citado.

Las muelas del juicio tienden a emerger en la adolescencia y la juventud, aproximadamente desde los 17 años hasta los 25. Su aparición puede generar molestias en la boca, y en muchas ocasiones, es necesaria su extracción debido a que no salen rectas o no cuentan con el espacio suficiente.

El significado de su nombre

La denominación 'muelas del juicio' hace referencia al momento en el que nacen. Se considera que esa es la edad en la que se alcanza la madurez cerebral, y de ahí el apodo de, ya que aparecen cuando nos volvemos más prudentes y sensatos.

Su erupción suele coincidir con la llegada de la mayoría de edad, por lo que se considera popularmente que las muelas del juicio salen cuando la persona es más razonable y equilibrada que en su adolescencia e infancia, épocas en las que se presentan los otros dientes. 

Otras denominaciones a las muelas del juicio

Históricamente, las muelas del juicio han recibido diferentes nombres. Hipócrates, el médico conocido en la antigua Grecia, las llamaba 'dientes de la sabiduría' y este es el término que se emplea hoy en día en inglés: wisdom teeth. Los griegos también las denominaban 'dientes tardíos'.

Una denominación más científica es muelas cordales. El diccionario de la Real Academia Española señala que el término 'cordal' proviene de 'cuerdo'. Esta denominación puede tener su origen en el siglo XV, cuando Antonio de Nebrija tradujo la expresión latina 'dens genuinus' (diente genuino) como muela cordal. Esta forma de llamar a las muelas del juicio aparece en la obra Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes escrita en 1605, lo que supone una de las referencias más antiguas donde aparece esta denominación.

Curiosamente, no todo el mundo tiene muelas del juicio, se estima que un 10% de la población carece totalmente de ellas. Algunas personas pueden tener menos de cuatro o incluso más de cuatro. El Consejo General de Dentistas de España señala que esto es debido a que "nuestra dieta es cada vez más blanda, lo que ha hecho que no sean necesarias ni una mandíbula tan grande ni tantas piezas dentales".

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