Aunque el verano ya quede atrás, algunos nos resistimos a abandonar sus productos de temporada. Y es que no hay nada como un buen tomate, un ingrediente muy sencillo, pero que, si es de calidad, se convierte en una verdadera delicatessen. Los tomates nos acompañan en miles de recetas diferentes, como principal o acompañante, en salsas y cremas.
Si no existe ninguna intolerancia que lo impida, siempre será recomendable ingerir las frutas con su piel, de forma que adquiramos todos los nutrientes que tiene que aportar. Sin embargo, es cierto que la textura o incluso el sabor de frutos como el tomate pueden mejorar si nos deshacemos de su cáscara.
Desde una sencilla ensalada de tomate con queso, hasta algunas cremas o salsas, el tomate pelado nos puede ser un ingrediente muy útil en la cocina. Pero también puede darnos algunos problemas, ya que pelar un tomate puede convertirse en una tarea complicada. El chef José Andrés, cocinero español residente en Estados Unidos, tiene la solución más fácil a este problema.
El truco de José Andrés
Durante los meses de cuarentena por la pandemia de la covid, el chef José Andrés aprovechó la ocasión para pasar tiempo en su cocina y compartirlo con sus seguidores. A través de vídeos, acompañado de su hija, el cocinero compartía algunos trucos de cocina, consejos sencillos que nos harán mucho más fácil la tarea en los fogones.
Entre otros secretos de cocina, José Andrés explicó cómo pelar un tomate en solo unos segundos. Solo hacen falta dos elementos: una olla con agua hirviendo y un cuenco con agua fría. Podemos meterla un rato al frigorífico o al congelador, o incluso, como hace el chef, preparar agua tibia con unos cuantos hielos. Queremos que el tomate sufra un cambio de temperatura brusco, así que debemos procurar que el agua caliente esté hirviendo y de que el agua fría esté helada.
El primer paso será echar el tomate entero en el agua hirviendo. Bastará con dejarlo hervir durante entre tres y cinco segundos. Debemos tener cuidado, pues si lo dejamos demasiado tiempo comenzará a cocinarse por el exterior.
Pasados estos segundos, sacaremos el tomate con una espumadera o cazo y lo introducimos rápidamente en el agua helada. Con este contraste, cortaremos la cocción y la piel se separará de la carne. Dejaremos el tomate unos segundos en el agua fría y ya podremos volver a sacarlo.
Después de este breve proceso, la piel del tomate se separará con mucha facilidad y podremos desprenderla sin problemas, incluso con nuestras propias manos. Es una técnica perfecta tanto para platos fríos como calientes, ya que queda tierno y fresco gracias a su paso por el agua con hielo.
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