Por Mario Toledo:
El año 2020 comenzaba con un abrazo entre Sánchez e Iglesias, los líderes de los dos principales partidos de la izquierda española, que certificaban de este modo el primer gobierno de coalición del actual periodo democrático del país. Veinte años atrás, cuando nació 20minutos en el año 2000, el panorama político era muy diferente: estaban a punto de celebrarse las elecciones generales que darían a Aznar una mayoría absoluta amplia para gobernar el país en solitario y con una debilitada oposición. En aquel año 2000, España estaba inmersa en la época del bipartidismo, de la alternancia entre socialistas y populares, de las mayorías absolutas o de los gobiernos en minoría sustentados por los nacionalistas vascos de PNV o los catalanes de CiU. La política española era, por aquel entonces, previsible. Incluso, vista desde la perspectiva actual, podía llegar a ser aburrida. Pero aquel sistema al que se habían acomodado la sociedad, las instituciones y las élites económicas españolas comenzó a saltar por los aires.
"Los continuos sobresaltos de estos 20 años, lejos de destruir esos cimientos, han servido para fortalecerlos"
OPINIONES
Todo lo que se daba por hecho en el año 2000 ha sido puesto en cuestión durante las últimas dos décadas. Veníamos de un tiempo en el que nos creímos aquel mantra de "España va bien", pero en 2008 descubrimos que el llamado milagro económico español tenía los pies de barro y que la pobreza también podía alcanzar a la clase media. A principios de siglo solo se protestaba en la calle en momentos dramáticos en los que la sociedad española necesitaba mostrar unidad, pero de pronto se empezaron a encontrar nuevas razones para calentar las plazas con manifestaciones antiaborto, anticasta, antiguerra, antibancos o anticentralismo-español.
En el año 2000 nadie imaginaba que durante las dos décadas siguientes se vería desfilar por los tribunales a los herederos del antiguo seny catalán, ni a muchos de esos gobernantes que hasta entonces eran considerados como artífices de aquel milagro económico español ni a dirigentes de gobiernos autonómicos que se habían aferrado al poder. Ni tampoco se esperaba que esas instituciones que se habían adaptado a un funcionamiento previsible se verían sacudidas por tensiones que pondrían a prueba los más sagrados cimientos del Estado. Pero los continuos sobresaltos de estos 20 años, lejos de destruir esos cimientos, han servido para fortalecerlos. Y así, la sociedad española se adaptó a la crisis económica mostrándose solidaria y unida contra los excesos. El hartazgo ciudadano y la conflictividad en las calles se canalizaron en un movimiento social que desembocó en el nacimiento de nuevas opciones políticas. La repulsión hacia la corrupción de ciertas élites eternizadas en el poder se ha visto correspondida por unos resortes judiciales que, pese a todos sus defectos, han hecho pagar por aquellos excesos. La tensión en el propio sistema ha demostrado que las instituciones que han sido cuestionadas tenían capacidad para adaptarse a las nuevas reglas del juego. Ahora, el rompecabezas es más complejo que hace 20 años. El juego político y social no es tan fácil de asimilar. La incertidumbre ha llegado para quedarse. Pero, a pesar de los negros augurios, las piezas todavía encajan.
EN POSITIVO: La irrupción de nuevas fuerzas políticas en las instituciones ha obligado a los partidos a dialogar para alcanzar pactos y sacar adelante sus políticas. En este ejercicio de búsqueda de acuerdos, la clase política española ha mostrado, salvo ciertas excepciones, su capacidad de adaptación. El reto para los próximos años es continuar con ese diálogo sin traicionar por el camino los cimientos del Estado.
Una mirada periodística al pasado, al presente y al futuro
'20minutos' 20 años contigo (PDF)
