Malestar creciente entre los ciudadanos por la falta de pactos políticos

Imagen del Congreso de los Diputados.
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EFE
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Hace 20 años, cuando el CIS preguntaba por sus principales problemas, a los españoles no se les ocurría responder que los políticos fueran uno de ellos. Dos décadas después, son un motivo de preocupación para entre un 25 o un 30% de los ciudadanos, según el momento, con picos de hasta el 40%. Tras la primera ola de la pandemia, en julio de 2020 el 38,9% veía un problema en la "falta de acuerdos", el "Gobierno", la "gestión de la Covid", "los políticos en general" y los "partidos y la política".

Sin embargo, la "clase política", como apareció durante un tiempo en el catálogo de problemas del CIS, nunca ha desbancado a las dos grandes preocupaciones de los ciudadanos, el paro y los problemas económicos. En los años 2000, con ETA todavía activa y tras el 11-M, el terrorismo se alzó como la segunda preocupación –la primera un mes después, en abril de 2004–. A pesar de ello, la desafección ciudadana hacia sus representantes va en aumento desde 2010. Los mejores momentos han tenido que ver cuando han visto que se ha dado respuesta a sus expectativas, ya sea con una respuesta momentánea –el 15M– o con la formación de Gobierno, de cualquier signo. "El momento en que nos encontramos ahora es el peor históricamente, desde la restauración de la democracia seguramente. Y seguro que desde el año 2000", dice José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia.

¿Hacia un nuevo ambiente político?

  • La moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez entreabrió la puerta a un nuevo ambiente político, menos crispado, que los expertos todavía esperan a confirmar. De momento, la decisión de Pablo Casado de alejarse de Vox ya se ha notado en el Congreso, donde el tono se ha rebajado en las últimas semanas y volvió a verse una negociación parlamentaria al uso, en este caso sobre la prórroga del estado de alarma.

De la mayoría absoluta al multipartidismo en 20 años

Y eso que estas dos décadas han sido especialmente movidas, con una búsqueda de opciones políticas que dieran respuesta a los ciudadanos. Empezaron en el año 2000 con un Gobierno de mayoría absoluta, de José María Aznar, y terminan con el primer Gobierno de coalición desde la II República y el convencimiento de que la mayoría absoluta que conquistó Mariano Rajoy en 2011 será la última que veremos en mucho tiempo.

Entre tanto, primero surgió UPyD, después fue la gran eclosión con el 15-M de 2011 y la llegada de Podemos con su fuerte entrada en el Parlamento Europeo en 2014, compensada desde el centro derecha por Ciudadanos. En las andaluzas de 2012, la a ultraderecha de Vox adquiere carta de naturaleza en el panorama político español. Pero nada parece haber dado respuesta a los ciudadanos. Más bien, la llegada del multipartidismo ha terminado siendo fuente de "frustración". Para quienes salieron a la calle el 15-M y vieron que el PP volvía a ganar las elecciones. O para quienes esperaban que Cs se convirtiera en partido "bisagra" capaz de facilitar acuerdos. 

Los expertos citan dos motivos principales motivos para tanta desafección: la falta de respuesta de los políticos a los problemas de los ciudadanos y su incapacidad para pactar. Y el momento clave para ello fue la larga crisis económica de 2008.

La crisis económica de 2008 y su réplica en la Covid.

"Todo esto empieza a saltar por los aires con la crisis de 2008", asevera Manu Mostaza, director de Asuntos Públicos de Atrevia. "De aquí viene la gran ola de desafección, que es un problema de expectativas en realidad" y en todo occidente, no solo en España. Ese año, dice Ferrándiz, los ciudadanos descubren que sus gobernantes "no tomaban las medidas adecuadas para protegerles" y que además "son incapaces de ponerse de acuerdo". 

Ferrándiz sitúa este segundo factor antes, durante la bronca primera legislatura de Rodríguez Zapatero. Pero coincide con Mostaza en que es el otro gran motivo de la desafección y se mantiene hasta nuestros días. "Lo que podemos pedir a los políticos es ejemplaridad pública y una mayor capacidad de acuerdos, una cosa que la población valida" , dice Mostaza, que recuerda que la inmensa mayoría de los ciudadanos se sitúa fuera de la extrema izquierda y derecha y lo que quiere es que los políticos se pongan de acuerdo.

Con la crisis de 2008, los españoles vieron que los políticos no solucionaban sus problemas.

Si la campaña política contínua en la que vive España desde 2015 hace mella en los ciudadanos, la repetición de las dos últimas elecciones generales, en 2016 y 2019, reflejó algo negativo pero también positivo. "Aumenta la desafección, no es un buen mensaje para la ciudadanía", dice Mostaza, que pese a todo, cree que "el sistema está pensado para que haya acuerdos en el Parlamento". Ferrándiz explica que los españoles son más favorables al multipartidismo, aunque dificulte la formación de Gobierno, que al bipartidismo, más previsible.

Sin embargo, los españoles siguen queriendo participar en política. En los peores momentos, como la repetición de 2019, el voto cayó solo un 5% y ni la realidad ni las encuestas reflejan que los ciudadanos vayan dejar de votar. Sí existen dos peligros en una ciudadanía que sigue buscando referentes. Que cale el mensaje de que "todos los políticos son iguales", algo que Mostaza ve más entre los jóvenes, y que de la pandemia, que ha puesto en cuestión hasta el sistema sanitario, surja un "iluminado" que trate de atraer a los descontentos.

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