Del declive de Occidente al auge de China: 20 años de política internacional

Una manifestación durante la Primavera Árabe.
Una manifestación durante la Primavera Árabe.
REMI OCHLIK / EFE / ARCHIVO
Una manifestación durante la Primavera Árabe.

Es cierto que, como dice el tango, "20 años no es nada". Pero hay que reconocer que en un asunto más terrenal que un viejo amor, como es la política internacional, las dos últimas décadas han dado para mucho. En estos 20 años han cabido decenas de guerras, dos crisis económicas mundiales e incluso una pandemia como no se veía en 100 años.

El mundo es ahora más multipolar en cuanto a poder político y económico, más violento y militarizado, con más conflictos, menos cooperativo que hace 20 años y con un viejo orden mundial en crisis, sostiene Eduard Soler, investigador sénior en el Cidob, un think tank especializado en relaciones internacionales con sede en Barcelona. 

Las expectativas de un cambio hacia un mundo mejor que había puestas con la llegada del nuevo siglo tampoco han fructificado. Las crisis económicas; los conflictos intercivilizatorios, interculturales e interreligiosos; la expansión del terrorismo; las tensiones comerciales y diplomáticas o la existencia de agujeros negros en la protección de los derechos humanos no permiten afirmarlo, explica Daniel Oliva Martínez, director de la cátedra sobre Pueblos Indígenas y Relaciones Internacionales en la UC3M.

El declive de Occidente

El siglo geopolítico queda bautizado muy pronto, el 11 de septiembre de 2001. La respuesta de EE UU frente al ataque terrorista a las Torres Gemelas arrastra al país y a sus aliados en Occidente hacia la guerra en Afganistán ese mismo año y en Irak dos años más tarde, dos largos conflictos que marcaron buena parte de la agenda internacional en la primera década del siglo y cuyas consecuencias todavía resuenan.

En 2008, una crisis financiera sacudió a las potencias occidentales y ahondó las desigualdades socioeconómicas internas. El daño causado por la bautizada como Gran Recesión alentó protestas por todo el globo y alumbró en parte el nacimiento de una ola populista que llega hasta nuestros días. La elección de Trump en EEUU y el "sí" al brexit en el referendum británico en 2016 bebieron en parte del descontento ciudadano postcrisis.

Si el orden mundial del siglo XX estuvo marcado por la bipolaridad entre dos superpotencias como EE UU y la URSS –y más tarde por el país norteamericano en solitario– los primeros 20 años del nuevo siglo han cuestionado el statu quo. "A partir de los 2000 creo que podemos hablar sin ningún tipo de dudas de lógica multipolar", señala Soler. "Occidente ha perdido prestigio internacional y los valores y principios de vida de nuestras sociedades ya no son incuestionados, sino abiertamente criticados", defiende Oliva.

Barack Obama y Donald Trump sellan el traspaso de poderes en 2017.
Barack Obama y Donald Trump sellan el traspaso de poderes en 2017.
C.RICARDO / DEFENSE

La UE se amplía, pero pierde a un peso pesado

En el seno de la Unión Europea estas dos décadas también han sido frenéticas. En enero de 2002 empieza a circular el Euro y en estos 20 años se han unido al bloque 13 países más. Pero estos años no han sido flores precisamente para el club. 

La crisis financiera de 2008 mutó en crisis del Euro y exacerbó las tensiones internas. Una oleada de euroescepticismo barrió el contintente, provocando la primera salida del club europeo de uno de sus miembros, el Reino Unido, en un proceso que se extendió durante cuatro largos años y que concluirá definitivamente a finales de este 2020.

Y no se puede hablar de Europa en estos últimos años sin mencionar a Angela Merkel. La canciller alemana, en el cargo desde 2005, ha liderado la principal potencia económica del bloque. En su haber quedan la defensa de la austeridad económica tras la primera crisis –un enfoque que parece haber cambiado con la actual respuesta al coronavirus– y su política de puertas abiertas con los refugiados, gracias a la cual han accedido a Alemania más de un millón de solicitantes de asilo, en su mayoría procedentes de Siria.

El auge de China y el siglo de Putin

Desde su ingreso en la Organización Mundial del Comercio en 2001, China ha mutado de gigante demográfico a segunda potencia económica mundial. El país ha multiplicado casi por 11 el tamaño de su economía y ha extendido su influencia desde Asia hasta África y América Latina. Sin embargo, las esperanzas de que la liberalización económica empujara hacia a una mayor apertura han pecado de exceso de optimismo.

Y en Rusia, la que fue la gran potencia rival de EE UU durante el siglo pasado, estas dos décadas tienen el nombre propio de Vladimir Putin. El ex KGB asumió en 1999 los mandos de un país empobrecido y en crisis tras la disolución de la URSS. Desde entonces, Rusia ha recuperado el crecimiento económico y ha revitalizado su influencia diplomática y militar. Bajo los mandos de Putin, el país ha participado en guerras desde Chechenia a Ucrania pasando por Siria y ha interferido con éxito en los asuntos de otros países.

Angela Merkel y Vladimir Putin durante una visita de Estado en Moscú.
Angela Merkel y Vladimir Putin durante una visita de Estado en Moscú.
M. SHIPENKOV / EFE / ARCHIVO

El fracaso de la Primavera Árabe

Entre 2010 y 2012, una serie de protestas populares contra regímenes autoritarios en el mundo árabe desembocaron en derrocamientos en Túnez, Egipto, Libia o Yemen y guerras en estos dos últimos países y Siria. A excepción de Túnez, donde se logró una transición a la democracia, las revueltas fracasaron.

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