Lo que no consigue McLaren y Red Bull en la pista, pelear por posición, lo están consiguiendo en los despachos. Todo es por el ilustre fichaje de James Key, el ingeniero jefe de Toro Rosso que se incorporará próximamente, aún no se sabe cuándo, a la escuadra inglesa.

McLaren anunció, no sin cierta reticencia, la incorporación de uno de responsables técnicos de mayor prestigio en el paddock, pero sin decir la fecha ni dar más detalles. El motivo: aún tiene contrato con Red Bull. Es en la constumbre de la 'licencia de jardinería', el 'gardening leave', donde estriba la gran pelea entre los equipos. Este es el período que tiene que esperar un ingeniero para incorporarse a otro equipo, una especie de cuarentena para evitar que se lleve secretos industriales.

Helmut Marko, asesor deportivo de Red Bull y una de las principales figuras del equipo a la hora de tratar los contratos, ha advertido que "el señor Key tendrá que esperar mucho tiempo". Ese tiempo está estipulado, según las últimas informaciones desde el paddock de Hungría en, al menos, un año: James Key tiene contrato con Red Bull (que lo cede a Toro Rosso) hasta finales de 2019, y los de Faenza no están dispuestos a dejarle salir antes... de momento.

La presión a la que está sometida la cúpula de McLaren es altísima. Los accionsitas exigen cambios rápidos en la zona técnica, para que puedan ponerse manos a la obra con el monoplaza de 2019 cuanto antes. El fiasco del MCL33 es absoluto, y de hecho Fernando Alonso ya avanza que todo lo que están aprendiendo de este coche está enfocado en el diseño de la próxima campaña. La entrada de Key a Woking era un elemento clave para retomar la senda del éxito.

Una de las maneras de aflojar la tensión entre Red Bull y McLaren es un chico de 19 años: Lando Norris. El canterano de McLaren, probador y piloto reserva que actualmente disputa la F2, lleva en el punto de mira de los austriacos desde hace tiempo, aunque no para el primer equipo, sino para Toro Rosso. Su nombre ya sonó antes del verano para sustituir a Brendon Hartley, pero desde McLaren se negaron en rotundo.

Ahora, con la necesidad de hacerse con James Key cuanto antes, quizá se replanteen la posibilidad de cederle un año a Toro Rosso y recuperarle para 2020, cuando posiblemente ya tenga que acompañar a Stoffel Vandoorne en el equipo. En ese caso, la 'licencia de jardinería' del ingeniero británico no durará tanto como se temen en McLaren, sino, quizá, sólo unos meses. El propio Marko ha sido claro: "Pasó lo mismo con Lando Norris. Negociamos con McLaren a puerta cerrada y descubrimos en la prensa que no querían cederlo", dejó caer el ex piloto austriaco.