La gloria de las 24 horas de Le Mans está más cerca para Fernando Alonso. El Toyota número 8 que pilota junto a Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima partirá desde la pole en la carrera del sábado, después de que el japonés reafirmase este jueves la vuelta que el día anterior ya le había situado en lo más alto de la tabla de clasificación.

La jornada acabó con Alonso en pista, después del último día de test en el que los equipos dedicaron buena parte de la jornada a ensayar y probar diferentes configuraciones con las que afrontar la durísima prueba que comenzará el sábado y acabará el domingo. El asturiano superó por poco las 10 vueltas, con un crono muy alejado del tiempo de la pole debido a que rodó con la pista mojada y neumáticos intermedios.

Pese a que no pudo rodar todo lo rápido que hubiera deseado, las vueltas dadas le sirvieron para ensayar por primera vez con dos factores que no había probado juntos en Le Mans: de noche y con lluvia. Algo vital para ensayar, ya que en cualquier momento puede caer agua en el circuito de La Sarthe este sábado, si se cumplen las peores previsiones meteorológicas.

Fue un día marcado por los incidentes. La primera tanda de este jueves se recortó media hora debido a un fuerte accidente del Dallara 47 del equipo Cetilar Villorba Corse de LMP2, después de un fortísimo accidente del italiano Giorgio Sernagiotto, que comparte coche con su compatriota Roberto Lacorte y un corredor mucho más conocido para el gran público: el ex Fórmula 1 Felipe Nasr. Sernagiotto se estrelló en la primera chicane de la recta de Mulsanne, en una zona muy complicada por la que se temió que fuera algo mucho más serio.

Después, ya en la segunda tanda (que se alargó media hora extra por la anterior), varias salidas de pista, algunos incidentes como el pinchazo de Harrison Newey (hijo del diseñador jefe de Red Bull Racing, Adrian Newey) o algún susto de clásicos como el Ferrari 54, donde corre Giancarlo Fisichella, dejaron poco lugar para la tranquilidad.