Pocos rostros son tan conocidos en los banquillos del fútbol español como el de Radomir Antic, un entrenador que ha dejado huella en los tres grandes de nuestra Liga: Real Madrid, Barça y, muy especialmente, Atlético de Madrid, equipo con el que logró un histórico doblete (Liga y Copa) en 1996.

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Pero Antic no solo ha dejado su sello en los tres colosos españoles, pues también ha estado al frente de equipos como el Real Zaragoza, el Oviedo o el Celta. Un trotamundos del fútbol, que ha fallecido este lunes a los 71 años.

Nacido en la pequeña localidad de Zitiste, al norte de Serbia, Antic es un claro exponente del fútbol de la antigua Yugoslavia. Comenzó su carrera como futbolista en el Sloboda Uzice y triunfó en el Partizan de Belgrado. También defendió los colores de la selección yugoslava.

Radomir Antic es un claro exponente del fútbol de la antigua Yugoslavia

Llegó a España de la mano del Real Zaragoza en 1978, equipo con el que jugó dos temporadas y en el que comenzó su idilio con nuestro país.

Su carrera como entrenador ha sido, sin embargo, más exitosa y ha logrado sentarse en los banquillos del Real Madrid (1990-1992), el Barça (2003) y el Atlético (1995-2000).

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En el Madrid y en el Barça no pudo levantar títulos y vivió etapas un tanto convulsas bajo las presidencias de Ramón Mendoza y Joan Gaspart, pero el éxito definitivo como entrenador lo alcanzó en el Atlético al conquistar Liga y Copa en 1996.

En 2008 se puso al frente de la selección de Serbia y consiguió su clasificación como primera de grupo para el Mundial de Sudáfrica 2010, donde los serbios fueron eliminados en la primera fase de grupos. Además, Antic fue sancionado con cuatro partidos por criticar a los árbitros del torneo. Su carrera como entrenador la terminó en China.

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Más allá de sus facetas como futbolista y entrenador, Antic, todo un teórico del fútbol, era un personaje muy querido en los medios de comunicación españoles y un comentarista habitual de los partidos de fútbol, tanto en radio como en televisión. Casado y con dos hijos, el preparador serbio arrastraba una larga enfermedad y su estado de salud se había deteriorado en los últimos días.