La vida después del deporte, el reto de ser competitivo tras la retirada

  • Joel González y David Cal son dos ejemplos de la importancia de formarse para la vida profesional.
  • Entre los deportistas españoles crece la tendencia a compaginar la trayectoria deportiva con los estudios.
El taekwondista Joel González y el expiragüista David Cal son dos grandes ejemplos de la importancia de la formación para la vida profesional.
El taekwondista Joel González y el expiragüista David Cal son dos grandes ejemplos de la importancia de la formación para la vida profesional.
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El taekwondista Joel González y el expiragüista David Cal son dos grandes ejemplos de la importancia de la formación para la vida profesional.

“La vida deportiva es muy corta, puede durar entre 8 o 10 años, quizá algo más, con tres, cuatro o cinco de éxitos deportivos si tienes suerte. ¿Pero qué nos queda después? Con más de 30 años y sin experiencia laboral… ¿y sabiendo hacer qué? Yo pego patadas, ¿a dónde voy a ir pegando patadas?”. Esa reflexión la lanza el taekwondista Joel González, uno de los deportistas más laureados del mundo en su categoría y también un caso excepcional en cuanto a compaginar estudios y deporte se refiere.

El doble campeón de Europa y del mundo entró en la historia del deporte español con el oro olímpico de Londres 2012 y el bronce de Río 2016, al convertirse en el primer taekwondista nacional en colgarse dos medallas olímpicas. También fue elegido mejor deportista nacional de 2012 por el Consejo Superior de Deportes. Su curriculum deportivo es para enmarcar y aún no está cerrado, pues apunta a Tokio 2020 con la ambición de un novato.

No obstante, Joel es consciente de que, a sus 28 años, no le queda mucho recorrido en el deporte de alto nivel. Y, como él mismo dice, ¿qué le va a quedar cuando decida colgar el dobok?

Un triplete de oro en las aulas

En su caso la situación está más que controlada, ya que siempre tuvo claro que debía compaginar la vida deportiva con la universitaria: “A día de hoy en España todo el mundo tiene títulos, todo el mundo está bien preparado y bien formado, y los deportistas tenemos que aportar algo más. Podemos aportar que somos competitivos, que sabemos trabajar en equipo... pero eso tiene que estar apoyado en algo”, reconocía en la presentación de las nuevas incorporaciones deportivas de la UCAM celebrada en el COE.

No sin problemas, Joel superó el primer asalto en las aulas universitarias al sacar la carrera de criminología en Barcelona: “Es complicado adaptarse. No puedes dar todo el tiempo necesario, a veces no puedes asistir a clase o necesitas cambiar de fecha un examen y ves que no llegas”.

Con la colaboración de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) añadió un Máster a su otro palmarés mientras seguía sumando medallas, ya que “tenía las facilidades para estudiar y poder preparar y competir unos Juegos Olímpicos y un Campeonato del Mundo. El simple aplazamiento de un examen o poder presentar un trabajo una semana más tarde es primordial para un deportista”.

De "pegar patadas" a Doctor

Por si fuera poco, Joel prepara actualmente un doctorado que combina criminología y deporte, pues estudiar se ha convertido en uno de los pilares de su filosofía de vida: “Además de abrirte la mente, te evade del día a día y puedes fortalecer la mente, lo que muchas veces es un punto fundamental para el deporte. De este modo tienes algo más cuando te retiras y puedes profesionalizarte”.

Puede parecer que Joel González es un rara avis en el deporte de élite, pero son cada vez más los deportistas profesionales que se preparan para ser competitivos en sus disciplinas y también en la vida.

De Mireia Belmonte a Carolina Marín pasando por Damián Quintero

Son muchos los nombres propios del deporte español que estudian junto a Joel en la UCAM. Uno de ellos es Saúl Craviotto, que se unió a la UCAM por las facilidades que le aporta para compaginar su vida deportiva con su profesión como Policía Nacional y su familia (es padre de dos niñas).

Otro referente del deporte mundial que se prepara para el mañana en la UCAM es Mireia Belmonte. La mejor nadadora de la historia de España cursa desde 2013 el Grado en Publicidad y Relaciones Públicas.

Campeonas olímpicas como Carolina Marín (Fisioterapia) y Maialen Chourraut (Administración y Dirección de Empresas) también forman parte del equipo. Y así más de 200 deportistas de alto nivel, que compaginan su preparación profesional con la conquista de medallas olímpicas, mundiales y europeas.

El mejor karateka español de la historia en la modalidad de katas también es un campeón en los estudios. Damián Quintero se licenció como ingeniero aeronáutico y, cuando no estaba entrenándose, trabajaba en una empresa de servicios y soluciones tecnológicas.

Con la misma constancia y dedicación que pone a sus ‘katas’ amplió su formación:  finalizó un Máster en Materiales Compuestos de Aeronáutica de la UPM y hace escasos meses completó el de Sport Business Administration de Garrigues. Quintero también forma parte de la familia COE-UCAM, ya que continúa sus estudios de posgrado.

Otro gran ejemplo es el de Alejandra Quereda. La capitana del conjunto de gimnasia rítmica que se colgó la plata en los Juegos de Río 2016 ha compatibilizado las más de siete horas diarias sobre el tapiz que exige su deporte con los estudios medicina en la Complutense, y deja claro que la temática de las titulaciones elegidas por los deportistas es de lo más variada.

El giro de David Cal

Hace unos años no era tan habitual ver a los campeones del deporte en las aulas, pero la tendencia ha cambiado. Uno de los casos que los casos más impactantes es del máximo medallista olímpico español, David Cal, que se sintió “desorientado” una vez cerró su etapa como deportista y fue otro de los protagonistas en la presentación de los nuevos valores de la UCAM.

Este gallego decidió bajar de la piragua en 2015 tras dedicar 18 años al deporte profesional y lograr quince medallas entre Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos. Un referente en España y en el mundo que se enfrentaba a un futuro de lo más incierto, ya que la exigencia y el desgaste de su día a día nunca le dejaron ver que la vida continúa fuera de la piragua.

Fue complicado digerir el cambio: “Cuando finalizó mi etapa como deportista me entraron muchas dudas”. Y, al regresar a casa “tras vivir desde los 15 años entre concentraciones, por y para el piragüismo”, comenzó a sentir esa incertidumbre: “Te empieza a entrar la duda de qué hacer con tu vida. Llegó un momento en el que creía que solo sabía hacer piragüismo y no sabía si iba a poder hacer otra cosa”.

El destino le puso en contacto con la UCAM y, desde hace dos años y medio, forma parte del servicio de deportes, donde se gestiona toda la actividad deportiva de la Universidad. También ha sido nombrado embajador del Comité Olímpico Español, colabora con los clubes de piragüismo de la UCAM y ha retomado sus estudios: “Fui con bastantes miedos. Los primeros días me sentía desorientado porque venía de hacer deporte, un no parar todo el día, y pasé a sentarme en una oficina durante ocho horas”.

En cualquier caso, pronto se amoldó y comenzó a dar un giro a su vida. Prueba de ello es que, a pesar de que siempre se ha caracterizado por ser un deportista de lo más introvertido, ha pegado tal cambio que incluso da charlas en las jornadas que organiza para la UCAM.

David Cal se dio cuenta de que anclarse en el pasado sirve de poco por muy leyenda que seas y lo mejor es prepararse para ser tan competitivo en la vida como en el deporte. Por el bien de cada deportista y también para que la tendencia siga creciendo entre los más jóvenes. Ejemplos no les faltan.

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