La Audiencia Nacional decidirá el 15 de abril si extradita o no a Hervé Daniel Marcel Falciani (Mónaco, 9 de enero de 1972), el informático de 41 años que copió miles de archivos de clientes del HSBC, banco en el que trabajó. Información que sirvió a muchos países europeos, entre ellos a España, para desenmascarar a los evasores fiscales que ocultaban fondos en esta entidad. Suiza (Falciani trabajaba en la sede del banco en Ginebra) le reclama porque le acusa de robar estos datos e intentar venderos al menor postor. La justicia suiza le imputa varios delitos: robo de datos personales, vulneración del secreto comercial y violación del secreto bancario. Falciani tiene dos abogados. Uno de ellos, Joan Garcés, asesor de la ONU, solo le lleva el tema de la extradición, según explicó a 20Minutos.

En una entrevista exclusiva concedida este martes al semanario francés L'Express, Falciani asegura que si España se niega a extraditarle a Suiza "seré libre totalmente en mis movimientos y podré volver a casa, en Francia". En España no está acusado de ningún delito. En Francia le esperan su madre, su mujer y su hija de siete años, enferma. En suelo galo ya fue detenido por primera vez en enero de 2009, debido a una orden de detención internacional emitidad por Suiza. Los datos que encontraron en su casa provocaron entonces todo un terremoto político en Francia, ya que se descubrieron miles de evasores fiscales.

Ahora, en la entrevista, Falciani no da muchos datos que le pueden comprometer. Asegura que es libre en sus desplazamientos, pero "que no tengo derecho a dejar el territorio español". Obviamente no cuenta que desde que salió de la prisión de Valdemoro (Madrid) el 16 de diciembre de 2012, vive oculto protegido por policías nacionales y agentes del CNI. Y colaborando estrechamente con la Fiscalía Anticorrupción y la Agencia Tributaria. De hecho, el auto que decretó su libertad lo dejó claro: "El reclamado ha colaborado y sigue colaborando con las autoridades de diversos estados de la UE tanto en investigaciones financieras como tributarias, de blanqueo de capitales, financiación de terrorismo y corrupción".

Esa colaboración con la justicia española es "gratuita", según dice Falciani en la entrevista. "Bajo la batuta del fiscal anticorrupción, estoy ayudando con mi experiencia en el sistema bancario suizo. Mi voluntad fue siempre luchar contra el crimen organizado". Falciani se vende como una gran altuistra. "La opacidad del HSBC es susceptible de favorecer las operaciones ilegales, particularmente el blanqueo y el tráfico de drogas". EE UU ha hecho llegar a Falciani su interés en colaborar con él. En la charla con el semanario galo, Falciani menciona que "un informe del Senado americano, publicado en 2012, confirma mis temores" sobre la relación entre las cuentas del HSBC y el crimen organizado.

En España, Falciani afirma que tiene "derecho a una protección excepcional, muy superior a la que se ma había concedido en Francia. Además, en España los investigadores y la Justicia disponen de los medios de los aparatos del Estado. Tenemos el sentimiento de participar en un trabajo en equipo de interés general".

Sin embargo, a pesar del interés de Falciani por regresar a Francia, las críticas a la Justicia francesa con constantes en su entrevista. "Colaboré con Francia para pemitir a la justicia penetrar en la memoria del banco más grande del mundo. Este trabajo fue interrumpido por razones desconocidas. En aquel momento los investigadores no  disponían de todos los medios necesarios".

Falciani cree que habría que "comenzar por establecer una hoja de ruta internacional. A partir de los datos excepcionales puestos en disposición de la Justicia, podíamos desarrollar un plan de lucha contra la corrupción a nivel mundial. En España, gracias a la información que Francia le incautó a Falciani, la Agencia Tributaria inició en junio de 2010 una gran operación burocrática para ponerse en contacto con 659 defraudadores que aparecían en sus papeles. Con los datos que copió el informático monegasco, Francia supo de la existencia de 8.933 evasores; Italia de 6.963 y Grecia de 2.059.

La Agencia Tributaria también está usando la lista Falciani para investigar a los contribuyentes en cuanto finalice el plazo dado por el Gobierno para declarar los bienes en el extranjero. La intención de Hacienda es cruzar los datos facilitados por el exempleado de HSBC con los obtenidos a través de estas nuevas declaraciones, cuyo plazo de presentación finaliza el 30 de abril.