Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La otra gran diferencia entre la radio tradicional y el podcast

Onda Cero estrena estrena el podcast 'Protagonista: Luis del Olmo'.
La serie documental, 'Protagonista: Luis del Olmo', fusiona radio tradicional y género del podcast.
ONDA CERO
Onda Cero estrena estrena el podcast 'Protagonista: Luis del Olmo'.

La radio, como la tele, cuenta con más vidas que nunca. Ya no todo se gasta en una emisión, las historias se quedan y se pueden revisitar con solo un clic. Aunque hay una diferencia clara entre los programas creados para radio tradicional y los elaborados para el podcast: la temporalidad del ser. La radio de siempre va bailando con los estados de ánimo de cada día, su actualidad periodística y la atmósfera emocional, mientras que gran parte de los podcast intentan el difícil equilibrio de siempre oler a nuevos.  Como ese libro recién encuadernado. 

Los podcast son como las películas de un videoclub, listas para ser vividas sin sentirse que se han quedado desfasadas. Al menos, esa es una meta imperante de las grandes plataformas en este ámbito. Aunque la realidad es tozuda. Siempre somos fruto del momento que habitamos. Cualquier conversación, cualquier entrevista, cualquier grabación es resultado de la entonación de su época. Así también los podcast de hoy ganarán profundidad en el futuro, pues se transformarán en documentación de cómo somos ahora e incluso mañana. 

Los podcast permiten, además, que el ritmo no se confunda con prisa. La duración no importa tanto como en otros lares. Aquí las señales horarias no interrumpen. Hasta puedes regodearte en charlas largas o recuperar momentos históricos extensos, como realiza la serie documental Protagonista: Luis del Olmo. Se da la oportunidad al oyente de que escuche sin romper el clímax de un fragmento de sonido. Y si se aburre siempre puede acelerar el podcast o ir pasando la barra de audio diez segundos a diez segundos hacia delante. 

Aunque, sobre todo, la gran distinción entre la radio y los podcast está en la paradoja de la elección. Los podcast hay que explorarlos. Hay que dedicar minutos a buscar entre mucha oferta. Y habitualmente terminamos en aquellos de personas afines que ya seguimos en las redes sociales. A los podcast vamos a descubrir, pero también a sentirnos reconocidos. Son programas que hasta cuando son más masivos representan una comunidad que ansiaba lugares en los que estar reflejados. Lugares donde, a menudo, los medios tradicionales no llegaban por sus prejuicios, por sus miedos.

En cambio, en la radio de siempre te encuentras su emisión sin necesidad de buscar demasiado. Enciendes, navegas y, de repente, hay unas voces con las que aprendes, con las que discrepas o que te hacen cuestionarte lo que te contaron e incluso en lo que crees. El público que llega a un dial no siempre es un público creyente, muchas veces se topa con la emisora por las casualidades que nos unen. Casualidades que aparecen en el intento de dar en carretera con la frecuencia de más nitidez, casualidades que brotan en el instinto de hallar congregación en las soledades. Casualidades... 

A los podcast vamos, la radio nos la encontramos. A los podcast es como ir a ese concierto de tu grupo indi favorito, que tanto te gusta, tienes todo su merchandising y sabes que pocas veces te defrauda. La radio es como una playa en pleno verano. Una playa llena de gente. Una playa que chapoteamos todos juntos. Sintiéndonos tan diferentes y, a la vez, percatándonos que somos tan parecidos. Qué raros somos todos al saltar las olas y qué similares son las huellas que dejamos en la arena. El mar siempre está ahí, sonando. La radio, acompañando.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento